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El coche eléctrico, ¿pasará menos por el taller, pero repararlo será más caro?

Tiene tres veces menos piezas que un vehículo de combustible Provocará que los ingresos de los mecánicos se reduzcan un 70%

Model X de Tesla en Madrid Auto. El espacio del capó, que en un coche de combustión estaría ocupado por el motor, aquí sirve de maletero.
Model X de Tesla en Madrid Auto. El espacio del capó, que en un coche de combustión estaría ocupado por el motor, aquí sirve de maletero.Carlos Otiniano Pulido (Cinco Días)

Entregar las llaves de un coche eléctrico a su comprador debe ser emocionante para cualquier concesionario. El problema es que quizá no lo vuelva a ver, al menos no tan seguido como quisiera. Se trata de vehículos que no necesitan cambio de aceite y que llevan un tercio de las piezas que sus pares de combustión. Por lo tanto, requieren menos servicios de posventa.

Debajo del capó del Model X de Tesla, por ejemplo, que la semana pasada se exhibió en el Salón Madrid Auto de Ifema, no hay nada. El espacio que en un coche de combustión estaría ocupado por el motor, aquí sirve de maletero. Y para actualizar funciones como el Autopilot solo hace falta wifi. No sorprende, pues, que las tiendas de la marca se parezcan más a una clínica que a un taller.

Según MSI, en el mejor de los escenarios, el coche eléctrico supondrá el 35% de las matriculaciones en 2030, mientras que un retraso en el desarrollo de las baterías dejaría la estimación para ese año en un 15%.

De acuerdo con la firma de inteligencia de mercado, este aumento de la penetración no afectará la facturación de chapa y pintura de los concesionarios (sufrirán choques y rasguños como cualquier otro vehículo), pero sí la de mecánica, electromecánica y mantenimiento, que descenderá un 70%.

“Entrará menos al taller y sus reparaciones serán más rápidas –no hay ningún fluido que entre en contacto con las piezas–, y más baratas, aunque tengo mis dudas al respecto”, dijo Jesús Sanchís, socio director de la consultora Mersus, durante una jornada sobre posventa organizada por Faconauto en el marco de Madrid Auto.

Javier Sanchís, socio director de Mersus.
Javier Sanchís, socio director de Mersus.Carlos Otiniano Pulido (Cinco Días)

Por suerte para el sector, lo que dejará de ingresar a causa del coche eléctrico lo compensará en parte el avance de otra tecnología. El vehículo autónomo pasará de representar el 0,5% de las matriculaciones en 2020 al 20% en 2030, siempre en el escenario más optimista. En el más conservador, si no se dan los adelantos tecnológicos y legales necesarios, se quedará en el 10%.

MSI estima que este tipo de automóviles harán resentirse los ingresos por reparaciones de chapa y pintura un 70% (ya que tendrán menos accidentes o al menos eso se espera), en tanto que aumentará el negocio derivado de reparaciones mecánicas, al ser estas más caras y complejas, un 40%.

Por eso, José Manuel López, director comercial de MSI, cree que, a largo plazo, el impacto de las nuevas formas de conducción no va a ser tan dramático como se piensa. “Tenemos que colocarnos donde estará la oportunidad de negocio. La clave está en ubicarnos en el sitio adecuado”, afirma.

Un eléctrico de BMW recarga la batería en el circuito de pruebas para coches eléctricos del Salón Madrid Auto de Ifema.
Un eléctrico de BMW recarga la batería en el circuito de pruebas para coches eléctricos del Salón Madrid Auto de Ifema.Carlos Otiniano Pulido (Cinco Días)

La llegada de estas nuevas tecnologías preocupa a los concesionarios porque tocan un filón de negocio importante que, de hecho, les ayudó a sobrellevar la crisis. En el caso de los establecimientos oficiales, que es a los que representa Faconauto y que acaparan la mitad del mercado, la venta de recambios contribuyó el año pasado con casi el 10% de la facturación (3.145 millones de euros), mientras que el taller aportó el 3,5% (1.107 millones).

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Pero López, de MSI, sostiene que en este nuevo contexto de movilidad, el que mejor parado va a salir es el concesionario. “La mayor dificultad para este es lidiar con un parque envejecido porque nadie lleva a reparar un coche viejo a la posventa oficial. En la medida en que la gente vaya cambiando hacia coches más modernos el parque se irá renovando. Qué más da si es eléctrico o autónomo, el que lo va a vender va a ser siempre un concesionario”, mantiene.

Las cifras

35% de cuota alcanzará el eléctrico en el mejor escenario de 2030 desde el actual 0,6%, según MSI.

20% de penetración tendrá el autónomo en el mismo año desde el 0,5% con que arrancará en 2020.

4.200 millones de facturación generaron en 2017 la venta de recambios y el taller, casi el 14% del total.

Sanchís, por su parte, reconoció que la fuerte dependencia del vehículo eléctrico de la infraestructura de recarga y la del autónomo, de los cambios en las leyes de tráfico, añaden una altísima incertidumbre al sector, a lo que se suma el propio avance tecnológico. “No sé si las herramientas que compre hoy me van a servir en 2021”, anotó.

“El eléctrico es un ordenador con ruedas”, afirmó el experto, quien recomendó a los concesionarios invertir en la preparación y reciclaje de su personal. “¿Saben cómo llama Apple a la gente que nos atiende cuando se nos estropea el iPhone? Genios. Es lo que nosotros vamos a necesitar para reparar las averías de los clientes”, remarcó.

Sugirió también tomarse en serio la digitalización de todos los procesos. “No puede ser que nuestros asesores de venta trabajen con una tablet y nuestros mecánicos todavía tengan que escribir en una hoja de cartón. Eso no es digitalizar de verdad”, señaló.

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