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Almería, la despensa de Europa, sale al rescate de sus acuíferos

Los regantes se proponen reducir el uso de pozos al mínimo renovable Están dispuestos a invertir 10 millones en una desalobradora

Riego por goteo en un invernadero de Almería donde se cultivan tomates.
Riego por goteo en un invernadero de Almería donde se cultivan tomates.Getty Images

Este año se cumplen 50 de la llegada del riego por goteo a España. Los agricultores de Almería tenían previsto celebrar el Día Mundial del Agua con una mesa redonda dedicada a este tema en Vícar, ayuntamiento de la comarca del Poniente almeriense donde se instalaron los primeros emisores en 1970, pero la actividad ha sido suspendida debido al estado de alarma decretado por el Gobierno para contener la propagación del coronavirus.

La llegada a la provincia de este sistema de riego agrícola, ideado por los británicos pero perfeccionado y popularizado en todo el mundo por los israelíes, marcó un antes y un después para la economía del sureste del país, ya que ayudó a que una de la zonas con mayor déficit hídrico de España se convirtiese en despensa de Europa.

“Todos los avances que hemos ido incorporando en goteros, automatización y sensores han permitido que ahorremos una cantidad de agua enorme”, destaca José Antonio Fernández, portavoz de la Mesa del Agua de Almería, que agrupa a unos 20.000 agricultores. Precisa que si con el riego a manta se gastaban entre 18.000 y 20.000 metros cúbicos por hectárea al año, con el riego por goteo ese consumo se ha reducido hasta los 4.500 m3/ha al año. “Con el mismo volumen que usábamos para regar una hectárea, hoy regamos cuatro”, ilustra.

La masificación de este sistema, combinado con el boom de los invernaderos, que también empezó en los setenta, explica por qué una de la zonas con mayor déficit hídrico de España –desde Murcia hasta la costa malagueña, pasando por la granadina y la provincia de Almería– surte de frutas y hortalizas a toda Europa.

Este 2020 se cumplen 50 años de la llegada del riego por goteo al sur de España

“Almería es la zona más desértica de España. Pero en los sesenta se descubrió que se podía extraer agua de pozos y trabajar con invernaderos, dando origen al famoso mar de plástico del Campo de Dalías. De las actuales 80.000 hectáreas de regadío, 33.000 se cultivan en estos recintos que suponen más del 90% de la producción hortícola de la provincia y facturan unos 2.400 millones de euros (de un total de 2.700)”, señala José Antonio Salinas, catedrático de la Universidad de Almería.

La abundancia de sol durante todo el año permite que estas pequeñas explotaciones familiares puedan cosechar dos veces al año (tomates en invierno y sandías en primavera, por ejemplo) y obtener unos rendimientos muy superiores a los de sus rivales holandeses, que solo pueden tener una campaña anual a un coste más alto por el gasto en energía. “Aquí basta con plástico, sol y trabajo”, enfatiza Salinas.

Pero al basarse en el uso de agua subterránea, el éxito del modelo ha costado el desgaste de los acuíferos, que ahora los agricultores se proponen recuperar. La Mesa se ha comprometido a reducir la extracción de este recurso en 80 hectómetros cúbicos anuales y compensarlos con agua desalinizada y regenerada.

La situación más crítica es la del acuífero del Poniente, que durante muchos años ha sido sobreexplotado. “Para recuperarlo, tenemos que extraer menos de 70 hm3 al año, que es el volumen que recarga de manera natural”, explica Fernández.

Con ese objetivo, los regantes han pedido a Acuamed (Aguas de las Cuencas Mediterráneas) que amplíe la desaladora de la comarca, que ya funciona al tope de su capacidad, de 30 a 40 hm3, y están dispuestos a invertir 10 millones en la construcción de una desalobradora en la Balsa del Sapo, un humedal que ha brotado de forma artificial en El Ejido y que cada vez que llueve inunda las poblaciones vecinas. Esta infraestructura podría aportar otros 20-25 hm3.

También han pedido a cuatro municipios (El Ejido, Roquetas de Mar, Vícar y La Mojonera) que inviertan en conjunto unos 60 millones en la depuración de sus aguas residuales, de manera que en lugar de acabar en el Mediterráneo, puedan ser aprovechadas en regadío (10-12 hm3).

Previsiones hidrológicas

Déficit. Si se cumple la planificación hidrológica, el déficit hídrico de la comarca del Poniente, donde están la mayoría de invernaderos de la provincia, se reducirá del 19% en 2015 al 1,8% en 2027.

Mix. Para lograrlo, el agua subterránea pasará de representar el actual 72% del consumo agrícola al 50% en 2027. La otra mitad se repartirá entre agua regenerada (12%), desalada (5%) y superficial (ríos y embalses, 43%).

Obras. José Antonio Salinas, de la UAL, opina que la meta es factible si Acuamed invierte en las obras que están pendientes, como la reparación de la desalinizadora del Bajo Almanzora y la ampliación de la de Carboneras.

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