Los valores intangibles pesan más que nunca en la cotización total
Los activos no cuantificables ya determinan el 52% del valor total de las compañías, según un estudio de Brand Finance Los sectores cosmético, aeroespacial y tecnológico son los más intangibles
El valor total de las empresas de todo el mundo que cotizan en bolsa superó el pasado año, por primera vez en la historia, los 100 billones de dólares. Detrás de estas cifras se encuentran, sin duda alguna, los activos tangibles de las compañías. Es decir, todos los valores perfectamente cuantificables que rodean a la organización, tales como las sedes y los terrenos que tiene en propiedad, el número de empleados en plantilla, el capital disponible o el tipo de producto o servicio que lanza al mercado. Sin embargo, y sin menospreciar el peso que adquiere lo material y lo palpable, empieza a cobrar cada vez más fuerza lo intangible, que en el ámbito empresarial viene a ser aquel activo no cuantificable que influye de forma directa en la percepción y la imagen de la compañía, y por lo tanto en su valoración.
Los valores intangibles se han convertido, de hecho, en uno de los motores de crecimiento más importantes de las organizaciones. Así lo explicó ayer David Haigh, consejero delegado de Brand Finance, durante la presentación del informe Global Intangible Finance Tracker 2018. La revolución e impacto de los intangibles en el valor de la organización. Esta empresa, recordó el experto, establece que el 52% del total del valor de las empresas ya proviene de los activos intangibles, con un impacto económico de unos 57,3 billones de dólares, “la cifra más alta de los últimos años”.
Sin embargo, prosiguió Haigh, frente a la importancia que adquieren este tipo de estimaciones, “es llamativa la falta de mecanismos que en muchos casos tienen las empresas para contabilizarlas en sus balances, estimaciones y fortalezas. Si estos activos no se analizan y enumeran, no pueden mejorarse, y tampoco es posible transmitírselos a los stakeholders de la compañía”.
Y aunque este es un punto muy importante para el sector, el principal reto que tienen las organizaciones por delante es otro: “Hay activos intangibles que pueden estudiarse, clasificarse y revelarse, pero hay otros que, o bien por falta de conocimiento, por la escasez de medios para detectarlos, o por el interés de las compañías, pasan desapercibidos o se ocultan”, recalcó Haigh.
Así, según las estimaciones de Brand Finance, “los valores intangibles no revelados constituyen el 40% del valor total de las empresas dentro de este segmento”, lo que redunda en una pérdida de potencial económico para los grupos que no prestan atención a esta situación. La razón es simple: el hecho de desvelar y dar forma a determinados activos, por muy intangibles que sean, permite en gran medida poder controlarlos. Sin embargo, si estos valores no se revelan, y además no son fácilmente cuantificables, escapan a cualquier control.
“El territorio por el que se compite a día de hoy es la confianza y la reputación. En este juego entran el capital financiero y manufacturero, pero también el riesgo reputacional, la responsabilidad e inteligencia social, la sostenibilidad, el trato a las personas o la comunicación”, señaló Ángel Alloza, consejero delegado del centro de reputación de liderazgo Corporate Excellence, un laboratorio de ideas impulsado por BBVA, CaixaBank, Iberdrola, Repsol, Santander y Telefónica. “El mayor reto que tienen las empresas a día de hoy es poder gestionar unos y otros activos”, añadió.
La cosmética tiene más trabajo
A la hora de afrontar una puesta en marcha para exprimir todo el jugo posible a los valores intangibles, las diferencias según las industrias son notables. Tal y como desarrolló David Haigh, los sectores que cuentan con “mayores niveles de patentes, de tecnología, de propiedad intelectual y de marketing, son los que tienen una proporción de activos intangibles mayor”. Y por lo tanto, mayor potencial de avance.
Así, a la cabeza de la clasificación elaborada por Brand Finance se sitúa el sector cosmético, en el que solo un 10% de la valoración de sus empresas bebe de los activos tangibles. Compañías relevantes de este mercado, como Procter & Gamble, Unilever o L’Oreal, con un 97%, un 96% y un 88% respectivamente, cuentan con los niveles de intangibles más elevados. A este sector le sigue el aeroespacial y el de defensa, con un espectro no cuantificable del 89%, algo realmente sorprendente, reconoce el experto, ya que los aviones o los cohetes son totalmente palpables y cumplen con el prototipo tangible. Aquí, compañías como Boeing, United Technologies, Safran y Lockheed Martin encabezan la lista. Los siguientes puestos están ocupados, en este orden, por internet, por el sector farmacéutico y por las empresas del cuidado de la salud.
En el otro extremo de la tabla se encuentran las compañías que se enmarcan en el Real Estate, en el sector servicios, en el petróleo y gas y en el sector automovilístico. En este caso, el peso de los activos tangibles supera el 70% del total del valor de las empresas, y los atributos no cuantificables tienen una importancia nimia si se comparan con el resto del mercado.
Aunque el peso de lo intangible gana por goleada en el sector cosmético y de cuidado personal, las empresas que encabezan la clasificación por compañías operan, sin embargo, en internet y en la industria tecnológica. De esta forma, el podio elaborado por la consultora está formado, en este orden, por Amazon, Microsoft y Apple. A estas compañías les siguen otros gigantes del sector como Alphabet, Alibaba y Facebook.