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El gasto de la banca en ‘compliance’ se frenará el próximo año

La introducción definitiva de Mifid 2 y la nueva Basilea será un alivio para las entidades

Iglesia de St. Mary Axe, y rascacielos de la City de Londres, vistos desde abajo.
Iglesia de St. Mary Axe, y rascacielos de la City de Londres, vistos desde abajo.REUTERS

Los bancos pronto habrán escalado el monte Compliance. La sobrerregulación poscrisis, como él la ve, molesta al jefe de JPMorgan, Jamie Dimon, y no es el único. En la última década, los márgenes operativos de los bancos europeos se han reducido en más de un tercio, según Deutsche Bank. Los tipos ultrabajos tienen mucho que ver, pero otro factor son los mayores desembolsos en informes o due diligence, sin mencionar los litigios.

El próximo año podría ser un punto de inflexión. Deberían colocarse en su sitio dos grandes piezas del rompecabezas regulatorio: la introducción de Mifid 2 y la finalización de las nuevas normas de Basilea sobre capital bancario.

Aunque a los banqueros les gusta quejarse del compliance, la mayor parte de culpa es suya. La violación de normas y la toma imprudente de riesgos –sobre todo antes de 2008– han costado a los prestamistas unos 320.000 millones de dólares en multas por mala conducta desde la crisis, según el Banco de Inglaterra. Los Gobiernos y los legisladores han restallado el látigo regulador en respuesta.

En 2016 hubo 52.506 cambios normativos que generaron alertas regulatorias: un 2% interanual de subida, una desaceleración drástica respecto al promedio anual desde 2008, de dos dígitos. La implantación definitiva de Mifid 2 y Basilea debería reducirlo aún más, al igual que la inclinación desrreguladora del presidente de EE UU. Es un alivio, por ejemplo, para Credit Suisse, que dice que sus costes de compliance han crecido un 84% en los últimos dos años. Solo la mitad de los grandes bancos esperan que esta partida crezca este año y el próximo, frente a los más de dos tercios que lo pensaban en 2016.

La banca universal continuará asumiendo una gran carga, sobre todo debido a su exposición al lavado de dinero. En noviembre, Standard Chartered dijo que su acuerdo de enjuiciamiento diferido con las autoridades de EE UU se prorrogaría, pero HSBC dijo luego que vencía el suyo. Hasta el alcance potencialmente infinito de la obligación de conocer al cliente. tiene sus límites. La presión para tener estándares cada vez más estrictos y costosos comenzará a disminuir, lo cual debería ser positivo para la rentabilidad.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías.

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