Perspectivas para 2020: pendientes de la recuperación
La economía mundial crecerá por debajo del 3%, un alza que tampoco superarán los bonos del Tesoro a 10 años Rentabilidades cercanas a los dos dígitos en renta variable, con mejor potencial fuera del mercado norteamericano
Parece que fue ayer cuando dábamos la bienvenida a 2019 con los expertos divididos entre si habría recesión o solo una ralentización del crecimiento económico. Ya ha pasado casi un año y es el momento de hacer balance y avanzar previsiones sobre cómo se comportarán los mercados en los próximos meses.
Schroders ya ha hecho sus previsiones para 2020, un ejercicio para el que sus expertos, siendo selectivos en el tipo de activos, aún esperan ganancias tanto en renta variable -mayor potencial fuera de EE.UU- como en fija -apuestan por el bono estadounidense-, pendientes, eso sí, de que la recuperación económica sea más decidida.
Y es que parece que los escenarios económicos ya no tienen las mismas consecuencias que tradicionalmente conllevaban. Por ejemplo, tal y como recuerda Johanna Kyrklund, responsable de inversión multiactivo global de Schroders, a principios de 2019 los análisis indicaban que el ciclo económico entraba en una fase de desaceleración a nivel mundial. Un escenario normalmente peligroso para los llamados "activos de riesgo", particularmente para las acciones, sin embargo "creemos que este ciclo es diferente".
Normalmente, es en la última parte de los ciclos económicos cuando las cotizaciones se ven más afectadas, ya que crecen tanto los gastos corrientes (materiales, mano de obra, etc.) como los costes por endeudamiento de las compañías. Asimismo, los bancos centrales suelen optar por mantener altos los tipos de interés para controlar los efectos del aumento de la inflación. A eso se suma que los salarios crecen a medida que disminuye el desempleo y que un crecimiento más fuerte significa una mayor demanda de materiales.
La intensificación de la guerra comercial es el riesgo más significativo, ya que podría llevar al crecimiento mundial a caer por debajo del 2%
Efectivamente, el entorno descrito suele afectar al valor de la acción, admite Kyrklund, sin embargo, esta vez las cosas están siendo diferentes, ya que la escasa inflación "ha permitido a los bancos centrales reducir los tipos más rápidamente para apoyar el crecimiento. Esto ha beneficiado a los títulos, a pesar de que los resultados empresariales, en muchos casos, han decepcionado. Dicho esto, todavía estamos viendo aumentar los costes en algunas áreas".
Perspectivas para la renta variable
Siguiendo con las previsiones para 2020, la responsable de la gestora ve más atractivo en las acciones que en activos refugio como la deuda soberana, no obstante, advierte de que es necesaria una mejora en los resultados empresariales para generar mayores ganancias.
En concreto, Schroders califica de optimistas las expectativas de ganancias en Estados Unidos, ya que el incremento de costes puede mermar el beneficio. De hecho, ven rentabilidades altas de un solo dígito, pero mayor potencial de ganancias en otras regiones. "Nuestra opinión sobre los mercados emergentes, por ejemplo, se ha vuelto más optimista después de conocer los datos de producción", aseguran.
¿Qué ocurrirá en la renta fija?
En la gestora internacional prevén que tanto el crecimiento global como el rendimiento de las emisiones del Tesoro estadounidense a 10 años, se mantengan muy por debajo del 3% en el próximo año.
"La liquidez proporcionada por los bancos centrales, y en particular por la Reserva Federal, ha reducido el riesgo de recesión", admite la directora de inversiones y jefa de multiactivos globales, "pero los préstamos de los bancos comerciales siguen siendo moderados. Necesitaríamos ver un repunte claro para que haya una recuperación económica más pronunciada".
En este escenario, en el que preocupa más el decepcionante crecimiento que el aumento de la inflación, aún confían en los bonos estatales para proteger una cartera multiactivos. "Una desaceleración económica puede ser perjudicial para los beneficios de las empresas y la rentabilidad de las acciones, mientras que los bonos gubernamentales suelen presentar un rendimiento superior en estos periodos". De hecho, apuestan claramente por los bonos del Gobierno de Estados Unidos, ya que ofrecen mejor retorno que, por ejemplo, el bund (el bono estadounidense renta el 1,78% a 10 años frente a la rentabilidad negativa del 0,35% de su equivalente alemán), y tienden a superar a otros activos en épocas de desaceleración.
Los tipos de interés se mantendrán bajos, lo que debería controlar la volatilidad económica y la del mercado
Que los grandes fondos de pensiones estén reduciendo el riesgo de sus carteras les lleva a pensar que los rendimientos de la renta fija seguirán siendo reducidos. Y es que la mayor demanda de bonos por parte de estos inversores institucionales "impide que los rendimientos aumenten significativamente y reduce el diferencial entre los rendimientos de los bonos corporativos y gubernamentales", aseguran.
El riesgo político sigue ahí
Lo que no parece que vaya a desaparecer es el riego político que nos ha acompañado durante todo el año, sobre todo en un entorno macro con crecimiento escaso y desigual. Desde Schroders creen que la intensificación de la guerra comercial entre Estados Unidos y China es el riesgo más significativo, ya que podría llevar al crecimiento mundial a caer por debajo del 2%.
Menor impacto en las previsiones de crecimiento tendría un gobierno estadounidense menos conservador, sin embargo, creen que sí afectaría a la perspectiva de resultados empresariales.
En cuanto a la política fiscal de los Gobiernos, tan debatida en los últimos tiempos, "esperamos un relajamiento en el Reino Unido. En cualquier caso, el estímulo fiscal está disminuyendo en Estados Unidos y no vemos voluntad política de una relajación fiscal significativa en Alemania. En general, es poco probable que haya una gran expansión de la política fiscal a nivel mundial en 2020", resume Johanna Kyrklund.
Una vez repasados todos estos aspectos, los expertos de la gestora concluyen que la ausencia de una recuperación global más decidida impide rotar significativamente las carteras. Los bajos tipos de interés, que controlan la volatilidad económica y financiera, obligan a mantener la inversión. Así pues, trabajan con el objetivo de conseguir beneficiarse del entorno de liquidez sin exponerse demasiado al riesgo económico.