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Alison Rose, la pionera que hará cumbre en la City

La nueva consejera delegada de RBS será la primera mujer que dirija un gigante bancario en Reino Unido

Hogue

Desde que se levanta, Alison Rose (Reino Unido, 1970), que se postula para convertirse en la primera mujer en liderar uno de los cuatro grandes bancos de la City, el Royal Bank of Scotland (los otros tres son Barclays, HSBC y Lloyds Banking Group), trabaja con una idea grabada a fuego en su mente: que todo el que tenga una buena idea para un negocio encuentre su ayuda, especialmente si se trata de una nueva empresaria.

Proveniente de familia militar, hasta que finalmente se estableció en Reino Unido, Rose pasó los primeros 15 años de su vida viajando, lo que despertó en ella un temprano interés por el mundo de la diplomacia. Esto la condujo a graduarse en Historia en la Universidad de Durham (Inglaterra), pero unas prácticas como aprendiz en el National Westminster Bank en 1992 alteraron para siempre sus planes: desde una sucursal bancaria podía ayudar a la gente a alcanzar sus metas de un modo más fácil y directo que desde una embajada.

RBS absorbió NatWest en el año 2000, cuando ella ya era una destacada empleada en banca de inversión. No tardaron en nombrarla directora de mercados y banca internacional en Europa, Oriente Medio y África. En 2008, con el estallido de la crisis, el Estado británico tuvo que rescatar la entidad inyectando casi 50.000 millones de euros, y Rose regresó en un momento especialmente traumático: “Aprendí muchísimo de eso, hizo que me quisiera comprometer con ser parte del equipo que podría arreglar y reconstruir RBS”, dijo al respecto en Evening Standard.

Tras volver a la banca privada, a finales del año pasado fue nombrada subdirectora general de NatWest Holdings, la parte de RBS que excluye el negocio de banca de inversión de mayor riesgo. El puesto la hace responsable de la parte más grande de la empresa, y le da las riendas de toda la compañía cuando se ausenta el neozelandés Ross McEwan, actual consejero delegado, que, a sus 61 años, decidió en abril que pasaría el testigo.

Desde entonces, los rumores sobre la sucesión en RBS se desataron. Si bien en un principio la banquera partía como favorita debido a su actual estatus en la entidad, pronto fueron cobrando fuerza opciones como la de Ian Stuart, directivo de HSBC. A principios de esta semana, sin embargo, el portal Sky News anunció que la decisión de dar a Rose el puesto está ya tomada; que la conocen los reguladores bancarios, que deberán dar el definitivo sí; y que UK Government Investments, la entidad que gestiona la participación de los contribuyentes en RBS, ha sido ya también convenientemente informada.

Pero si por algo ha alcanzado notoriedad la banquera en los últimos meses ha sido por su compromiso con la diversidad. Aprovechando el pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, vio la luz el conocido como Informe Rose, en honor a su autora. Encargado a la banquera en septiembre del año pasado por Robert Jenrick, secretario de Hacienda del país, que quería averiguar si las mujeres tenían dificultades adicionales para emprender sus propios negocios, el documento cifra en más de 274.000 millones de euros el dinero perdido a causa del hecho de que las mujeres no gozan de las mismas oportunidades que los hombres a la hora de montar sus negocios: en total, más de un millón de potenciales empresas duermen el sueño eterno en el limbo.

“Las empresas deben ser el reflejo de la sociedad, porque, si no, los clientes no se sentirán seducidos por ellas”, explicó el pasado mes de febrero en una entrevista concedida al portal Savvywoman. En RBS, por ejemplo, entre los primeros 800 ejecutivos tan solo el 37% son mujeres, y entre los primeros 5.000, el 44%. Su objetivo es llegar a la paridad en 2030. Pero para llegar a ese punto, las empresas deberán fomentar la conciliación. Casada y con dos hijos adolescentes, esto para ella no siempre ha sido fácil. Como ella misma reconoció en Evening Standard, ha hecho “malabares” para conciliar la vida personal y la familiar: “Tengo mucho apoyo, incluyendo un marido muy solidario, una madre fantástica que ayuda y una niñera”.

Con todo, la experiencia de pasarse toda una infancia de un lugar a otro ha hecho que haya cosas en su vida no negociables, ni siquiera cuando sus puestos la obligaban a estar constantemente con la maleta a cuestas: “Hubo un límite que no superé jamás. Los fines de semana, siempre en casa”: ahora en Highgate, al norte de Londres.

Pero en el horizonte de Rose se avecinan todavía más curvas. Con la posibilidad, subrayada por el nuevo primer ministro británico, Boris Johnson, de un Brexit duro, los tipos de interés por los suelos y las continuas tensiones en el comercio internacional, no son pocos los expertos que advierten de que muchas de las empresas que hoy son viables dejarán de serlo: toda una pesadilla para cualquier banco. Con todo, con sus británicas mejillas encendidas, Rose se anima a dar un par de consejos a todas las niñas: “Haz aquello que te apasione, porque se te dará bien, y sé tú misma”. Palabra de pionera.

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