¿Cómo aseguro mi jubilación?
Trazar un plan y pensar en nuestros objetivos, primer paso para asegurar el futuro y ganar tranquilidad
“Me preocupa no contar con dinero suficiente cuando me jubile” o “¿Qué puedo hacer si me surgen imprevistos y con la pensión pública y lo que he ahorrado para la jubilación no tengo suficiente?” Estas son algunas de las frases que más se suelen repetir cuando escuchamos a las personas hablar de lo que les preocupa de cara a su jubilación.
La parte económica -además del estado de salud- suele ser la protagonista en la gran mayoría de las conversaciones. ¿El motivo? Llevamos meses leyendo noticias sobre la sostenibilidad de nuestro sistema público de pensiones, sobre cuánto se pueden reducir las pensiones en el futuro, cómo se van a sustentar, qué reformas se necesitan, etc. Y, en medio de todo este ruido, la preocupación se incrementa.
Es un hecho que cada vez nos preocupamos más por nuestra jubilación, aunque fallamos a la hora de tomar medidas. Nos ocupamos poco y, además, solemos hacerlo a medida que vemos que el horizonte hacia la jubilación se acorta. ¿Por qué pasa esto? Belén Alarcón, socia y directora de asesoramiento patrimonial de Abante, nos recuerda que esto sucede porque tenemos estructuras cerebrales de millones de años preparadas para pensar a corto plazo y visualizar el futuro en tercera persona
Primer paso: pensar en nosotros mismos
Para asegurarnos de que vamos a poder vivir la jubilación que siempre hemos querido tener o que, al menos, vamos a poder mantener el mismo nivel de vida que cuando trabajamos, una de las primeras cosas que debemos hacer es contextualizar el dinero en nuestra vida. “Tenemos que entender que el dinero no es un fin, sino que es el medio que nos va a ayudar a conseguir lo que para nosotros es importante”, explica Alarcón. Y por lo importante es, precisamente, por lo que tenemos que empezar.
Así, antes de invertir en un determinado producto financiero para nuestra jubilación debemos replantearnos nuestros objetivos y pensar para qué queremos invertir, qué es lo que vamos a querer hacer con nuestro ahorro. Es decir, debemos, siempre, empezar pensando en nuestro plan personal.
¿A qué edad voy a querer jubilarme? ¿Qué voy a querer hacer cuando me jubile? ¿A qué voy a querer dedicar mi tiempo? ¿Me pueden surgir imprevistos? Aquí no podemos olvidarnos de algo que nos afecta de lleno: el incremento de la esperanza de vida.
Tener vidas centenarias va a dejar de ser algo extraordinario en cuestión de décadas. Es un hecho que, si vivimos más años y la edad de jubilación se mantiene estática, vamos a pasar mucho más tiempo como jubilados, por lo que, inevitablemente, vamos a necesitar más dinero.
Debemos pensar también que no solo ganamos en años de vida, sino también en calidad. Vivimos mejor, por lo que vamos a llegar a la jubilación más activos y con más ganas de hacer cosas, por lo que puede que en nuestro plan para la jubilación podamos pensar en volver a estudiar, emprender una segunda carrera profesional o dedicarnos a viajar por el mundo.
Por otro lado, y como el futuro es incierto por naturaleza, debemos tener en mente que puede que nos surjan imprevistos relacionados con nuestra salud, que harán que nuestros gastos de asistencia o dependencia se incrementen considerablemente.
Segundo paso: trazar el plan financiero
Reflexionar sobre todo lo que está por delante nos va a ayudar a pensar en nuestra jubilación en primera persona y, también, a comprometernos porque después de hacer el plan personal toca hacer un ejercicio de planificación financiera y responder a preguntas como: ¿cuánto cuesta mi objetivo? ¿Cuánto me cuesta mantener el nivel de vida que quiero? ¿Cuánto tengo ahorrado? ¿Cuánto puedo ahorrar?
Responder a todas estas cuestiones nos va a servir para saber la diferencia entre lo que tenemos y lo que cuesta nuestro objetivo para, así, poder acudir a los mercados financieros buscando la rentabilidad que nos permita cubrir ese déficit. Realizar este ejercicio de planificación financiera, con un ayuda de un asesor financiero, nos va a permitir ir modulando nuestra inversión a medida que se acerca nuestra jubilación o si nuestras circunstancias personales cambian.
Invertir con éxito
Buscar la mejor gestión para nuestra jubilación es vital para asegurarnos nuestro futuro. La mejor forma de obtener rentabilidad es apostando por carteras globales y diversificadas, tanto por sectores, como por tipo de activos, áreas geográficas y estilos de gestión.
En este sentido, tenemos que recordar que una de las ventajas de invertir para cuando dejemos de trabajar es que -si lo hacemos con tiempo- disponemos de un gran horizonte temporal por delante, lo que nos va a permitir asumir más riesgo con nuestras inversiones -el tiempo nos permite reducir los efectos de la volatilidad en el corto pazo- y potenciar el efecto del interés compuesto, para que el capital final que obtengamos sea mucho mayor.
¿En qué producto invertimos? Planes de pensiones, PPA, PIAs, plan de ahorro 5, etc. La oferta de inversión para la jubilación es cada vez mayor, por lo que conocer las ventajas de cada producto financiero nos va a ayudar a elegir el que nos permita cumplir nuestros objetivos, teniendo en cuenta otros aspectos como la fiscalidad.
Planifica ahora tu jubilación para evitar preocuparte en el futuro