¿Será este el peor año de la Bolsa desde 2011? Los retos del mercado de aquí al 31 de diciembre
La Bolsa europea entra en claro terreno de corrección, con pérdidas desde máximos del año del 18% para el Dax y el índice español El desafío presupuestario de Italia y las dudas sobre el crecimiento hacen temer por el fin de ciclo bursátil, aunque los analistas aún ven margen para las subidas
Los inversores se enfrentan al reto de convivir con un mercado en declive, un fenómeno que en los últimos días se ha hecho mucho más presente y que, como muchos analistas advierten, es el síntoma inevitable de la creciente retirada de los estímulos monetarios. En un momento en el que se empieza a poner en tela de juicio el crecimiento económico, los obstáculos crecen día a día. A la omnipresente guerra comercial se suman la inestabilidad política en Europa, el rechazo a los presupuestos italianos, las tensiones entre Arabia Saudí y la comunidad internacional por el caso Khashoggi, la falta de acuerdo para el Brexit y en el caso español, las caída del sector bancario tras la sentencia del Supremo sobre el impuesto de las hipotecas. Todos estos ingredientes están pasando factura a las Bolsas, que en octubre están viviendo un particular calvario.
El Ibex 35 volvió el viernes a vivir una jornada en negativo tras ceder un 0,6%, pérdidas que se amplían al 1,82% en la semana. A falta de tres sesiones para que finalice el mes, el selectivo español se deja un 7% en octubre, periodo en el que la Bolsa española ha caído a mínimos de 2016. Las caídas anuales alcanzan el 13%. De acabar hoy el año, sería el peor ejercicio desde 2011.
Corrección o tendencia bajista
Las caídas registradas en las últimas sesiones no se han limitado a la Bolsa española. Las ventas se han impuesto de manera generalizada en la renta variable, una corriente a la que no ha permanecido ajena Wall Street. En la Bolsa estadounidense solo el Nasdaq escapa a las pérdidas anuales con un ascenso del 4%, lejos del 17,5% que llegó a acumular a principios de septiembre. En apenas dos meses la corrección en el índice estrella de los últimos dos años alcanza el 11%.
Estas caídas se replican en otros índices como el S&P 500, que desde los máximos anuales retrocede un 7,7%. En Europa, el Mib italiano pierde un 23,8% desde el récord anual y el Ibex, un 17,7%. Muy próximo se sitúa el Dax alemán con una corrección del 17,4% mientras en el Cac francés cae un 11,9%.
Los expertos señalan que por corrección se entienden las caídas que alcanzan el 10%, unos recortes que a la vista de lo acontecido han sido superados. Esto lleva a muchos a especular con la idea de que más que una corrección, el mercado podría empezar a prepararse para un nuevo escenario bajista, con las caídas como protagonistas.
“Estamos asistiendo a una severa corrección de las Bolsas occidentales, aunque pienso que la tendencia alcista de fondo no se va a romper, al menos hasta que se vislumbre una potencial recesión en el horizonte”, afirma Juan José Fernández Figares. Una idea compartida por el economista global de UBS, Mark Haefele, que considera excesivas las caídas registradas por la Bolsa estadounidense este mes. “Las valoraciones en renta variable de EE UU y global han bajado hasta niveles nunca vistos desde febrero de 2016. Como resultado, el riesgo-recompensa está volviéndose más atractivo. Desde la firma seguimos manteniendo una ligera sobreponderación de renta variable global”, remarca el experto.
“Nosotros seguimos viendo, por valoraciones, atractivo en la renta variable, especialmente en Europa, Japón y los mercados emergentes”, afirma Ángel Olea, director de inversiones de Abante.
Sobrerreacción
Felipe López, analista de Self Bank, defiende que no todos los castigos de los últimos meses están justificados. El experto considera que reacciones como la despertada por la crisis de Turquía fue excesiva. La caída de la lira y de otras divisas emergentes como el peso argentino volvieron a poner de relieve el riesgo de los emergentes, una idea que muchos consideran que no puede generalizarse porque tanto Turquía como Argentina son dos países con fuertes desequilibrios.
López también ve sobreactuada la respuesta del mercado al cambio de expectativas, especialmente a la ralentización mostrada por China que este año crece un 6,5%, una décima menos de lo esperado por los analistas. “Pese a la menor expansión, todavía veremos crecer al gigante asiático un 5% en los próximos años. Además, EE UU atraviesa un momento dulce”, subraya. En el tercer trimestre la economía de EE UU repuntó un 3,5% en tasa interanual, dos décimas por encima de lo esperado.
Italia y la banca española
Más inquietante resultan otros problemas como la inestabilidad política en Italia. El Gobierno de coalición entre La Liga y 5 Estrellas y sus propuestas populistas despiertan los recelos de Europa. Como venía especulando el mercado desde que a finales de septiembre Roma anunciara un déficit del 2,4% para 2019, esta semana Bruselas rechazó, por primera vez en la historia de UE, sus presupuestos. Las negociaciones entre la Comisión y el Ejecutivo italiano se plantean duras. Los inversores seguirán a pies juntillas las declaraciones de las partes implicadas y los expertos no descartan nuevas jornadas de sobresaltos.
Uno de los mercados más sensibles es el de deuda. A las puertas de que concluya el programa de compra de activos del BCE (solo quedan dos meses), la rentabilidad de la deuda italiana a 10 años ha pasado del 2,8% que marcaba el 26 de septiembre al 3,44% del viernes al cierre. En la última semana la deuda ha contenido los ascensos después de que Moody’s rebajara la calificación a Baa3 (un escalón por encima del bono basura), pero mantuviera estable la perspectiva. Es decir, se alejan de manera momentánea los temores a perder el grado de inversión.
El efecto contagio al resto de la periferia permanece controlado, pues aunque el rendimiento de la deuda española se sitúa en máximos de hace un año este se sitúa en el 1,56%. A pesar de esto, la banca española sufre las consecuencias debido a su exposición a la deuda italiana. El 10% de la cartera de deuda de los bancos españoles está referencia a Italia: unos 28.000 millones a cierre del primer semestre. Para más inri, los bancos españoles se han visto sacudidos en la última semana por la sentencia del Supremo que obliga a las entidades a asumir el pago del impuesto de las hipotecas. La volatilidad seguirá rondando al sector hasta el 5 de noviembre, día en el que el alto tribunal se espera despeje definitiva las dudas sobre quién debe pagar el impuesto y si, de ser los bancos, no harán con carácter retroactivo.
“La eterna promesa de la Bolsa son los bancos. Tiene que llegar el momento en el empiecen a descontar en serio la previsible subida de tipos del BCE a lo largo de 2019. Es difícil pronosticar el momento exacto, pero creemos que tiene que llegar tarde o temprano”, señalan desde Self Bank.
Crecimiento y proteccionismo
La expansión económica en la que está sumergida EE UU va camino de ser la mayor de la historia, con 120 meses consecutivos al alza. Sin embargo, los expertos creen que el mercado debe empezar a prepararse para unos datos de crecimiento más modestos. Después de que el FMI revisara sus previsiones de PIB para los próximos años, los datos macroeconómicos divulgados en las últimas semanas corroboran esta idea.
Al menor crecimiento de China en septiembre se sumó el pasado jueves el PMI de Alemania, que registró su dato más bajo en 25 meses tras situarse en los 52,7 puntos en octubre. Esto fue suficiente para que el Dax alemán haya caído esta semana un 3% y pierda el soporte de los 11.500 puntos, hasta mínimos de 2016. A la pérdida de tracción de la economía mundial está contribuyendo la guerra arancelaria en la que están sumidos EE UU y China, las dos grandes economías del planeta. Las tensiones entre Washington y Pekín acaparan los titulares y algunas empresas como Caterpillar y 3M han reconocido en la presentación de los resultados del tercer trimestre del impacto del proteccionismo en su negocio.
Los analistas de Macroyield señalan que las tensiones geopolíticas están empañando la temporada de resultados, a pesar de su fortaleza (el crecimiento del beneficio en EE UU alcanza el 22%). A esto hay que añadir que tras las pasadas revalorizaciones, el mercado se ha vuelto mucho más exigente por lo que cualquier incumplimiento de previsiones es castigado con fuerza. Aquí el sector tecnológico es el que más está pagando las consecuencias. Amazon y Alphabet cedieron el viernes un 7,6% y un 2%, respectivamente por la debilidad de sus ventas.
Subida de tipos
La normalización monetaria ha llegado para quedarse. En los próximos meses Wall Street se enfrenta a la cuarta subida de tipos en EE UU, un movimiento que ya han empezado a poner en precio los inversores. El bono americano a 10 años llegó a repuntar al 3,2% a comienzos de octubre, un rendimiento que se ha visto moderado en las últimas sesiones pues ante el incremento de la volatilidad, son muchos los inversores que se han aferrado a la deuda estadounidense, uno de los grandes activos refugio.
Más complicado es el escenario para el BCE, que en la reunión de diciembre deberá actualizar sus previsiones de crecimiento e inflación en un entorno de riesgos crecientes. Para más adelante, ya en 2019 quedaría la subida de tipos, algo que está previsto que llegue en la segunda mitad del año, a las puertas de que concluya el mandato de Mario Draghi al frente de la institución.
Petróleo
El Brent, que llegó a subir a máximos de los últimos cuatro años en los 86 dólares, cae ahora a los 77 ante la voluntad de Arabia Saudí de cubrir el espacio de una menor producción de Irán por las sanciones de EE UU y en medio de las críticas por el asesinato del periodista Jamal Khasshogi a manos de Riad. Esto supondría desajustar el equilibrio alcanzado entre demanda y oferta, poniendo contra las cuerdas a los países cuyos ingresos dependen de los precios del petróleo.