La primera negociación entre PSOE y Podemos concluye sin acuerdo por el reparto de sillas
Sánchez e Iglesias comparten el plan fiscal y laboral con matices salvables sobre IRPF o sicav pero el pulso por el tipo de Gobierno sigue evitando el pacto
Mes y medio después del fracaso de la negociación in extremis que el PSOE y Unidas Podemos mantuvieron para tratar de acordar un Gobierno de coalición que desbloqueara la investidura de Pedro Sánchez como presidente, ambos grupos retomaron este jueves el diálogo más distantes que entonces. Los socialistas aspiran ahora a un acuerdo meramente programático, que parecía sencillo habida cuenta el fuerte consenso entre las propuestas de ambas partes, si bien el pacto parece lejano porque Podemos sigue reclamando entrar en el Ejecutivo y el PSOE lo rechaza, lo que motivó que la cita haya acabado sin claros avances. Este escollo promete tensar las reuniones de negociación que resten hasta el 23 de septiembre cuando, si no hay presidente, se impondrá una repetición electoral.
La cita arrancó este jueves a las 16.30 en el Congreso y culminó cinco horas después. La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, lideró el equipo de negociadores del PSOE, que incluía a la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, y a la portavoz socialista en la Cámara Baja, Adriana Lastra. El equipo de Podemos, dirigido por su secretario de organización, Pablo Echenique, contó con la portavoz adjunta, Ione Belarra, y los representantes de las confluencias En Comú Podem, Jaume Asens; Equo, Juantxo Uralde; IU, Enrique Santiago; y Galicia en Común, Yolanda Díaz. “Esperemos que vaya bien, a ver qué nos cuentan”, declaró Echenique a su llegada, mientras que Calvo aseveró tener “todas” las esperanzas en acabar logrando un pacto. No fue así, al menos de momento.
“Nos hemos emplazado a seguir hablando”, reveló Belarra al final de la cita, “preocupada” por el hecho de que el PSOE se mostrara “inamovible” en su decisión de rechazar un Gobierno de coalición y criticando que sus negociadoras acudieran a la cita con un mero “programa electoral”.
Sin detallar que asientos en instituciones independientes del Consejo de Ministros se les han ofrecido, como avanzó Sánchez y avaló Calvo anticipando que podían incluir la CNMV, el Defensor del Pueblo o el CIS, Belarra ha sostenido que esta "tercera vía" es "la del partido único" en el Ejecutivo que Podemos rechaza.
“Hemos constatado diferencias pero lo importante es que nos hemos sentado a hablar, sostuvo a su vez Lastra, que defendió la propuesta socialista como un camino intermedio que permitiría alcanzar un pacto "sin vencedores ni vencidos". "Nos une mucha gente que está esperando que haya un Gobierno progresista", declaró a los medios al término de la cita.
De momento el consenso es amplio en cuanto al programa para la legislatura que contiene el documento de 370 medidas con el que el PSOE acudió a la cita como punto de partida. Después de todo, el documento recoge buena parte del plan presupuestario 2019 pactado por ambas partes –que el Congreso acabó tumbando– así como algunas de las propuestas que Podemos hizo en agosto. En todo caso, en lo económico hay algunas reclamaciones de la formación morada que el PSOE no ha incluido en su plan, presumiblemente para dar espacio a ceder victorias a Podemos durante la negociación.
Así, en el plano fiscal ambas partes proponen crear las tasas Google y Tobin; fijar un tipo mínimo del 15% en Sociedades para grandes empresas (y bajarlo a la pyme); limitar la exención sobre beneficios de filiales en el extranjero; aumentar el control de las sicav; endurecer la lista de morosos o bajar el IVA veterinario al 10%. Sin embargo, las 370 medidas del PSOE no incluyen elevar el IRPF a las rentas altas (en dos puntos desde los 130.000 euros y cuatro desde 300.000); obligar a las socimis a tributar por el beneficio no distribuido o rebajar el IVA de productos de higiene femenina al 4%, como pide Podemos. El pacto aquí parece sencillo, eso sí, ya que el PSOE ya las aceptó en el plan presupuestario común. Más debate podría generar el impuesto específico para la banca que pide el partido de Pablo Iglesias y el PSOE descartó.
En el campo laboral, unos y otros apuestan por impulsar los contratos fijos frente a los temporales; luchar contra el fraude en el tiempo parcial o de falsos autónomos; revisar las causas del despido objetivo; regular la figura del becario o limitar la interinidad de los funcionarios. El gran matiz está en que Podemos pide “derogar” la reforma laboral del PP y el PSOE se contenta con “modificar los aspectos más lesivos”.
Más cercana es la pretensión compartida de seguir subiendo salario mínimo y pensiones (ligándolas al IPC), mientras que el PSOE ya ha prometido educación gratuita de cero a tres años o frenar el alza abusiva de los precios del alquiler como quería Podemos.
En el resto de asuntos parece probable que acaben pactando. El quid sigue siendo si formar Gobierno de coalición o no. El líder del PNV, Andoni Ortuzar, conminó este jueves ambas partes a desbloquear la parálisis política del país defendiendo que un buen acuerdo no es el que contenta a todas las partes, sino el que no gusta a ninguna porque todas ceden.
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