La hora de pánico en el Boeing 737 del Zalgiris Kaunas en Madrid el pasado viernes
El avión que trasladaba al equipo lituano de baloncesto sufrió un fallo de sus sistemas de navegación y tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia en la base de Getafe
Los problemas técnicos de un Boeing 737 de la compañía lituana de vuelos chárter Klasjet provocaron un aterrizaje de emergencia y el temor a una tragedia en la expedición de regreso del Zalgiris Kaunas al poco de despegar desde Madrid el pasado viernes por la noche. "Una hora de puro terror y pánico", describió una de las personas a bordo. El propio jefe del Zalgiris ha señalado que de momento no están preparados psicológicamente para volver a volar en ese aparato.
El avión, de la serie 737-500, detuvo su ascenso a unos 5.000 pies (cerca de 1.500 metros) debido a un fallo de sus sistemas de navegación. Según técnicos conocedores del problema, el sistema de información que permite al piloto conocer en concreto a qué velocidad viajaba se apagó. El avión se declaró en estado de emergencia y, guiado por los controladores aéreos de Madrid, que se vieron obligados a limpiar el tráfico que el aparato lituano tenía cercano, intentó por dos veces aterrizar en el aeropuerto de la capital.
En medio del mal tiempo que hacía en Madrid, y tras el fracaso de los dos intentos de la tripulación de dominar el avión para aterrizar en Barajas, como última alternativa se decidió que lo intentara en la pista de la base militar de Getafe (Madrid), donde finalmente logró tomar tierra unos 45 minutos después de su despegue. El avión lo operaba una línea chárter contratada en exclusiva para el traslado del equipo de baloncesto Zalgiris, que había ganado su partido contra el Real Madrid en la Euroliga.
Klasjet ha asegurado que en ningún momento los pasajeros estuvieron en peligro, según medios especializados. Sin embargo, no parece que el pasaje tuviera esa sensación de "no peligro". Las experiencias personales del vuelo fueron expresadas, entre otros, por Lenzie Quist, esposa del jugador Brandon Davies, y Amber Grissom, de Deon Thompson. "Me siento mucho más cerca de mis hijos después de haber visto lo que significa estar próxima a la muerte. Gracias a Dios por permitirnos vivir un día más. Duró unos 45 minutos. Intentamos entrar en modo de emergencia, pero el avión descendió y cayó. El piloto lo llevó al suelo a unos 30 metros. Finalmente, aterrizamos tras una hora de puro terror y pánico. Me siento afortunada de estar viva", escribió la esposa de Davies, Lenzie Quist, en su cuenta de Instagram.
Por su parte, Amber Grissom aseguró también en Instagram: "El aterrizaje de emergencia fue la experiencia más aterradora y todavía estoy en shock". Y explica que después del susto, volar de regreso a Kaunas no estaba en su pensamiento. "Exploré otras opciones como conducir 32 horas o invertir dos días en tren". "En general volar es seguro y lo hice hoy [por el sábado pasado], ¡pero me aseguré de que no fuera en el mismo avión! Estoy agradecida por un aterrizaje de emergencia seguro ayer y un vuelo seguro a Kaunas hoy", concluye.
"El equipo está feliz por haber vuelto a vivir. Parece divertido ahora, aunque no lo fue", dijo el entrenador del Zalgiris, Sharunas Jasikevicius, según recoge la prensa lituana.
Aunque este modelo de avión ha volado durante años sin que se haya cuestionado su seguridad, el incidente se produce en un momento en que Boeing se encuentra en el centro de una enorme pérdida de confianza después de que otro de sus modelos, el 737-MAX, haya protagonizado dos accidentes mortales en cinco meses. A la espera del cierre de la investigación, la compañía estadounidense ya ha reconocido que varios sistemas de software de la aeronave fallan debido a un mal diseño. La empresa se enfrenta a cancelación de pedidos por parte de las grandes aerolíneas del mundo y a previsibles demandas multimillonarias.
El Departamento de Transporte de Estados Unidos ha encargado, además, una auditoría formal sobre el proceso de certificación para este modelo de avión después de que se haya cuestionado su sistema de estabilización y control de vuelo MCAS, presuntamente relacionado con ambos accidentes.
Los investigadores del accidente del Boeing 737 MAX en Etiopía, el pasado marzo, que se saldó con 157 muertos, han hallado sorprendentes similitudes con las circunstancias del siniestro de un avión del mismo modelo que se estrelló en octubre del año pasado en Indonesia, en el que murieron 189 personas.
Por el momento, y a la espera del resultado de las investigaciones, Boeing ha anunciado que realizará una actualización del software, así como la correspondiente formación para pilotos del 737 MAX, que abordará los problemas descubiertos tras la investigación del accidente del vuelo 610 de la aerolínea indonesia Lion Air.