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JUBILACIÓN

¿Conservador con el ahorro para la jubilación? ¡Cuidado!

No superar a la inflación en el largo plazo conlleva riesgos para el ahorrador

Con el dinero que ahorramos para complementar nuestra pensión de jubilación, mejor no arriesgar… Esta es una idea extendida entre los ahorradores españoles que, sin embargo, puede conllevar un riesgo importante: perder poder adquisitivo en el largo plazo. Los productos más conservadores apenas ofrecen rentabilidad -en algunos casos es, incluso, negativa-, por lo que no superan a la inflación y provocan, en el largo plazo, que el dinero ahorrado valga menos.

La mayoría de los inversores españoles prefiere la renta fija mixta para el dinero para su jubilación y hay muchos ahorradores que optan por la renta fija o por productos con rentabilidad garantizada (que por esta razón no van a poder ofrecer buenas rentabilidades) o, sencillamente, se limitan a dejarlo depositado, sin aspirar a ningún rendimiento.

Desde 2013 los tipos de interés en Europa están, prácticamente, en el 0%. Esto, que beneficia a quienes están endeudados, perjudica a las personas que quieren obtener una rentabilidad por sus ahorros, dado que salvo que se asuma algo de riesgo -entendido como la volatilidad de los activos financieros- no se puede conseguir rentabilidad. Mientras los tipos de interés que establece el Banco Central Europeo no se han movido -y se espera que las políticas monetarias acomodaticias se mantengan todavía unos años-, la inflación se ha ido recuperando y en España el IPC cerró 2018 con una subida del 1,2%, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Pese a ello, el ahorro de las familias sigue estando, en gran medida, en cuentas y depósitos a la vista, según los datos del Banco de España. En concreto, en abril, esta opción volvió a marcar un récord superando los 819.000 millones de euros, pese a que las rentabilidades permanecen estancadas por debajo del medio punto porcentual en el corto plazo.

Y, si analizamos los datos que proporciona Inverco (la asociación de instituciones de inversión colectiva) sobre la industria de planes de pensiones, la mayor parte del ahorro -el patrimonio acumulado en este producto en abril superaba los 75.000 millones- se encuentra en planes de renta fija mixta (más del 30% del total), mientras que los de renta variable mixta apenas representa el 20% y los de renta variable suponen algo más del 10% (8.782 millones en 2018 y 9.735 millones a cierre del primer trimestre de 2019). Si nos fijamos en el activo subyacente, vemos que el 60% del ahorro acumulado en planes de pensiones del sistema individual se encuentra invertido en renta fija y activos monetarios.

El riesgo de ser conservador

Esta decisión de no asumir el riesgo del mercado (la volatilidad) tiene, como decíamos, un coste importante para el ahorrador. Por ejemplo, para una persona que ahorre a través de planes de pensiones 1.200 euros anuales, en un periodo de 20, la diferencia entre no invertir el dinero y buscar un producto que le dé un 3% es de casi 8.000 euros. En el primer caso, solo con el esfuerzo de ahorro, conseguiría acumular 20.822 euros, mientras que si lo hubiese invertido en un plan de pensiones que le hubiera dado una rentabilidad anual media acumulada del 3% (superando en un punto porcentual a la inflación), habría conseguido 27.875 euros (actuales). De ahí la importancia de no limitarse a ahorrar.

Con este mismo ejemplo, si esta persona que está ahorrando para su jubilación decide asumir algo más de riesgo con su inversión y busca un plan de pensiones que le proporcione una rentabilidad anual del 5% (una cartera con un 50% de renta variable tendría una rentabilidad objetivo de entre 2,5 y 3 puntos porcentuales más que la inflación), al cabo de dos décadas tendría 34.300 euros.

El riesgo, cuando hablamos del dinero, puede entenderse de varias formas. Para la mayoría asumir la volatilidad de la bolsa es un gran riesgo, pero muchas veces nos olvidamos de que la pérdida de poder adquisitivo puede suponer un riesgo igual o incluso mayor. Por eso, conviene no dejarse llevar por las emociones y analizar bien nuestras opciones.

Cuando planifiquemos nuestro ahorro para la jubilación, tenemos que tener claro cuál es nuestro objetivo, qué esfuerzo de ahorro podemos hacer y, por tanto, cuál debería ser la rentabilidad que le exigimos a nuestro plan de pensiones, para, con esto en mente, determinar qué producto se ajusta mejor a nuestras necesidades, sin olvidarnos de que sí hay planes de pensiones rentables.

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