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“No podemos dejar el ahorro previsión solo en manos del ciudadano”

El experto cree que los planes de empleo deben aplicarse en las pymes y considera que si tuvieran más masa podrían bajar las comisiones

Defiende los planes de pensiones de empleo, aquellos que promueven las empresas, como la fórmula ideal para que los ciudadanos ahorren. El responsable de la gestora de planes de Ibercaja cree que la industria está preparada para asumir un modelo de adscripción automática y deja en el tejado de la Administración extender la previsión a una mayor población y, sobre todo, a las pymes.

R. Según las encuestas nos preocupa no tener dinero suficiente al jubilarnos. ¿Cuál es el mejor vehículo para ahorrar?
R. Los fondos de pensiones de empleo por adscripción automática. No podemos dejar solo en manos de los ciudadanos que, de forma voluntaria y previsora, hagan algo por su ahorro futuro. Tenemos que darles un pequeño empujón y esa parte es la que Administración e industria tenemos aún pendiente de desarrollar.
R. ¿Qué se debería fomentar?
R. En materia de inversión colectiva y gestión de activos de fondos de empleo nuestra industria es muy eficiente, a pesar de tener en ese nicho de negocio solo 35.000 millones de euros, una cifra que nuestros vecinos multiplican por diez. Las entidades hemos sabido desarrollar buenos modelos de gestión, de hecho los planes de empleo son los más rentables con diferencia. ¿Por qué? Por sus comisiones aquilatadas. ¿Qué le falta? Volumen, y ahí entran las instituciones públicas. Los planes de empleo deben de llegar a una mayor población y sobre todo a las pymes. Tenemos que ser capaces de que la previsión social no solo la tengan las grandes compañías del Ibex, que seamos capaces de popularizarlo. Que sea sencillo incluso para las microempresas y también para los trabajadores. Y eso se puede hacer porque ya se ha implantado en Inglaterra, donde el 90% de los trabajadores ya tienen previsión social complementaria.
R. Sin embargo en los últimos años no se han creado planes de empleo nuevos, incluso los vinculados a las administraciones tienen congeladas las aportaciones.
R. Es que hay pocos incentivos para que empresa y trabajadores se sienten a negociar sobre la previsión social. Las compañías que los crean son de la nueva economía, empresas que quieren retener talento, donde lo utilizan como arma para diferenciarse de sus competidores, pero en la economía real deberíamos ser capaces de llevarlo también a las empresas normales. Y eso solo se puede lograr con un impulso de la Administración. No creo que haya que suplir a la Seguridad Social aunque sí complementarla, como nos denomina la ley. Pero no le pidamos solo a los ciudadanos que tengan esa capacidad previsora, la Administración tiene que poner medios para que sea interesante para todas las partes.
R. ¿Cree que las rentabilidades de los planes de pensiones individuales son suficientemente atractivas?
R. Siempre es poca, pero hay que ponerla en valor. Cuando hablamos de rentabilidades medias mezclamos muchos rendimientos distintos y clases de activos. La renta variable a diez años, por ejemplo, está dando medias del 7,52%. Si incluimos a todos los vehículos dan el 3,29% a la década, pero tenemos que ser conscientes, y ahí estamos trabajando mucho las entidades, de que los vehículos para el largo plazo que no tienen por qué ser conservadores de renta fija, que es la tradición. Estamos haciendo un apostolado para que el ciudadano entienda mejor el riesgo, qué es el largo plazo, que no podemos estar juzgando un vehículo de ahorro por su rentabilidad a un año, etc. En cualquier caso, tener más masa haría las comisiones más competitivas y mejoraría el rendimiento. Los planes de empleo tienen comisiones medias de 0,3% ó 0,4%, frente al 1,35% o 1,40% que pueden tener los planes del sistema individual.
R. ¿Es posible trasladar las menores comisiones a una mayor rentabilidad?
R. Que haya unas comisiones de control que te exijan un seguimiento como el que se está llevando en los fondos de empleo que ha sido positivo. Y la propia competencia entre los planes de empleo ha hecho que tengamos unos gastos más reducidos que se traducen en más rentabilidad. Si tuviéramos una masa mayor seríamos mucho más eficientes y podríamos trasladar esas comisiones a los planes para la ciudadanía, y ahí ya tendrías un aumento de la rentabilidad de cerca del 1%.
R. Es mucho más optimista que el presidente de Mapfre, Antonio Huertas, que recientemente admitió que los planes de pensiones no han funcionado.
R. No le podemos echar la culpa solo al producto. Ha tenido un desarrollo, no nos olvidemos, voluntario por parte del ciudadano y hasta hace muy poco era un producto absolutamente ilíquido. A la gente que le estás pidiendo que sea previsora en el ahorro tienes que premiarla, no castigarle cuando lo va a recuperar. Tenemos que pensar en la juventud y darle acicates para que sea previsora y eso se consigue pudiendo ofrecer productos con muchos atractivos. ¿Por qué no cogemos las deducciones que le damos a los planes cuando aportamos y las incorporamos al propio producto como un ahorro más? Solo con ese efecto aumentaríamos un 40% los saldos vivos en planes.

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