El 63% de las directivas cree que la brecha de género no es una prioridad para su empresa
Un 58% de las ejecutivas valora el papel del 8M en las reivindicaciones de género
El número de directivas que percibe barreras de género en su empresa aumenta en relación al año anterior. Así lo afirma la tercera edición del Esade Gender Monitor, presentado esta mañana en Madrid. El informe, que analiza el equilibrio de género en la empresa, y para el que se ha consultado a más de 500 directivas en relación a las políticas de igualdad de sus compañías, recoge un incremento en la proporción de aquellas que advierten dificultad para la conciliación (del 27% al 46%), desigualdad salarial (del 33,5% al 41%) y reconocimiento en sus tareas (del 26% al 34%).
Por otra parte, el primero de estos obstáculos, es decir, la dificultad para conciliar y el hecho de no identificarse con los valores de la alta dirección, supone el principal freno para promocionar a puestos de mayor responsabilidad según el 46% de las consultadas.
También desciende el porcentaje de encuestadas que afirma que la alta dirección está implicada de forma directa en las políticas de igualdad de género. Pasa del 41% al 34% en el último año, y pese a que el 54% de las mujeres cree que el equilibrio de género forma parte de la estrategia de su compañía, una amplia mayoría del 63% opina que este no supone una prioridad real para la organización. A la hora de encontrar explicaciones a esta realidad, el 26% de las ejecutivas piensa que su compañía no apuesta por las medidas de igualdad porque sus responsables no tienen evidencia de los resultados, y el 25% supone que la empresa no lo hace porque percibe complejidad en la aplicación de estas políticas.
El citado informe también ha preguntado a las profesionales sobre los actores y organismos sociales que creen que más hacen por la igualdad. Las que mejor valoración reciben son las asociaciones de mujeres profesionales (a las que pertenece un 58,62% de las consultadas).
El estudio también ha querido profundizar en el impacto del movimiento del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Para las consultadas, el 8M ha tenido un impacto positivo (58%), pero no el suficiente para impulsar los cambios necesarios (44%). Un 10% de las directivas opina, además, que el movimiento ha sido incluso contraproducente y ha hecho más mal que bien al mensaje que reivindicaba.