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La tribuna de los fondos
Tribuna
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¿Invertir en renta fija pese a las rentabilidades negativas?

Hay bonos emitidos por algunos Gobiernos que siguen funcionando como refugio

El ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz, y la canciller, Angela Merkel, el pasado día 28 de agosto.
El ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz, y la canciller, Angela Merkel, el pasado día 28 de agosto.REUTERS

Un 25% de la deuda emitida por Gobiernos y compañías ofrece actualmente rentabilidades negativas. La verdad es que impresiona que la deuda suiza y la alemana tengan un rendimiento inferior a cero en todos los plazos. Prestar durante 30 años y que encima te cueste dinero, si mantienes a vencimiento, es difícil de asimilar. Pero aún es más sorprendente cuando ves deuda de compañías con rentabilidades negativas incluso a diez años, aunque sean empresas tan grandes como Nestlé o Siemens.

El índice de Bloomberg que representa todo el mercado de renta fija, el Multiverse, ofrece actualmente una rentabilidad media inferior al 1,5% (hay que tener en cuenta que los bonos de baja calidad pesan bastante poco). Todavía es más desconcertante ver que el índice de bonos denominados en euros, que agrega Gobiernos y corporaciones de alta calidad, tiene una TIR negativa.

Con estos niveles de rentabilidad, ¿tiene sentido invertir en fondos de renta fija o en mixtos con gran parte de su cartera en activos de renta fija?

Aunque les sorprenda, yo creo que sí; sí deberíamos seguir manteniendo una parte de nuestra cartera invertida en fondos de renta fija, como complemento, alternativa o incluso como refugio de la parte que tengamos en renta variable. En esta tribuna intentaré explicar por qué veo interesante estar invertido de forma estratégica en bonos y no me estoy refiriendo a tener fondos flexibles de renta fija que puedan moverse entre rangos muy amplios en duración y/o en calidad de crédito o llegar a venderse. Hablo de tener como activo estratégico fondos de high yield y de emisores emergentes y también cocos y subordinadas financieras, todo en una adecuada proporción.

La historia muestra que el high yield o la renta fija de emisores emergentes en divisa fuerte son activos de riesgo que tienen un riesgo menor a la renta variable y, en determinados periodos, la rentabilidad ha sido mejor. Desde que se recogen datos de bonos de alto rendimiento del mercado americano –desde 1926– este activo está en la frontera eficiente de rentabilidad riesgo y en varios periodos bate a las grandes compañías americanas en esta relación. Desde finales de 2000, el mercado de bonos denominados en euros de high yield no solo bate a los índices de acciones de la zona euro en rentabilidad-riesgo: lo bate de forma aplastante en rentabilidad (250% acumula el índice Pan Euro HY de Bloomberg frente a una rentabilidad inferior al 40% del Euro Stoxx 50, con dividendos brutos reinvertidos).

Nuevos tipos de renta fija, que antes de la crisis no existían, como los cocos, están mostrando ser mucho más rentables que las acciones de bancos. Además, cuando invertimos a través de fondos estratégicos (fondos siempre abiertos), los bonos se van comprando y vendiendo con diversos niveles de tipos y diferencial. Además, los vencimientos medios de la deuda de alto riesgo suelen ser bastante inferiores a los de la deuda gubernamental, por lo que la cartera se renueva con más frecuencia y no deberíamos pensar que la rentabilidad esperada actual es la que ofrecerá el activo en los siguientes 10 o 20 años: sin duda la media cambiará.

Muchos ven un enorme peligro en estos activos, porque piensan que han atraído a muchos inversores en una búsqueda desesperada de tires positivas. Por supuesto, es poco recomendable que los inversores aumenten el riesgo por buscar desesperadamente rentabilidad. Lo que propongo es considerarlos como una alternativa a los activos de más riesgo. Lo que me parece interesante es pasar parte de la renta variable a bonos de alto riesgo y emergentes (y creo que es lo que están haciendo algunos planes de pensiones americanos).

Como son activos de riesgo de volumen menor que la renta variable global, no los recomendaría como una alternativa total. Aunque son pequeños relativamente, en su conjunto tienen un volumen de emisiones al menos 10 veces mayor al tamaño del mercado bursátil español (y muchos más emisores que compañías listadas aquí). Así que tener parte del riesgo en este tipo de activos es algo que cualquier inversor, que no pueda o no quiera tener todo su dinero en renta variable, debería considerar. Cuando queramos bajar más riesgo, podemos pasar parte a bonos de alta calidad y en última instancia, pasar a bono gubernamental de alta calidad.

La deuda Gobierno emitida por países como Estados Unidos, Alemania, Japón, Suiza y Australia, tiene la peculiaridad de descorrelacionar con activos de riesgo. Históricamente ha funcionado como refugio en la mayoría de correcciones y han seguido actuando así inclusive este año, que partían de rentabilidades muy bajas e incluso negativas en algunos países. Así que a muchos inversores les compensa tenerlos estratégicamente para una parte de su cartera, porque bajan la volatilidad. Es verdad que para el inversor que pueda mantener liquidez sin mucho coste, esta parte de la cartera la puede minimizar.

Repito que mi propuesta es mirar los bonos con riesgo como una alternativa a la renta variable. El índice global de high yield ofrece más de un 6% de rentabilidad, el de bonos emergentes en divisa fuerte más de un 4% y los cocos y subordinadas, tienen menos historia, pero son uno de los nichos dentro de los activos líquidos de renta fija más interesantes para considerar. Si se desea asumir mucho riesgo divisa, la cobertura resta una parte de rentabilidad, pero en relativo, frente a otras opciones, estos activos ofrecen todavía rentabilidad real positiva con menos volatilidad.

Marta Díaz-Bajo es directora de Análisis de Fondos de atl Capital

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