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11 soluciones para los problemas laborales de los jóvenes

La crisis ha abierto una brecha generacional que divide en estables y precarios El envejecimiento de la población ha hecho que los mayores tengan más peso político

GETTY IMAGES

Esta nueva generación se postula como una de las más preparadas de la historia, han crecido en un país más boyante y más libre, sin embargo, también se han topado con una triple crisis (económica, social e institucional) que les separa de las generaciones anteriores y les ocasiona un sentimiento de desesperanza. El grupo Politikon recoge esta brecha en su libro El muro invisible. Las dificultades de ser joven en España (Debate, 16,90 euros), a la vez que plantea una serie de recetas para reducir las diferencias entre estables y precarios.

  1. Contrato único. El libro expone la desigual protección de los distintos tipos de contrato. Por un lado, un gran amparo hará que la rotación sea menor, pues contratar y despedir será más caro. Por otro, si las garantías son bajas, el mercado es más flexible y la rotación es mayor. El sistema actual, que aumenta la protección en función de los años de trabajo, perjudica por partida doble a los empleados temporales, y por tanto, a muchos jóvenes. No tienen un puesto seguro, pero tampoco las posibilidades de encontrar trabajo que ofrece un mercado flexible. Por ello, plantean un contrato único en el que se reduzca la brecha de protección entre los diferentes trabajadores.
  2. Mochila austriaca. Esta medida suele proponerse con la anterior. Consiste en un fondo asociado a cada trabajador en el que la empresa deposita una cantidad de forma periódica, normalmente un porcentaje del salario, que formará parte de su indemnización por despido o como prestación tras la jubilación. En Austria, su país de origen, el porcentaje del salario que se destina a esta mochila ronda el 1,5%.
  3. Prestación estatal al desempleado. Los países nórdicos plantean un sistema en el que las empresas despiden y contratan más libremente, pero los trabajadores están asegurados por el Estado en caso de perder el empleo. En España, estas ayudas están ligadas al historial de contribución a la Seguridad Social, con lo que quienes comienzan su carrera, además con contratos precarios, apenas disfrutan de la prestación.
  4. Acabar con los muros. Hace unos años, con el objetivo de dignificar la formación profesional, se cerró el acceso a los módulos de grado medio si se carecía del título de ESO. Desde Politikon señalan que esta es una de las razones de la elevada tasa de abandono escolar y plantean el modelo finés, donde se prioriza que los alumnos que han dejado el sistema educativo entren en la formación profesional, conscientes de la importancia de que se reenganchen.
  5. Eliminar la repetición. La OCDE recomienda usarla de forma excepcional, pues se considera una herramienta cara e ineficaz para el alumno. Es necesario complementar esta iniciativa con otras medidas para igualar el nivel de la clase, por ejemplo, que se repitan solo las asignaturas suspensas y la detención precoz de los problemas, combinadas con una atención personalizada.
  6. Intervenciones personales. Ayudar a los alumnos con más dificultades mediante clases de refuerzo individuales. Se trata de una medida muy efectiva en relación al coste que supone. Asimismo, preocuparse por las habilidades socioemocionales de los estudiantes también desemboca en mejores resultados, ya que el abandono escolar no siempre está ligado exclusivamente a los rendimientos académicos.
  7. Aumentar y estabilizar el gasto. La inversión económica no es suficiente para mejorar la calidad educativa, pero sí es una condición necesaria. Además, este gasto debe mantenerse en el tiempo para lograr una mayor eficacia en las políticas a largo plazo.
  8. Mejorar la política de natalidad. Tener o no hijos es una decisión personal, el problema reside en que, debido al contexto social, se tienen menos hijos de los que se querría. Para luchar contra esto, las medidas que compatibilizan la vida profesional y la personal (para ambos progenitores) son mucho más efectivas que las dotaciones económicas.
  9. Escuelas infantiles. La educación antes de los tres años no es solo clave para ayudar a que los padres se incorporen al mercado de trabajo, sino que también resulta vital para reducir las desigualdades. En España hay una escolarización casi universal en las edades tempranas, muy por encima de la media de la OCDE, sin embargo, la posibilidad de que un niño acuda a una guardería depende en exceso del nivel socioeconómico de los padres.
  10. Volver al equilibrio generacional. El Estado de bienestar se sustenta en la generosidad intergeneracional, que da por hecho que todo el mundo se beneficiará del sistema en algún momento de su vida. Si la población envejece, el peso político de los mayores crece, lo que puede derivar en una falta de atención a las necesidades de los jóvenes.
  11. Políticas de ingresos mínimos. Su objetivo es garantizar una renta mínima para la subsistencia. El reto consiste en encontrar el equilibrio para que no se pierdan los alicientes de incorporarse al mercado laboral y tampoco queden grupos sin cubrir.

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