El camino para buscar la excelencia y llegar a cruzar a nado el Estrecho
El empresario Jacobo Parages estaba condenado a vivir en silla de ruedas, pero con empeño, perseverancia y tesón le ha dado la vuelta a su destino
La excelencia se consigue con voluntad, perseverancia y confianza. Una receta que puede funcionar como motor de progreso. Es el método que eligió el empresario y formador Jacobo Parages, de 53 años y autor del libro Lo que aprendí del dolor, quien a raíz de ser diagnosticado espondilitis anquilosante –una enfermedad crónica que debilita las articulaciones–, con tan solo 28 años, y superar un tumor maligno detectado en 2013, forzó los límites que le vaticinaron que podía hacer, entre ellos la condena de tener que ir en silla de ruedas: cruzó a nado el estrecho de Gibraltar y más tarde se propuso otro reto, cubrir la distancia entre Mallorca y Menorca. De todo ello habló en una jornada titulada No limits for talent, organizada en Cunef (Colegio universitario de estudios financieros) por la Fundación Ankaria,
Dos enfermedades que podrían haber hundido su vida personal consiguieron justo lo contrario: que se pusiera fijara nuevos retos. La clave, según Parages, reside en centrar la mirada en un objetivo concreto y no tener miedo a fracasar. “Todos tenemos la capacidad de lograr grandes metas”, aseguró dirigiéndose a los alumnos de Cunef, “pero no todos las vais a conseguir porque lo importante es quién tiene la capacidad de hacer los esfuerzos que requieren este tipo de ilusiones”. Ante esos casos, el emprendedor recomendó disfrutar del camino y no perder de vista el propósito detrás de cada reto que se persigue. Él sigue teniendo miedo, pero nada le frena a seguir adelante. Su trabajo ha sido un continuo aprendizaje tanto en lo profesional como en lo personal. Y si algo ha aprendido ha sido la importancia de las personas, de su motivación y su felicidad. "Pienso que el motor de las empresas son las personas, son el núcleo de su labor y de su éxito"..
El progreso continuo es un objetivo que se puede perseguir de varias maneras. Así lo cree el presidente de Microsoft en Latinoamérica, César Cernuda, para quien la era digital supone una gran oportunidad para desarrollar todo el potencial humano. “Hay que pensar de manera diferente. Hace muchos años, cuando los caballos eran el medio de transporte, había mucha gente reflexionando sobre qué se podía hacer que estos animales fueran más rápido o cargaran más peso. Por otra parte, un grupo de personas pensó que, aprovechando que ya se había inventado la rueda, se podían crear los coches”, expuso durante su intervención en la citada jornada, mientras invitaba a los estudiantes y profesionales que atendían a su intervención a meditar sobre cómo aplicar este tipo de pensamiento lateral a sus propios ámbitos de trabajo. “Si tenemos razonamientos cerrados, perdemos muchas oportunidades”, añadió.
Los datos son, según el directivo, la principal palanca para esta transformación, pues permiten proyectar trayectorias más personalizadas. Hay colegios en los que, a través de inteligencia artificial, son capaces de analizar el comportamiento de un alumno y establecer si ese estudiante va a tener o no problemas en el futuro. “Eso es algo que ya existía, que se ha hecho toda la vida, pero era un modelo basado en la percepción de una persona, del profesor, no se fundamentaba en datos objetivos”, comentó. Un sistema que puede ayudar a desarrollar el potencial individual, pues ilustra de manera mucho más evidente los puntos individuales que se deben mejorar. No obstante, el directivo también advirtió de los peligros de este tipo de métodos: “Hay que exigir que la inteligencia artificial sea ética. No podemos permitir que la tecnología reproduzca los sesgos contra los que llevamos años luchando”.