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El Foco
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

¿Podrá Tesla resistir la presión de la competencia?

Cuando Elon Musk lanzó su marca de coches eléctricos, la industria iba todavía en sentido contrario

Elon Musk, fundador de Tesla.
Elon Musk, fundador de Tesla. Efe

Recuerdan ustedes la canción Drive del grupo estadounidense The Cars? Quienes como yo fuimos cuasi adolescentes en los ochenta probablemente sabrán de qué hablo. Fue bastante popular en aquellos años preinternet, en los que uno no se convertía en clásico a través de youtubers o influencers sino a través del viejo arte de ganarse los rankings.

La canción desarrolla un recurrente lamento sobre los errores y falta de reacción de alguien que parece estar en sus horas bajas, recordando que no se puede seguir igual sin pensar que algo se ha hecho mal. La letra termina preguntándose con melancolía quién llevará a casa esa noche al desconocido inspirador de la canción, repitiendo el estribillo que la hizo famosa: “Who’s gonna drive you home tonight?”.

Al escuchar de nuevo la composición, no he podido evitar establecer ciertos paralelismos con la situación de Tesla y su fundador, el señor Elon Musk. ¿Llevará el señor Musk a Tesla a casa esta noche de nuevo? ¿Por cuánto tiempo lo hará? Los últimos tres meses han sido un pequeño infierno para el CEO de Tesla. La cotización de la compañía ha subido, bajado y vuelto a subir al ritmo de las declaraciones a golpe de tuit del señor Musk, en su pulso contra analistas críticos y bajistas hambrientos de plusvalías. No soy experto en análisis técnico, pero si tuviera que poner nombre a la figura que describe desde mayo el valor de Tesla en el Nasdaq, Dragon Khan invertido en un día de tormenta perfecta no sería una mala aproximación.

Finalmente, como ya preveían algunos analistas, el señor Musk ha tenido que responder –sanción incluida– a la amenaza de una investigación por fraude de la SEC. En el camino han quedado su posición como presidente de la compañía –en la práctica la sigue controlando él a todos los niveles–, la duda sobre si existió o no una posibilidad real de excluir la compañía del mercado y un intenso anecdotario repleto de extravagancias: la imagen de Musk fumando marihuana en un podcast en directo habrá estado seguramente entre las más virales del mes pasado. Aunque temporalmente las aguas se han apaciguado, nada garantiza que no se trate de la calma que precede a la verdadera tempestad.

El caso de Tesla es digno de ser estudiado en las escuelas de negocios. Cuando Musk decidió aventurarse a lanzar una nueva marca de vehículos eléctricos en el año 2003, el sector parecía claramente avanzar en sentido contrario. General Motors acaba de tomar la decisión de cancelar su pionero programa de desarrollo de vehículos eléctricos EV1, anunciando la retirada y desguace de las unidades EV1 supervivientes. Donde cualquiera habría visto solo riesgo, Musk supo ver oportunidad y un desafío que aceptar.

Al margen de la algo sobresaltada evolución de la compañía –y del propio señor Musk– en los últimos meses, no cabe duda de que Tesla ha marcado un antes y un después en la industria de la movilidad. El mérito de Musk es innegable: en apenas 15 años ha logrado convertir Tesla en una de las marcas de automóviles más deseadas. A pesar de altibajos en la cotización, dudas de analistas e incumplimientos reiterados de sus planes de producción, tanto accionistas como clientes parecen reacios a romper su idilio con la compañía. Es una más de las múltiples contradicciones de una empresa que ha llegado a valer más que General Motors, pese no representar mucho más que el 1% de su volumen de producción.

Musk ha dado muchas muestras de su audacia y su gran capacidad para reinventarse anticipándose a los demás: la obsesión con democratizar la electrificación del automóvil, la apuesta por dotar a sus vehículos de amplias funcionalidades autónomas y la introducción pionera de tecnologías de conectividad.

Al mismo tiempo, Tesla se ha beneficiado de la carismática personalidad de su fundador, en un tiempo en que los emprendedores-celebrity están de moda. Musk ha sabido explotar muy bien esta faceta en beneficio de sus compañías, incluso con excéntricas genialidades como el lanzamiento de su propio Tesla Roadster al espacio dentro de una lanzadera de su otra empresa SpaceX.

Pero si algo ha aprendido el sector del automóvil es a no quedarse demasiado tiempo al ralentí y en este momento de cambio hacia lo eléctrico la ventaja inicial de Tesla tal vez ya no baste para liderar. Todos los fabricantes cuentan con tecnología probada, fuertes planes de inversión en I+D y unas capacidades industriales globales perfeccionadas durante décadas.

Reguladores y dieselgates están terminando de dar el impulso final a una tendencia que parece imparable y marcas como Volvo han anunciado ya el abandono de los combustibles fósiles en el medio plazo. Otras como Daimler invertirán 10.000 millones en lanzar más de un centenar de versiones eléctricas de sus modelos en los próximos años. En paralelo, han surgido también nuevos contendientes como las chinas Nio o Lucid Motors, dispuestas a batir a Tesla en su propio terreno. Es indudable que la compañía cuyo nombre homenajea al mítico inventor serbocroata tiene todavía mucho que decir, pero nada será igual a partir de ahora. ¿Conseguirá Musk sobrevivir en un mundo de grandes o acabará como tantos otros antes engullido por sus rivales? No lo tiene fácil, pero conociendo al señor Musk, todo es posible.

Mientras tanto, a la espera de ver como se desenvuelve esta batalla, pregúntense ustedes quién les conducirá esta noche a casa. Si quieren, hasta lo pueden cantar: “Who’s gonna pay attention to your dreams, who’s gonna plug their ears when you scream, who’s gonna drive you home tonight?”

Pedro Nueno es director de Interben

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