Sí, los ODS y la RSC se llevan bien
Unas empresas socialmente responsables extendidas por todas partes son una palanca económica para el desarrollo
A tenor de lo leído y escuchado en múltiples ocasiones parecería que la responsabilidad social corporativa (RSC) y los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) no se llevan bien. Algunos incluso piensan que los ODS han venido para acabar con la RSC como si de un producto sustitutivo se tratara. Por otra parte, hay también quienes se apuntan al discurso de la confusión terminológica empleando impropiamente, sin ningún rigor ni pudor, cual batiburrillo conceptual, denominaciones tales como sostenibilidad, desarrollo sostenible, criterios ESG, acción social, empresa ciudadana, conducta empresarial responsable, economía del bien común, finanzas sostenibles…
Ante este panorama, cabe hacer una reflexión e intentar emitir unas conclusiones que aporten algo de coherencia en este debate de actualidad, más de actualidad que nunca, al que se incorporan cada día con más fuerza multitud de entidades, gobiernos y organismos nacionales y supranacionales. Consciente de todo ello, la comisión de Responsabilidad Social Corporativa de nuestra organización se ha pronunciado a través de una opinión emitida. Pionera en el estudio de la RSC e introducción de buenas prácticas en nuestro país, este grupo de expertos, en el que se encuentran representados todos los ámbitos implicados en la materia (empresarial, institucional, académico, profesional, etc.), concluye que existe un perfecto alineamiento entre los objetivos de la RSC y los ODS en una estrecha interrelación que permite afirmar que el cumplimiento de los objetivos de la RSC conlleva el cumplimiento, directo o indirecto, de los ODS y viceversa, es decir, el cumplimiento de los ODS por parte de las empresas expresaría un comportamiento socialmente responsable.
Si bien es cierto que esta conclusión podría quedar patente en la propia resolución de Naciones Unidad (septiembre ,2015) “Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible” y en determinados informes como SDG Compass, en el que se afirma que prestar especial atención a los problemas, intereses, preocupaciones y expectativas de las partes interesadas ayudará a identificar y construir una comprensión exhaustiva del impacto de la empresa en los ODS, cierto es también, que no se menciona explícitamente la RSC como concepto y sistema de gestión coadyuvante en la consecución de los ODS.
Los ODS se refieren a aspectos de carácter económico, social y medioambiental alineándose, por lo tanto, con la triple dimensión de la RSC y con sus sistemas de gestión, medición y reporte. En este sentido el grado de aportación de cada organización para el cumplimiento de los ODS puede ser medido a través del modelo de reporte de la RSC. Es decir, la información sobre RSC o información no financiera puede ser el lugar idóneo donde poner en valor dicho grado de cumplimiento de los ODS. Modelos o guías como el desarrollado por nuestra organización sobre información integrada (financiera y no financiera), referenciado por la normativa española (Ley 11/2018 sobre información no financiera y diversidad), representa un marco adecuado para este fin. Es necesario difundir y concienciar acerca de que las políticas de RSC, implantadas con éxito desde hace años por muchas compañías y entidades, son un camino privilegiado para cumplir con los ODS. Animar a las empresas, pero también a las administraciones públicas y otras organizaciones, a que pongan en valor que sus políticas de RSC están alineadas con los ODS midiendo y reportando su impacto, debería ser una tarea prioritaria en los próximos tiempos.
A su vez la exigencia de determinados organismos nacionales e internacionales para que se implante el concepto de Finanzas Sostenibles y se cumplan con los criterios ESG (Enviromental, Social, Governance) refuerzan el papel de la Inversión Socialmente Responsable y de la RSC como vehículo adecuado para alcanzar los ODS.
Que nadie dude, pues, que unas empresas socialmente responsables extendidas por todas partes, representaría una potente palanca para mejorar la situación económica, social y medioambiental de nuestro planeta, ayudando, por lo tanto, a erradicar la pobreza y el hambre, garantizar una vida sana y una educación de calidad, la igualdad de género, el agua limpia y la energía asequible, el trabajo decente y el crecimiento económico, la innovación y producción responsables, la conservación del entorno natural y el clima, así como promover sociedades pacíficas, justas y sostenibles alineadas para intentar alcanzar todos estos objetivos, los deseados ODS.
José Luis Lizcano Alvarez es Director Gerente de AECA