El futuro es de la tecnología y la longevidad
Las innovaciones que transforman el mundo son una oportunidad para ampliar carteras
La evolución geopolítica y macroeconómica de los últimos años, con subidas bruscas de la volatilidad y fluctuaciones en la cotización de las divisas, junto con la reciente preocupación sobre el comercio global, han elevado el nivel de incertidumbre de los inversores. Aunque todos estos factores no parecen estar conectados entre sí, desde una perspectiva inversora puede identificarse una pauta, generada a partir de un número de grandes temas, o megatendencias, que están transformando el mundo y que pueden suponer una oportunidad de inversión.
La tecnología es sin duda uno de los temas claves de inversión. Se estima que para 2020 habrá 50.000 dispositivos conectados, enviando y recibiendo datos en todo el mundo. Durante 2018 se calcula que la inversión global en tecnología de transformación digital podría alcanzar 1.100 billones de euros, un aumento del 16,80% respecto a 2017. Y es que los avances tecnológicos se aplican a un amplio espectro de sectores, desde salud a servicios de alimentación, hasta distribución y logística, videojuegos –terreno en el que Asia es claramente el líder– robótica o inteligencia artificial, por lo que las acciones de empresas tecnológicas jugarán un papel importante en las carteras de los inversores.
La generación Milennial, integrada por el segmento de población que llegó a la vida adulta con el cambio de milenio, se percibe también como una fuerza transformadora de la forma en que las empresas operan. Grandes entusiastas de la tecnología y de la economía colaborativa, se estima que para 2020 esta generación heredará 3,5 billones de euros. Son también la fuerza impulsora de las políticas, valores y estrategias Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ASG) en los diferentes sectores; un requerimiento de inversión que ganará fuerza a medida que la siguiente generación se involucre más directamente en la gestión de sus inversiones.
La longevidad es otra gran tendencia con un impacto notable en el sector salud, pero también en compañías que satisfagan la demanda de productos y servicios de la llamada sociedad plateada y que cuentan con potencial para generar retornos positivos a medio-largo plazo.
A medida que la sostenibilidad cobra importancia para la sociedad y las pautas tradicionales de alimentación cambian, el sector alimentario se enfrenta a una demanda sin precedentes de un volumen y una variedad creciente de productos. Con el progresivo aumento de la población global y de la clase media, la producción de carne, cereales y otras materias primas alimenticias tendrán que aumentar un 70% para poder satisfacer la demanda. Para ello se requerirá una importante inversión en la producción y distribución de alimentación, maquinaria agrícola y tecnologías emergentes, en un sector que representa el 10% del consumo global.
Por otro lado, la demanda de agua se espera que aumente un 55% en 2020, abriendo una nueva oportunidad de inversión. Crecimiento de población, contaminación, derroche en su utilización y altas temperaturas, están aumentando la presión sobre este recurso vital de la Tierra, del que sólo un 0,007% es adecuado para su consumo.
Una de las consecuencias del creciente movimiento actual de la población hacia las ciudades es el incremento de desechos, aumentando la necesidad de su adecuada gestión, vital tanto para la sociedad como para el medio ambiente. El mercado global de desechos sólidos se calcula que podría alcanzar los 259.000 millones de euros en 2023, proporcionando a los inversores una amplia gama de oportunidades para captar este crecimiento.
Otra consecuencia del aumento de la clase media será la necesidad de renovación de infraestructuras, generando oportunidades para proyectos público-privados (PPP). Muchas de las infraestructuras existentes, tanto en transporte como en electricidad, agua y telecomunicaciones datan de la era de la Segunda Guerra Mundial y necesitan ser renovadas. Hasta 2030 se estima que será necesaria una inversión global en infraestructuras de 4,32 billones de euros para satisfacer la demanda mundial, generando oportunidades no sólo para invertir directamente en los proyectos de renovación, sino también en las compañías encargadas de ejecutarlos.
La preocupación por el medio ambiente requerirá asimismo de soluciones, apoyándose en tecnologías limpias, capaces de generar energía con el menor índice posible de contaminación. Las también llamadas soluciones verdes son cada vez adoptadas por un mayor número de compañías, generando ya actualmente un crecimiento considerable en sectores como energía solar, vehículos eléctricos o plantas de energías renovables.
Los gestores de fondos han reconocido la importancia y significado de estas grandes tendencias globales, incluyendo en sus carteras acciones de empresas que han sabido posicionarse con ventaja para participar de esta gran transformación económica.
En tecnología, algunas gestoras optan por invertir de forma global en el sector tecnológico, como es el caso de JP Morgan, con su fondo JPM US Technology A, que gana un 23,43% de rentabilidad en el año, o el BGF World Technology A2 de Blackrock, que se revaloriza un 20,37% en el mismo periodo. En el segmento de robótica, Esfera/Robotics, de la gestora española Esfera Capital, avanza un 10,65% y Credit Suisse Global Robotics Equity EBH gana un 8,23% desde enero. Centrado en tecnología médica, la inversión en el fondo Bellevue Funds BB Adamant MedTech &Services B ha generado una rentabilidad de 23,69%.
Focalizado en la economía de la sociedad plateada, el fondo de Amundi CPR Invest Global Silver Age A obtiene una rentabilidad en el año de 5,92%, mientras que, apostando por energías alternativas y de futuro, Multipartner Sicav Robecosam Smart Energy D avanza un 4,39% de rentabilidad, con Parvest Aqua Classic CAP ganando un 1,88% en el año, a partir de su inversión en compañías de sector del agua. En alimentación, DPAM Invest B Equities Sustainable Food Trends F, de la gestora belga Degroof Petercam, gana un 6,50% en el año, invirtiendo en empresas del sector, seleccionadas de acuerdo con los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG).
Son algunos ejemplos que no pretenden ser exhaustivos, sino destacar el hecho de que los gestores han tomado nota de estas megatendencias de futuro y las han incluido en sus carteras, para beneficio de los inversores.
Paula Mercado es directora de análisis de VDOS