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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La labor de Trabajo es seguir vigilando la buena marcha del empleo

Las discrepancias y divergencias con el Banco de España deberían dirimirse en el marco de las relaciones institucionales

CINCO DÍAS

El mercado laboral español sigue creando empleo de forma sostenida, y lo hace en un entorno pleno de riesgos y que no ha logrado de momento frenar su funcionamiento. Los datos correspondientes a mayo confirman que la Seguridad Social registró 211.752 nuevos afiliados en ese período, lo que suma un total de 19,44 millones de cotizantes, la cifra más alta producida en ese mes y muy cerca del máximo histórico. Pese a ello, el ritmo de crecimiento interanual de afiliación se ha ralentizado ligeramente y se aprecian algunas señales preocupantes en el horizonte, como el repunte de la contratación temporal y la caída del indefinido. Los datos cifran el número de parados inscritos en las oficinas públicas en 3,08 millones, lo que supone el nivel más bajo en un mes de mayo en los últimos diez años.

El Ministerio de Trabajo se felicitaba ayer justamente –dado que los datos son buenos– de la saludable marcha del mercado laboral al tiempo que aprovechaba para criticar, algo menos oportunamente, al Banco de España por haber advertido el pasado diciembre sobre el efecto negativo que la subida del SMI arrojaría sobre el mercado de trabajo en 2019. El organismo señaló entonces que el fuerte incremento del salario mínimo, superior al 22%, destruiría en torno a 125.000 empleos. Con las cifras de contratación y afiliación en la mano, la secretaria de Estado de Empleo, Yolanda Valdeolivas, calificó ayer esa advertencia de “malos augurios” y reclamó al organismo que “reconociese su error”.

Más allá del hecho evidente de que no resulta posible saber cuál habría sido el comportamiento del empleo ante una subida menor del SMI y, por tanto, tampoco se puede concluir si el análisis del Banco de España fue errado y en qué medida haya podido serlo, no parece prudente que el Ministerio de Trabajo se dirija públicamente y en esos términos a un organismo independiente que tiene entre sus funciones asesorar al Gobierno y “realizar los informes y estudios que resulten procedentes”. Aún en el caso de que la advertencia del Banco de España hubiese sido inexacta, una hipótesis posible en materia de análisis y proyecciones, no hay razones objetivas que justifiquen poner públicamente en cuestión la seriedad institucional y la honestidad profesional del servicio de estudios de este organismo. Y dado que aún quedan meses por delante para poder realizar un balance global de la evolución del empleo en 2019, parece más razonable concentrarse en esa tarea y dirimir, en su caso, las discrepancias y divergencias con el Banco de España en el propio marco de las relaciones institucionales.

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