Tubacex y Tubos Reunidos sufren los precios bajos del petróleo y el consumo al alza de las renovables
La cotización en mínimos del 'oro negro' y el aumento de la generación por 'vías limpias' estrechan los márgenes de ambas compañías La reactivación del mercado del gas da oígenos a las dos industrias del valle alavés de Ayala
Tubacex y Tubos Reunidos (TR), que concentran la producción estatal de tubos sin soldadura, operan en un sector con unos márgenes de rentabilidad limitados por un doble marcaje.
Por un lado, los precios del crudo, cuya industria de extracción es su principal cliente, siguen bajos, pese a los intentos por subirlos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep). Por otro lado, la progresiva disminución del consumo de los combustibles fósiles, ante el avance de las energías renovables, también juega en contra de las dos compañías alavesas.
De momento, la industria del petróleo se mantiene como el eje de los negocios de Tubacex y TR. Otros grupos, como la refinería de Petronor, han comenzado a desplegar una estrategia que reduzca su dependencia del oro negro y aumente su presencia en el nuevo mundo del coche eléctrico y de los servicios energéticos.
En sentido contrario, a favor de Tubacex y TR juega la mayor demanda de gas. En el caso de la industria de Euskadi, su consumo ha crecido un 4% en los nueve primeros meses del ejercicio en curso. Los pozos de extracción de gas son, como las explotaciones de petróleo, unos clientes de referencia de los tubos sin soldadura, que se producen tanto en los centros de ambas compañías en el Valle de Ayala como en otras fábricas que tienen repartidas por el mundo.
Algunas empresas, como la refinera Petronor, buscan su futuro en negocios alejados del crudo
El pacto de la Opep sobre restricción de la producción para subir los precios se ha ampliado hasta diciembre del próximo año
Un informe de Crédito y Caución recuerda que los países que integran la Opep han retrasado a diciembre de 2018 su estrategia de reducción de la producción de petróleo, en un intento de que suban los precios del oro negro. El pacto inicial, efectivo desde enero de 2017, daba por finalizadas esas restricciones en marzo del próximo año.
Desde la Opep se marcó un recorte diario de extracción de 32,5 millones de barriles (1,2 millones menos sobre los niveles de 2016). A esta estrategia se adhirieron otros diez países productores. De Rusia a México, pasando por Kazajistán, Azerbaiyán y Baréin, y llegando hasta Brunei, Malasia y Omán. Sin olvidar a Sudán y Sudán del Sur. Este equipo se comprometía a recortar su producción diaria en 600.000 barriles.
Pero el pacto auspiciado por la Opep ha encontrado varias dificultades para su aplicación efectiva. Algunos de los firmantes del mismo lo han incumplido y la organización ha excluido a dos de sus miembros, Nigeria y Libia, porque durante este ejercicio han hecho lo contrario y han aumentado la actividad de sus pozos petrolíferos. Además, Estados Unidos (EE UU) también ha incrementado su producción de oro negro, con la consiguiente repercusión en precios en los mercados internacionales, aunque esta circunstancia favorece a los tuberos vascos, que además tienen fábricas en el país norteamericano.
Y ese es el gran enigma para 2018 en este sector. Cuál será la cotización del petróleo, que en la última década ha registrado importantes fluctuaciones. Durante el periodo 2011-2014 el precio del barril superaba con holgura el nivel de los 100 dólares (llegó hasta 120 billetes verdes), para desesperación de los conductores cuando repostaban sus vehículos y luego pasaban por caja, y para satisfacción de los tuberos, que con esos precios comprobaban que todos los pozos estaban abiertos y en rentabilidad.
Pero ese escenario se dio la vuelta y a primeros de 2016 el barril se situaba en los 30 dólares. En la actualidad cotiza por encima de los 50 dólares.
Estos ajustes ya tienen impacto en el mundo empresarial. General Electric (GE) está ajustando su estructura por el lado de la división relacionada con los combustibles fósiles. Unos 6.000 despidos. El cierre de su planta de Ortuella no está relacionado con esta situación, sino con la reconversión en Europa de su producción de bienes de equipo para el sector hidroeléctrico. Por una o por otra razón, la clausura del centro vizcaíno deja en el paro a sus 134 trabajadores.
Si el consumo de combustibles fósiles va a la baja, el aumento de la generación por energías renovables está marcado en todas las agendas empresariales y políticas. En 2016 ya supuso el 24% del mix mundial y para 2040 aspira a que ese porcentaje suponga el 40%.
Esa tendencia está en el pensamiento de Jesús Esmoris y de Guillermo Ulacia, consejero delegado de Tubacex y presidente de TR, respectivamente.
Ulacia está centrado ahora en darle la vuelta a TR con el plan Transforma 360º. En 2016 registró los peores resultados de sus 125 años de historia. Las ventas estuvieron por debajo de los 200 millones y utilizó su capacidad tan solo al 50%. El nuevo presidente, que sustituyó a Pedro Abásolo, que estuvo un cuarto de siglo en el cargo, quiere que el Ebitda (beneficio bruto de explotación) crezca en 45 millones durante los dos próximos años. Y que TR produzca 350.000 toneladas con sus 1.530 trabajadores. El año de referencia sobre el que se buscan estas mejoras es el de 2014, cuando el grupo de Amurrio alcanzó las 229.000 toneladas de tubos fabricados.
Para conseguir esos objetivos, el absentismo laboral tiene que bajar del 9% registrado en 2017 y los costes de producción por tonelada deben reducirse un 16%. La estrategia Transforma 360º incluye la puesta en marcha de más de 300 iniciativas, cuya aplicación será responsabilidad de un centenar de empleados. Los resultados de TR al tercer trimestre registraron unas pérdidas de 9,5 millones.
Por su parte, Tubacex consiguió mantenerse en beneficios hasta octubre y pese “a la crisis sin precedentes” que vive el sector. La corporación de Laudio/Llodio ganó 1,1 millones, un 66,4% menos que en el mismo periodo del año anterior. El grupo que pilota Jesús Esmorís destacó en la presentación de resultados la caída de “volúmenes y precios” de la industria del gas y el petróleo, lo que implica menos inversiones en extracción de estas materias primas.
Fuera de Euskadi, Tubacex tiene fábricas en Austria, Italia, EE UU, India y Tailandia. Esa implantación en varios mercados le permitió diversificar sus ingresos y facturar 370,5 millones hasta octubre, un 1,2% más. Además, tiene en cartera pedidos por importe de 700 millones para los próximos tres años, con importantes proyectos en Irán. Su inversión en el exterior disparó su deuda financiera neta (DFN) a 7,8 veces el Ebitda, aunque el equipo de Esmorís confía en rebajar ese ratio a tres veces durante 2018. Desde Tubacex aseguran que la fortaleza de caja permitirá hacer frente a los vencimientos de deuda en los tres o cuatro próximos años, aun en “el peor de los escenarios”.