El Ibex cede un 1,76% y marca mínimos de diciembre de 2016
La dudas sobre el Brexit y las caídas en Wall Street aceleran las pérdidas en la recta final de la sesión
Todo lo que podía ir mal parece estar dispuesto a ir mal. Esa es la idea que se desprende de la evolución de los mercados en las últimas semanas. El Ibex 35 ha vuelto a vivir una sesión para el olvido. La Bolsa española comenzó la jornada con más dudas que certezas y a medida que pasaban las horas las pérdidas se fueron ampliando. El selectivo concluyó la jornada con un descenso del 1,76%, caída que le lleva hasta los 8.660 puntos, mínimos de dos años.
Si la semana pasada el Ibex registraba su mayor recorte de 2018, esta la ha comenzado marcando nuevos mínimos anuales. A falta de tres semanas para que finalice el ejercicio la Bolsa española acumula una caída del 13,7%. Es decir, si hoy fuera 31 de enero se trataría del peor año de la Bolsa desde 2010, cuando se dejó un 17%.
Una jornada más Dia fue la cotizada más golpeada con un recorte del 7,35%. Le siguieron Mediaset, que bajó un 5,37% después de JP Morgan rebajara su valoración a neutral desde sobreponderar. IAG, por su parte, cedió un 4,76%. Solo Técnicas Reunidas, con un alza del 4,8% escapó a las ventas.
Los descensos de este lunes se han visto acrecentados por las dudas que rodean al Brexit. A falta de tres meses para que se haga efectiva la salida de Reino Unido de la UE, lo único cierto es que el proceso está generando una elevada incertidumbre. Cuando todos esperaban que este martes se produjera la votación del acuerdo alcanzado con la UE de los 27, la primera ministra británica, Theresa May ha decidido posponer la consulta. Sus esfuerzos se centran ahora en renegociar los términos del pacto para tratar de conseguir el apoyo del Parlamento británico. En su comparecencia ante la cámara de los comunes, May ha reconocido que la posibilidad del rechazo al plan era significativa y ha insistido en que volverá a reunirse con los responsables de la UE. El objetivo es arañar unas condiciones más beneficiosas para Londres y lograr con ello el respaldo de su partido.
La libra está siendo el activo que mejor recoge este desconcierto y volatilidad. La moneda británica ha llegado a caer cerca de un 1,8% en su cruce frente al dólar, descensos que al cierre de los mercados europeos se moderan al 1,3%, hasta los 1,256 dólares, mínimos de abril de 2017. Frente a la moneda única los retrocesos de la libra son similares y se cambia a 1,10 euros, niveles del pasado mes de agosto.
Pero los obstáculos para Reino Unido no quedan ahí. En medio de las tensiones políticas, el Tribunal de la UE ha confirmado que Londres puede revocar unilateralmente el Brexit. Con esta decisión el abanico de soluciones al conflicto británico aumenta. Si antes la gran duda pasaba por si finalmente iba a haber Brexit duro o Brexit blando ahora coge fuerza la idea de que finalmente ninguno de los dos escenarios lleguen a hacerse realidad. Entre medias una amplia gama de posibilidades que incluyen la convocatoria de elecciones.
A pesar del sombrío panorama que rodea a Reino Unido, la Bolsa británica no fue la que peor comportamiento registró. Como ya se pudo comprobar en los días posteriores al referéndum la caída de la libra es visto como un catalizador para el FTSE británico, compuesto en su mayoría cotizadas con un marcado perfil exportador. El índice de la Bolsa londinense ha bajado un 0,83%. Una jornada más, el selectivo con peor desempeño fue el Mib italiano que cayó un 1,77%. Le siguen el Dax alemán con unas pérdidas del 1,54% y el Cac francés, que baja un 1,47%.
El otro foco de inestabilidad son las relaciones comerciales entre China y EE UU. Las esperanzas de que ambas potencias lleguen a un acuerdo en los próximos tres meses se diluyen día tras día. En un contexto en el que se empieza a especular con la desaceleración económica, un recrudecimiento de las tensiones comerciales es visto como el factor que podría acelerar el proceso.
Las noticias que se van conociendo ayudan a todo menos a templar los ánimos. La detención la directora financiera de Huawei en Canadá a petición de Washington ha añadido motivos para la preocupación. Huawei es una de las empresas tecnológicas más grandes de China y el gobierno lo considera un símbolo nacional.
El viceministro chino de Asuntos Exteriores, Le Yucheng, ha convocado al embajador estadounidense en China, Terry Branstad, para presentarle una queja formal y protestar por la detención. Por su parte, el representante comercial de EEUU, Robert Lighthizer, ha remarcado su postura y señaló este fin de semana que si en el plazo de 90 días (iniciado el 1 de diciembre) no se alcanza un acuerdo satisfactorio, EEUU incrementará del 10% al 25% sus tarifas arancelarias sobre un importe de 200.000 millones de importaciones chinas. Desde Link Securities ven en las políticas proteccionistas la principal amenaza. Al cierre de los mercados europeos, el Dow Jones cedía un 1,48%; el S&P 500, un 1,22% y el Nasdaq, un 0,61%.
Por si fuera poco, a lo largo de esta semana, el Gobierno populista italiano presentará su nuevo proyecto de presupuesto a la Comisión Europea (CE). "Durante la pasada semana se habló mucho de la posibilidad de que se revisara el objetivo del déficit público a la baja, hasta niveles cercanos al 2%, para evitar que Italia fuera sancionada por exceso de déficit y por su elevada deuda pública, y que ello había generado fricciones en el seno del Ejecutivo", explican en Link Securities. La rentabilidad de la deuda italiana a diez años permanece estable en el 3,1% y la prima de riesgo baja dos puntos básicos hasta los 286. La misma tranquilidad atraviesa la deuda española. El bono con vencimiento en 2028 se sitúa en el 1,44% y el riesgo país cede cuatro puntos hasta los 196. Por su parte, los rendimientos de la deuda alemana continúan anclados en mínimos de junio de 2017 (0,24%). Es decir, en momentos de inestabilidad como el actual, los inversores no quieren jugársela y optan por los tradicionales activos refugio.
Ha sido precisamente el trasvase de capitales de la renta fija a la renta variable el que ha acelerado el aplanamiento de la curva de tipos de EE UU. Siguiendo la tendencia de la semana pasada, la deuda a corto plazo paga más que la de medio plazo. Es decir, la rentabilidad del bono a dos (2,71%) y tres años (2,72%) se sitúa por encima de la deuda a cinco (2,7%). De momento, los títulos con vencimiento en 2028 siguen rentando más, aunque por poco. En el mercado secundario de deuda cotizan al 2,85%.
Además, los inversores estarán atentos este jueves a la última reunión del año del Banco Central Europeo, en la que se espera que el organismo regulador certifique el fin del programa de estímulos mediante compra de deuda soberana y de empresa.
En el mercado de materias primas, el petróleo Brent anula las ganancias iniciales y baja un 1,7% hasta los 60 dólares.