Paciencia y liquidez en la cuarentena de los mercados, que siempre acaba antes
Es momento de buscar empresas con ingresos recurrentes, poca deuda, dividendos regulares y control familiar
Algunos de los paradigmas ordinarios de la inversión han saltado por los aires a la vez que las plusvalías generadas por la inmensa mayoría de las compañías cotizadas en 2019, pese a ser uno de los que mejor desempeño registró en el último decenio; pero otros, los más sólidos, siguen vigentes, como sigue vigente el valor subyacente de los grandes proyectos empresariales que monitoriza el mercado cada día, pese a la súbita y vertiginosa caída de ventas y el desplome de beneficios que le seguirá. Los inversores particulares deben, ante todo, mantener la calma hasta que la tormenta pase, que pasará, porque nunca llovió que no escampara. Las economías de mercado y libertad de empresa han superado siempre las adversidades más críticas en el pasado, y volverán a hacerlo ahora. Superaron la crisis de los años treinta del siglo XX y superaron la Gran Recesión de los años 2008-1012. Hay poderosas razones, por tanto, para pensar que superarán esta virulenta crisis más pronto que tarde si se atienen a las disciplinadas medidas de combate al virus.
Las preguntas que se hacen los inversores que toman por su cuenta las decisiones, los que no están en manos de los gestores profesionales de fondos, tienen respuesta, como explican los expertos. La primera es que la renta variable sigue escondiendo los mejores potenciales de rentabilidad del mercado, pero que elegir el momento de entrada y de salida precisa de mayor reflexión que en tiempo de normalidad. Abandonar ahora las apuestas que se dieron por buenas hace una temporada no es solución, porque seguramente lo que era buena idea de inversión hace tres meses seguirá siéndolo dentro de otros tres, aunque por el camino se haya puesto en cuestión tal aseveración. Por tanto, no aprovechar las fuertes caídas de precios de los títulos para hacer correcciones integrales de las carteras.
Conviene mantener dosis de liquidez elevadas, tanto para no tener que malvender ahora posiciones en buenas compañías como para poder incrementarlas cuando se considere que ha llegado el momento de la recuperación de las Bolsas. Las caídas han sido muy fuertes, pero nadie puede asegurar que no puedan ser sobrepasadas en el futuro, en el medio plazo, si la economía sufre daños estructurales mayores de lo previsto. En todo caso, conviene ir observando qué ocurre en la otra parte del mundo donde han pasado por las mismas circunstancias que ahora Europa, para comprar cuando llegue el momento, que será, sin duda, antes de que las empresas empiecen a ofrecer datos con mejoras de sus beneficios. Paciencia y buscar siempre empresas con ingresos recurrentes, poca deuda, dividendos regulares y control familiar.
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