Una gran recesión de duración incierta que España afronta en desventaja
La incertidumbre sobre la evolución de la pandemia y sobre la posibilidad de disponer de una vacuna puede hacer que las previsiones del FMI se queden cortas
Las previsiones publicadas ayer por el FMI sobre el alcance y profundidad de la crisis que afronta la economía mundial como consecuencia de la pandemia de Covid-19 apuntan a una debacle de proporciones históricas y cuyas dimensiones comprenden la práctica totalidad de los países del mundo. El organismo internacional, que prevé una contracción de la riqueza global del 3% durante este año y un rebote del 5,8% el que viene, dibuja un escenario aún más oscuro para España –que incluye un hundimiento del 8% en el PIB en 2020, similar al de toda la Gran Recesión y el doble del sufrido en 2009, y un aumento del paro hasta el 20,8%– que comenzará a revertirse en 2021, con un repunte del crecimiento del 4,3%.
Pese a la gravedad de la factura que la pandemia dejará en la economía global, que se une al drama irreparable de la pérdida de vidas humanas, el FMI considera que la recesión causada por lo que denomina el Gran Confinamiento, es decir, por las medidas de contención adoptadas durante la emergencia sanitaria, sea intensa, pero no especialmente duradera. Una hipótesis que se apoya en el hecho de que la crisis no es endógena ni tiene raíces estructurales, sino que su naturaleza es claramente coyuntural. Sin embargo, la incertidumbre que rodea a día de hoy la evolución de la epidemia y la posibilidad de disponer pronto de una vacuna o una medicación que permita normalizar la actividad empresarial, la vida social y el consumo, puede superar los cálculos del FMI y hacer que se queden cortos. A ello hay que sumar que no todos los sectores pueden aspirar al mismo grado de elasticidad en la recuperación, ya que algunos –como es el caso del turismo y la hostelería– acusarán especialmente el cambio de hábitos, el temor y la aversión al riesgo que esta emergencia sanitaria dejará en la población, una cicatriz que no será fácil de cerrar y que pone muy en cuestión que el rebote pueda producirse el año que viene y en esos parámetros.
España afronta la gravísima tormenta económica generada por el Covid-19 con especial fragilidad y dificultades específicas, provocadas en parte por el peso crucial que una industria tan expuesta como la turística tiene en la economía, pero también por no haber aprovechado los años de bonanza para sanear suficientemente las finanzas del Estado, lo que lastrará las políticas de estímulo que el Gobierno pueda adoptar. Pese a todo, estamos ante una recesión que salpicará a todos los países, que obligará a adoptar políticas activas por parte de todos y que, como señala el FMI, hará imprescindible reforzar la cooperación internacional y dejar atrás conflictos dañinos, como las guerras comerciales, propios de tiempos de prosperidad.
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