Los trasteros, un negocio potenciado por la burbuja del alquiler
Los centros de ‘self storage’ en Barcelona y Madrid han aumentado un 30% desde 2016 España es tercera en número de locales en Europa
En pleno centro de Barcelona, en la calle Marina 153, se alza un hotel. Esta frase no dice mucho, porque en Barcelona, como en cualquier otra gran ciudad, hay hoteles por doquier. Pero este no es de personas, es de cosas. La empresa catalana OhMyBox! decidió comprar este edificio hace un año, con más de 8.300 metros cuadrados de superficie, y poner en él trasteros. “El self storage (nombre del sector del alquiler de trasteros en inglés) es un producto relativamente nuevo en España. La población no lo conoce demasiado, pero ofrece muchas posibilidades”, asegura Nicolás Pérez, cofundador de la compañía junto a Liher del Río.
Esta empresa surgió hace cinco años y ya ha abierto cuatro centros en la Ciudad Condal y espera expandirse a Madrid. “Crecemos a un ritmo del 100% anual. Es una barbaridad pero es porque todavía hay mucho margen de crecimiento en el mercado, tanto para nosotros como para nuevos posibles competidores”, añade Pérez.
Cuando surgió el self storage en España, la mayoría de empresas se situaban en la periferia de las ciudades y en polígonos industriales. Pero el modelo de negocio está cambiando. Ahora cada vez surgen más compañías que deciden instalarse en los centros urbanos. “El precio cada vez más alto de los alquileres, sobre todo en las grandes ciudades, está provocando que mucha gente en vez de pagar por un piso de 90 metros cuadrados, se compre uno de 50 y guarde lo que no le entra en su casa, en un trastero”, asegura Carles Viladecans, gerente de AESS, la asociación española de Self Storage.“También está aumentando el número de clientes que deciden guardar sus cosas en un trastero durante el verano, para así poder alquilar su piso en Airbnb y sacarle un beneficio”, explica Pérez.
Madrid y Barcelona son las ciudades que más atraen a este tipo de empresas. En el año 2016, la capital tenía 42 centros de alquiler de trasteros. Ahora tiene 55. Barcelona en ese mismo periodo pasó de 44 a 57. Esto supone un incremento de aproximadamente el 30% en ambas urbes.
“Nuestro modelo funciona en ciudades densas, en las que hay mucha gente y pisos cada vez más pequeños. Al analizar el mercado observamos que en el centro, el 90% de nuestros clientes eran particulares y el 10% empresas. Mientras, que en las afueras, la proporción cambia a un 70-30”, asegura Pérez. “En OhMyBox! entendimos que lo que realmente valora el consumidor es la cercanía. El cliente no quiere trasladarse en coche a las afueras para poder ir a su trastero”, añade.
En los últimos tres años, el número de centros dedicados a esta actividad pasaron de 250 a 420, según datos de AESS, lo que supone un incremento del 68%. El ratio de centros por operador es 1,87, siendo Bluespace el gigante del sector en España, con 32 locales, y el noveno a nivel europeo.
Nuestro país es ya el tercero de Europa en número de centros de self storage, solo por detrás de Reino Unido y Francia. La mayoría de empresas del sector trabajan bajo el modelo 7 por 24, es decir, los siete días de la semana, las 24 horas del día. Se le da una tarjeta o pin al cliente con el que pueda acceder a su trastero y todo está videovigilado.
Pero hay empresas que han decidido apostar por otro tipo de negocio, como Box2box, surgida en Madrid hace seis meses. “Nosotros vamos a la casa de la gente, recogemos lo que nos dicen, hacemos un inventario y lo guardamos en un trastero, pero el cliente no puede acceder libremente a él. Nos tiene que llamar, nos dicen que objeto quieren recuperar y se lo damos. Hay gente a la que no le interesa acceder a su trastero todos los días, simplemente quiere un lugar donde guardar las cosas”, explica Guillaume Jorquera, fundador de Box2Box. “Empezamos con pocos clientes porque obviamente no nos conocía nadie. Pero ahora, cada mes estamos duplicando el número de usuarios. Es un negocio pujante”, añade.