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Cuando tienes una empresa con tu familia: conflictos y cómo resolverlos

Pautas para que las empresas familiares funcionen, con casos reales de familias que han aprendido a gestionar sus negocios sin que les afecte a su vida personal.

“Donde hay confianza…”. Este dicho tan popular puede describir a la perfección alguna de las situaciones más frecuentes que terminan en problemas en las empresas familiares.

Tener puntos de vista diferentes es habitual en cualquier empresa, y es normal que surjan complicaciones. Pero en las empresas familiares los conflictos pueden afectar directamente al negocio, y es ahí donde empiezan realmente los problemas. Lo más habitual son “son los enfrentamientos personales, los roles a desempeñar, lo que recibe cada uno, contratación de familiares consortes, etc.”, tal y como asegura Fernando Ruiz Beato, socio de RB Ruiz Beato Abogados. Y es que, en estos casos, los problemas personales pueden mezclar con los profesionales.

Gonzalo montó la empresa con su hermano Álvaro. Reconocen ser “dos personas muy diferentes, que trabajamos de forma muy diferente, con mentalidades muy diferentes”. Esto puede provocar que, a la hora de tomar ciertas decisiones sobre el futuro del negocio, las perspectivas sean diferentes y uno quiera convencer al otro sobre qué camino es mejor seguir. Sin embargo, el cofundador de AGM y Mooxye, Gonzalo Corrales asegura que “si en algún momento las diferencias hubieran arriesgado nuestra relación personal, habríamos dejado de ser socios”. Incluso sacan el lado positivo de sus diferencias a la hora de llevar el negocio, encontrando un “un punto medio para nunca imponer una decisión”.

Las competencias de cada uno deben definirse desde el principio

La clave está en delimitar “bien las funciones de cada persona en el trabajo”. Así lo considera Ernesto Daubar, director y fundador de Viajacontuhijo.com, que ha conseguido llevar el negocio durante más de 10 años y pasando por diferentes etapas. Daubar, además, subraya que se debe tener máxima confianza en la persona con la que vas a montar el negocio. Y, partir de ahí, establecer las “competencias para cada uno de nosotros, procurando no pasar esa línea, de tal forma que la responsabilidad de cada parcela recae sobre uno de los socios”. De hecho, en Financréditos BPO los primeros problemas surgieron al no “estar determinado el rol de poderes, no estaba definido el alcance de cada uno de los socios en la toma de decisiones, dado que la participación accionarial era igual”, tal y como confirma su CEO, Alejandro Blanco. A pesar de que puedan surgir problemas en decisiones importantes, como las inversiones o la financiación, si los roles están bien definidos, estos conflictos dejan de existir.

Empresas familiares que unen más

También hay ocasiones en las que montar una empresa familiar es casi una necesidad. Es el caso de Ángel Sopeña, CEO de Bluecell, que es socio de su mujer. Después de tener su primera hija, “fui pidiendo apoyo a mi mujer para tareas de la empresa” y (…)”vimos que daba mucho más valor a la empresa de la que era socio al 100% y donde además podía llevar una conciliación familiar real”. Pero además, al ser un matrimonio, aseguran que no tienen problemas, que al ser “el sustento familiar principal, hace que los problemas tengan una muy rápida solución”. De hecho, Sopeña asegura que a ellos les ha unido más que separado porque “los éxitos y los fracasos son compartidos”.

Llevamos tres generaciones al mando de la empresa. 70 años”. Otro ejemplo de una empresa familiar sólida. Y también solvente y asentada. Jonathan Vierne, Director General de Hercotex no cuenta cómo esta empresa familiar se fundó en 1948 y han pasado por ella hijos, cuñados, hermanos y él mismo, el yerno del fundador. La clave del éxito radica en “tener un pacto familiar precedente, (…) en el que se especifican cada una de las responsabilidades y obligaciones de cada miembro”. Son varios los miembros de la familia los que trabajan en la misma empresa, por lo que cada uno tiene su misión, y respeta la de los demás. En empresas así, la cultura empresarial, y los valores familiares deben estar muy asentados y arraigados.

Por tanto, como cuenta otro dicho popular “en todas las familias se cuecen habas” y, por ende, en cada empresa familiar pueden surgir unos problemas u otros.

Soluciones en las empresas familiares

Como conclusión, se puede decir que lo fundamental en estas empresas para evitar que surjan los problemas son tres aspectos: el reparto de funciones, el respeto y la confianza. Lo primero es establecer, antes de nada, el rol de cada uno. Las funciones que va a desempeñar cada trabajador–familiar deben quedar claras desde el principio para que no derive en conflictos.

El respeto es también fundamental a la hora de trabajar con familiares, para que no se mezcle lo personal con lo profesional. Que cada uno tenga claro lo que va a hacer y no se inmiscuya en las competencias de los demás. Además, escuchar las opiniones a la hora de tomar decisiones de manera abierta y empática.

La confianza es el tercer pilar básico para que una empresa familiar funcione. Es necesario confiar en la/s persona/s con la/s que vas a montar un negocio para que sea viable y rentable.

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