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A Fondo
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

¿Puede Londres darse el lujo de un ‘brexit’ sin acuerdo?

Pese a las afirmaciones de May, la economía británica ya ha acusado los efectos de la salida

La premier británica, Theresa May, y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en Downing Street.
La premier británica, Theresa May, y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en Downing Street.REUTERS

El plazo para la salida de Reino Unido de la Unión Europea se acerca y el país sigue sin lograr un marco de acuerdo con Bruselas que garantice los intereses del pueblo británico. Para May, un brexit sin acuerdos no le preocupa, pero ¿realmente no debe preocuparle?

La inminente salida de Reino Unido de la Unión Europea está generando un calentamiento de cabezas para los británicos. Esta posibilidad de salida sin acuerdos que garanticen los intereses de Reino Unido en determinados aspectos sociales, políticos y económicos han reabierto el debate de si la decisión tomada en el referéndum fue la correcta. El plazo para la salida de Reino Unido de la Unión Europea se cumple en marzo de 2019 y el Gobierno británico sigue sin alcanzar un acuerdo con la UE que sostenga los intereses comunitarios de la ciudadanía británica. Ante esto, el pueblo británico presiona a May, reclamando una actuación por parte del Gobierno.

La fecha de la salida se acerca y, pese a las declaraciones de primera ministra británica, en las que afirmaba no temer a una salida sin acuerdos, la oposición no opina lo mismo, por lo que a May no le va a quedar más opción que negociar con Bruselas para alcanzar un acuerdo que reactive la economía o, en el peor de lo casos, sostenerla de posibles nuevos escenarios comerciales y políticos provocados por esta salida.

En materia económica, las declaraciones de May, posteriores al referéndum, en las que se anunciaba la salida de Reino Unido de la UE, así como las incertidumbres de una salida sin acuerdos que asfixiase comercialmente a los británicos, ha lastrado bastante el crecimiento de la economía, pues esta, desde el referéndum, se ha desacelerado bastante, llegándose a dejar cerca de un 2%, justo en un momento de expansión económica global y donde los crecimientos son prácticamente generalizados.

Como podemos observar, el brexit no parece sentar bien a la economía británica, pues pese a continuar con la creación de empleo, que sí se está incrementando, así como la recuperación en la senda de reducción de déficit, el crecimiento de la economía de Reino Unido en el primer trimestre de 2018 ha sido de un escaso 0,1%. Pese a que las cifras para el segundo trimestre han sido mejores, pues han arrojado un crecimiento del 0,4% respecto al trimestre anterior, estas han sido inferiores a los crecimientos presentados en la eurozona, sirviendo el de España como ejemplo, el cual ha sido del 0,6%.

Por otro lado, pese a la recuperación del mercado bursátil, que sigue cosechando cifras récord, la inversión extranjera directa (IED) también ha caído un 0,2% en el primer trimestre del año, pues, como ocurre con los mercados, ante semejante incertidumbre, los inversores han paralizado su flujo de inversiones hacia Reino Unido hasta que se resuelva la situación. Bastante entendible, pues ante un contexto de incertidumbre, un contexto impredecible, los inversores mantienen la precaución sobre su capital, a la espera de un acuerdo que clarifique y marque la senda de crecimiento del país.

Por último, la libra esterlina se ha mantenido bastante estable desde su notable caída cuando se anunció la salida de la Unión Europea por parte del pueblo británico. No obstante, como indico, la libra se mantiene estable, expectante y perdiendo un poco de fuelle en su cotización, pero con baja volatilidad pese a la inexistencia, como decíamos, de acuerdos que garanticen algunos asuntos como el comercio. Cabe recalcar la estabilidad, mencionando la caída que sufrió este verano por el miedo de un brexit sin acuerdos y que arrastró a la moneda británica a mínimos de un año.

Otro de los aspectos a los que está afectando el acuerdo de brexit ha sido a la inflación en el país. Desde el referéndum, el IPC en Reino Unido no ha cesado de crecer, llegando a alcanzar el 3,1% durante el primer trimestre de 2018. Además, la creciente inflación no deja de meter presión al Banco de Inglaterra, que ve cada vez con mayor necesidad una subida de tipos que relaje la presión inflacionaria en el país. Aunque hemos visto una evolución más moderada en el crecimiento del IPC los últimos meses, esta sigue estando por encima del 2%, lo que significa que sigue por encima del objetivo fijado por el Banco de Inglaterra, por lo que se espera esa materialización en la subida de tipos que relaje la creciente inflación que amenaza los bolsillos del pueblo británico.

Estos datos, entre otros, están generando impactos muy negativos para la ciudadanía británica, ya que esperaban una desaceleración del IPC para 2018 que no se está a dando o, al menos, no como se esperaban y que está atacando directamente a la renta disponible de los ciudadanos. Esto ha llevado una pérdida muy contrastable en la calidad de vida en Reino Unido y en el consumo de los británicos. Esto está reactivando cada vez más notablemente el debate de si la decisión de salir de la Unión Europea, impulsada por May, ha sido una buena decisión por parte de Reino Unido.

La depreciación de la libra esterlina tampoco está ayudando, ya que esto ha provocado que los precios, en determinados bienes y servicios, se incrementen debido al coste por importaciones, que ha crecido notablemente, provocando un incremento en los precios. Esto está generando un mayor desembolso en el consumo de los británicos, así como, como comentábamos, una reducción en la renta disponible de los ciudadanos. Es cierto que aún es pronto para hablar sobre el desenlace y la situación en la quedará Reino Unidos, así como sus ciudadanos, el día que queden fuera de la Unión Europea, aunque como podemos observar en los indicadores económicos, así como en los efectos que, a priori, está teniendo esta salida sin acuerdos, la opción más viable para el pueblo británico es la de negociar y alcanzar un punto de entendimiento con Bruselas.

Francisco Coll Morales es Director adjunto de HAC L&M School of New York

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