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Tiempo para pensar en Estrada Design

Manuel Estrada es el último premio nacional de diseño y ha desarrollado el logo del 40º aniversario de la Constitución Defiende que un mundo correctamente diseñado funciona mejor

El premio nacional de diseño 2017, Manuel Estrada.
El premio nacional de diseño 2017, Manuel Estrada.Juan Lázaro

Rodeado de libros, papeles y lápices de colores. Así desarrolla el ganador del Premio Nacional de Diseño 2017, Manuel Estrada (Madrid, 1953), la gran mayoría de sus creaciones. Una de ellas es el logo con el que se conmemora el 40º aniversario de la Constitución española, elegido mediante concurso reservado a anteriores ganadores del premio. Su trabajo “no es ideológico, sino de lectura rápida”, sostiene. Para ello, han utilizado un color más oscuro que el de la bandera española, porque “el amarillo original no se lee sobre el blanco”, explica.

El creativo asegura que “el buen diseño no debe ni notarse porque no es protagonista”. Por ejemplo, en los aeropuertos, la gente no se fija en el tamaño de la fuente ni en la tipografía de los carteles, solo en si les están informando correctamente. “Un mundo que está correctamente diseñado es un mundo que funciona bien”, reivindica Estrada, quien decidió dedicarse a esta disciplina porque la considera “la versión más útil del arte aplicado en nuestra sociedad”.

Cuando una empresa sigue nuestros consejos, mejora sus resultados. El diseño no es una apuesta estética, sino una decisión estratégica

Defiende una visión del diseño muy ligada al ámbito empresarial, una herramienta que ayuda a mejorar la cuenta de resultados de una empresa. “Transmitiendo lo que producen, haciendo que la marca sea singular y que no se olvide”, justifica Estrada. Asimismo, también comenta que es importante que los productos estén bien marcados para que la calidad que transmiten sea coherente con el precio del producto, sin pasarse y sin quedarse corto. “No es literatura de venta; tengo comprobado que cuando una empresa sigue nuestros consejos, mejora sus resultados”, garantiza el diseñador, para quien su disciplina no es una apuesta estética, sino una decisión estratégica.

También critica que se vea el diseño como un mero maquillaje. “La crisis fue dura porque se entendió que el diseño era algo superficial y que, por tanto, en malas épocas se podía suspender a la espera de tiempos mejores. Pero yo creo que es justo al contrario, el diseño y la innovación podrían ser las herramientas clave para que hubiera una recuperación económica más rápida”, desarrolla Estrada. “No es que los países ricos usen más diseño porque tienen dinero, es que son ricos porque hacen más innovación. Por ejemplo, los holandeses saben que el 2% de su PIB es diseño: los ingleses cuentan con el Design Council, que también calcula qué porcentaje deben a esta disciplina”, continúa.

Asimismo, señala que las nuevas tecnologías han desembocado en un deterioro del diseño porque, “aunque en apariencia todo va más rápido, el tiempo de pensar está desapareciendo”, afirma, mientras hace hincapié en que no es una cuestión de romanticismo y nostalgia, pues “los lápices ayudan a dibujar, pero el pensar tampoco necesita lápices”.

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