La hostelería busca espacios más flexibles
Ante la incertidumbre, los expertos abogan por diseños que se adapten a diferentes circunstancias
Recuperar la confianza de los clientes es el principal reto al que se enfrentan los espacios de hostelería tras la pandemia. El desafío es poder ofrecer un diseño más seguro, pero también más amable, sin que las medidas de higiene choquen con la experiencia que buscan los usuarios cuando acuden a hoteles y restaurantes. Sobre todo ello se debatió esta semana en una vídeo conferencia sobre Creatividad e interiorismo para la nueva hostelería, organizada por Grupo Vía.
A pesar de que el coronavirus ha hecho temblar los pilares de muchos sectores, los expertos no abogan por ejecutar grandes cambios en la hostelería, aunque sí pronostican una aceleración de tendencias. “Estamos en un momento de mucha indecisión aún, no está muy claro que vaya a ser necesario transformar todo o que se vaya a volver exactamente a lo de antes, así que la clave va a estar en la flexibilización de espacios”, afirmó Alfonso Merry del Val, fundador de Merry Design Studio.
La versatilidad es también la mejor solución para la directora de proyectos de Ingennus Urban Consulting, Elena Vallino, quien aseguró que ahora lo que más se demanda es poder transformar espacios interiores en exteriores. Así, las terrazas que se abren y se cierran, para poder disfrutarlas tanto en los meses más cálidos como en los más fríos, serán uno de los elementos más cotizados, según auguró la arquitecta. Un ejemplo de esta capacidad de adaptación son todos los rincones híbridos que se crearon cuando se prohibió fumar en los establecimientos, también las carcasas transparentes que cubren las tapas que reposan en las barras de los bares. “Tenemos mucha habilidad para reinventarnos”, celebró la experta.
El cofundador de Grupo Nomo Ramón Jiménez comentó que, a su juicio, una manera interesante de conseguir esta elasticidad en los espacios es a través del diseño de compartimentos. “El restaurante puede ser muy grande, pero el cliente no tiene por qué ver a 120 personas cenando con él”, señaló. Incluso en los espacios diáfanos, la normativa, que se ha impuesto a raíz del Covid-19, exige una separación mayor entre mesas, algo que, según los expertos, se podría mantener tras la pandemia. “No es solo una cuestión de salud, sino también de intimidad”, reclamó Vallino.
Un aspecto que, según reconoció Merry del Val, controla bien la industria del lujo. “Estos espacios van a tener que cambiar poco porque ya respetaban las medidas antes, aunque también puede ser una oportunidad para hacer más cómodos los hoteles convencionales”, subrayó. La cuestión, como apuntó el consultor de International Hospitality Projects (IHP) Ignacio V. Sandoval, es ser realistas y no perder el punto de vista económico, sobre todo, si se tiene en cuenta que estas circunstancias son temporales. “Cuando se vuelva a la normalidad, la distancia se recortará de nuevo porque hay sitios que necesitan un determinado número de mesas para ser rentables”, recordó. Un argumento más a favor de la flexibilidad.
Por su parte, Mercedes Isasa, de TBC Interiorismo, animó a emplear las herramientas digitales para mejorar el nivel de higiene de los establecimientos. “Hay tecnologías para todo, desde códigos bidi para consultar el menú a ascensores que se pueden controlar con la voz para que no haga falta tocarlos”, desarrolló.