Las ciudades toman conciencia e inician la batalla contra el CO2
Madrid aprueba un plan que recoge 30 medidas y restricciones al tráfico Barcelona promueve el uso de bicis y el transporte público
En los últimos años, los ayuntamientos han tomado una mayor conciencia de la gravedad de la contaminación en las ciudades españolas y se han lanzado a buscar soluciones para combatir el problema. Como asegura José Luis Esteban, catedrático de Proyectos Arquitectónicos de la Universidad Europea, “están aplicando medidas, como la creación de zonas verdes, la peatonalización de los centros urbanos, las restricciones de tráfico o la potenciación del transporte público, los vehículos eléctricos y las bicicletas”.
Las restricciones al tráfico son ya patentes en Madrid y Barcelona, pero otras urbes, como Palma de Mallorca o Vitoria, también impiden la circulación de vehículos no autorizados en el centro.
La Agencia Europea de Medio Ambiente reconoce que una de cada cuatro ciudades supera los límites legales de contaminación por dióxido de nitrógeno. Londres, Stuttgart, Múnich, París y Marsella son las cinco metrópolis europeas más contaminadas. París ya anunció que prohibirá la circulación de los coches de gasolina en 2030 y Londres aplica peajes en el centro.
En España, Madrid y Barcelona encabezan el ranking de contaminación. Los expertos creen que iniciativas como prohibir la circulación de los vehículos más antiguos y contaminantes, tomada en Barcelona, son interesantes para afrontar los picos de contaminación, pero piden ir más allá. “Tenemos que buscar medidas estructurales”, reclama el investigador Hug March Corbella, del Internet Interdisciplinary Institute de la UOC.
Para Bruno Sauer, profesor de la Escuela de Arquitectura y Politécnica de la Universidad Europea de Valencia, los ayuntamientos españoles “intentan introducir ciertas acciones cuya efectividad ya ha sido comprobada en otras capitales europeas”.
Sin embargo, Carlos Arroyo, profesor de Proyectos Arquitectónicos de la UE, advierte de que en muchos casos las medidas se están planteando, pero en pocos se aplican. “Madrid y Valladolid son algunos ejemplos; Barcelona también ha diseñado un nuevo plan. Pero en la mayoría de ciudades de tamaño medio no se toman medidas eficaces”.
Las cifras
544 millones de euros es el presupuesto del Plan A del Ayuntamiento de Madrid contra la contaminación.
200 microgramos/m3 de dióxido de nitrógeno supondría un episodio grave de emisiones en Barcelona que llevaría a tomar restricciones de tráfico.
75% de la población europea vive en ciudades, lo que agrava las consecuencias de la contaminación.
Encarna de Vega, jefa de servicio de calidad del aire del Ayuntamiento de Madrid, recuerda que este consistorio aprobó el pasado septiembre el Plan A, que recoge “30 medidas para conseguir una ciudad sostenible y que reduzca las emisiones”. El plan cuenta con un presupuesto de 543,9 millones de euros y tiene cuatro ejes: movilidad sostenible, gestión urbana baja en emisiones, adaptación al cambio climático y sensibilización ciudadana.
El Ayuntamiento de Barcelona ha implantado políticas en favor del peatón, las bicis y el transporte público. Según su comisionado de Ecología, Frederic Ximeno, este consistorio apuesta por “incrementar los espacios pacificados al tráfico mediante la implantación de supermanzanas y zonas para el peatón”.
Además, “se ha creado una zona de bajas emisiones y, si se producen casos de episodios graves, llegando a los 200 microgramos/m3 de dióxido de nitrógeno, toda la ciudad sería una zona de protección atmosférica y, por tanto, se tomarían decisiones de restricción de tráfico”.
Durante la última década, España ha avanzado en la reducción de emisiones gracias a nuevas normas, tecnologías menos contaminantes y a medidas de control, indica José Antonio Sotelo, catedrático de la Universidad Complutense y director del Instituto Universitario de Ciencias Ambientales.
Pero, como advierte este experto, para corregir eficazmente el impacto medioambiental las estrategias europeas, nacionales y locales deben estar interconectadas, algo que no siempre sucede.
El combate se intensifica
Más medidas. Hace diez años, en España no se hacían actuaciones sustanciales contra la contaminación, recuerda el profesor Bruno Sauer. “Las pequeñas subvenciones o inversiones verdes eran para cambiar una caldera o unas ventanas, o para instalar unas placas solares térmicas”.
Hoy en día se invierte más en innovación y en programas para combatir el problema. Sin embargo, en opinión de Sauer, aún hace falta “conseguir un gran cambio en el modelo energético, informar y formar a miles de ciudadanos y profesionales, crear concienciación e invertir el modelo de la industria”.
Perjuicios. Con casi tres cuartas partes de la población residiendo en ciudades, la escasez de aire limpio afecta a las personas. Pero, el cambio de los patrones del clima debido a la contaminación “puede alterar el perfil económico de las ciudades europeas y su solidez financiera”, a juicio de Mauro Crisafulli, director general asociado de Moody’s.
Restricciones. Entre las medidas puestas en marcha por el Ayuntamiento de Madrid destaca la creación de un Área Central Cero Emisiones, que eliminará el tráfico de paso e impulsará la regeneración del centro urbano.
El Ayuntamiento de Barcelona está trabajando para casi triplicar el número de carriles bici y materializar un gran cambio en el transporte público en superficie con una mayor red de autobuses. Y más lejos, en Atlanta, el fabricante de motos eléctricas Torrot negocia la instalación de sus vehículos limpios por la ciudad.