Los tipos negativos dificultan al BCE la puesta en marcha de los estímulos
El volumen de deuda por debajo del -0,4% en la zona euro alcanza el 36%
Los mensajes lanzados por los bancos centrales han acelerado la caída de las rentabilidades en el mercado de deuda. España es un buen ejemplo de esta tendencia. El martes, coincidiendo con las palabras del presidente del BCE, Mario Draghi, la rentabilidad de la deuda española a seis años entró en terreno negativo (-0,04%), por primera vez en su historia. Los descensos también se trasladan al mercado primario donde el coste se sitúa en 0,51%, el más bajo de la historia. Según cálculos de los expertos, esto podría haber llevado al Tesoro a ahorrarse hasta la fecha 465 millones en el pago de intereses.
Los inversores empiezan a descontar una nueva ronda de estímulos por parte del BCE. Sin embargo, se desconoce qué medidas se aplicarán. Durante su intervención en Sintra, el banquero italiano apuntó a dos opciones: la rebaja de los tipos o la reactivación del programa de compra de deuda que finalizó en diciembre. Tomar una medida u otra no es una decisión sencilla y en las próximas semanas continuará el debate entre los miembros del BCE.
Nicolo Carpaneda, director de inversión en el equipo de renta fija en M&G, cree que por efectividad la opción más atractiva serían la reactivación de la compra de bonos. Eso sí, el universo de activos elegibles es cada día más limitado. Y ello a pesar de que en diciembre de 2016 el BCE levantó la prohibición que impedía comprar bonos con rentabilidades por debajo de la facilidad de depósito (-0,4%). Con todo, la caída de los rendimientos dificulta las adquisiciones.
Los descensos de las últimos semanas han llevado a que el 36% de la deuda en circulación de la zona euro cotice por debajo del -0,4%. Esto se traduce en un volumen cercano a los tres billones de euros. Solo entre Francia (un billón de euros) y Alemania (938.971 millones) acaparan el 68% del total. Por debajo de estos dos países, cuya deuda es calificada como core, se situaría España, con 332.200 millones, a gran distancia del resto de periféricos. En Italia –su bono a diez años está en el 2,14%, mínimos de septiembre de 2018– y Portugal –su deuda con vencimiento en 2029 cae al 0,53%, mínimos históricos– el importe de títulos con rentabilidades inferiores a la facilidad de depósito alcanzan los 16.409 millones y los 19.583 millones.
Pero los obstáculos no quedan ahí. Una de las condiciones que permanece intacta desde su puesta en marcha y, que limita el universo de bonos elegibles, es el límite del 33% por referencia. “Si el BCE eleva el tope de deuda pública del 33% al 50%, el universo elegible aumentaría hasta los 350.000-500.000 millones de euros”, afirma Capaneda. A pesar de ello, el gestor cuestiona la efectividad de esta alternativa. Por contra, el experto defiende que la opción que mejores resultados proporcionaría sería la de retomar el programa de compra de bonos corporativos, una medida que en el pasado permitió estrechar los diferenciales en 25 puntos básicos.
El responsable de renta fija de M&G afirma que, según los cálculos que manejan desde la gestora, existen unos 950.000 millones de euros en bonos corporativos elegibles en la zona euro. Desde la puesta en marcha del QE corporativo, la institución europea ha adquirido 178.000 millones. Es decir, queda un amplio espectro de títulos aún disponible y en este caso no sería necesario cambiar las normas. En el mercado la aplicación de esta medida se traduciría en una caída de las rentabilidades del 1% al 0,6% para los bonos corporativos con grado de inversión.
Si finalmente el BCE decide no incluir los bonos corporativos y limitarse a la deuda de los Gobiernos sin modificar las condiciones, su capacidad de intervención sería muy limitada. La alternativa que menos problemas presenta entonces es la rebaja de los tipos. No obstante, Carpaneda cree que no tendría eficacia, pues los tipos permanecen en mínimos históricos desde marzo de 2016 y la inflación sigue siendo el talón de Aquiles de la economía de la zona euro.