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El Ibex borra las ganancias de la mano del BCE y Telefónica

El selectivo cierra con una caída del 0,43%

Panel en la Bolsa española
Panel en la Bolsa españolaEmilio Naranjo (EFE)

Ni Pedro Sánchez convenció al Congreso de los Diputados ni Mario Draghi, a los mercados. Los inversores pasaron de la euforia a la apatía en la hora que duró la comparecencia del presidente del BCE. La institución dejó la puerta abierta a un recorte de los tipos en septiembre así como la posibilidad de volver a poner en marcha el programa de compra de activos. Pero la falta de concreción, la ausencia de nuevas medidas y las dificultades que ve ahora Drahi para reactivar el crecimiento en el segundo semestre acabaron pesando en el ánimo. El Ibex 35, que llegó a subir más de un 1%, concluyó la jornada con una caída del 0,43%. "No ha gustado al mercado el hecho de que se haya registrado una falta de unanimidad en el seno de la entidad, ni que el Consejo de Gobierno ni siquiera haya abordado hoy una posible bajada de tipos", explican desde IG. 

Fue el cambio de sesgo del sector bancario el que acabó decantando la balanza hacia las pérdidas. Las entidades, que llegaron a registrar ascensos próximos al 2% después de que Draghi afirmara que se había discutido una escalonamiento de la tasa de depósito, finalizaron con signo mixto. Bankinter fue la entidad más alcista y coincidiendo con la presentación de sus resultados se anotó un 1,75%. BBVA y Sabadell se sumaron a los ascensos con una subida del 0,33% y 0,16%, respectivamente, mientras Bankia (-0,1%), CaixaBank (-0,45%) y Santander (-1,08%) se tiñeron de rojo. Las entidades volvieron a evidenciar que los tipos de interés, que permanecerán en los niveles actuales o por debajo, siguen pasándoles factura.

Fuera del sector financiero, el mercado puso la atención en Telefónica. La operadora presentó las cuentas del semestre, unas cifras que no terminaron de convencer a los analistas. La compañía se dejó un 2,93%, caída que llevó a restar 21,3 puntos al selectivo. Mapfre y MásMóvil, que también desfilaron por la pasarela de resultados, se dejaron un 2,98% y 1,65%, respectivamente. En el lado opuesto, es decir, el de las subidas, los mayores ascensos corrieron a cargo de Indra y Repsol. La compañía que preside Fernando Abril-Martorell repuntó un 6% –la mayor subida desde febrero de 2017–después de que ayer la compañía declaró rotas las negociaciones con Rolls-Royce para la compra de ITP. La petrolera se anota un 1,75% al calor de la mejora de las recomendaciones y el precio objetivo de las firmas de análisis. En tres días Repsol se revaloriza un 9,4%.

El mismo movimiento se repitió en el resto de índices europeos. El Mib italiano, otro índice muy bancarizado, bajó un 0,8%; el Dax alemán, un 1,28% lastrado por el pesimismo de los empresarios (el IFO bajó a los 95,7 puntos) y el Cac francés cedió un 0,5%.

La decisión, o mejor dicho la ausencia de esta, también se dejó sentir en el mercado de deuda. Desde hace tiempo, la renta fija se ve sometida a una fuerte volatilidad y lo acontecido ayer fue un buen ejemplo. Los inversores, que al inicio de la comparecencia de Draghi se lanzaron a la compra de bonos, optaron finalmente por la corrección. Demasiadas esperanzas las depositadas en una reunión que terminó siendo una cita de transición. Los rendimientos de la deuda de la zona roza cerraron sin apenas cambios, pese a rozar mínimos a lo largo de la sesión. La rentabilidad de la deuda española a diez años concluyó en el 0,35% desde en el 0,34%, la del bund alemán, en el -0,36% y la italiana recuperó el 1,5%.

La caída inicial del euro reflejó las perspectivas de una mayor flexibilización. Sin embargo, como en el resto de los activos, la corrección ganó la partida y al cierre de las Bolsa europeas el euro cerró sin apenas cambios en los 1,11 dólares.

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