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La vida es un carnaval (y 2)

Francisco de Goya (Anotación en el nº43 de la serie «Caprichos»)

Nº43. El sueño de la razón produce monstruos

Aguafuerte y aguatinta. 218x152 mm.

El capricho que lleva por número el 43 de la serie «Caprichos» de Francisco de Goya es el más conocido de todos ellos y casi pro la misma razón, el menos entendido y sobre el que se han hecho multiples interpretaciones, casi todas ellas muy alejadas de los que en el fondo el propio autor quería expresar.

En el se muestra a una persona sentada con la cabeza recogida entre los brazos que apoya su cabeza en una mesa en una actitud que podría decir que es de dormir (o protegerse). es de noche, o al menos, esta oscuro. A su alrededor una multitud de aves (lechuzas y murciélagos) parecen amenazarle. Un gato parece observar la escena. El título del grabado aparece en un lado de la mesa.

El significado de este aguafuerte podría deducirse del título: cuando la razón duerme (no parece estar despierto), a la humanidad le atacan los monstruos de la oscuridad (la ignorancia y el fanatismo religioso). Esta confrontación entre el día (luz) y la noche luz (oscuridad) es la verdadera protagoniza del grabado. Hay que tener en cuenta que los valores de la Ilustración, de los que Goya era firme defensor, siempre anteponían la luz (sabiduría/ciencia) con la oscuridad (analfabetismo/fanatismo)[1].

A priori, la intencionalidad del grabado parece ser clara: la ignorancia y el fanatismo (Antiguo Régimen), amenazan al conocimiento y la Razón (Nuevo Régimen). Sin embargo, la anotación del propio Goya junto al grabado parece añadir un elemento adicional: la fantasia.

La fantasia podría ser interpretado como aquella forma de observar al realidad que nos permite VER más que MIRAR, ESCHUCHAR mas que OIR. El elemento (lo llamaremos audacia) que nos permite describir los engaños de la realidad. Eliminar los superfluo, descubrir lo esencial, nos permitirá ver la REALIDAD. Ese es el mundo de la fantasia a la que se refiere Goya[2].

Variation nº18 (Andante cantabile) perteneciente a la «Rapsodia sobre un tema de Paganini», en La menor, Op. 43 de Sergéi Rachmaninov

Nikolai Lugansky (piano)

Tugan Sokhiev (director)

Berliner Philharmoniker / 15 de octubre de 2016

Rachmaninov-Paganini

La «Rapsodia sobre un tema de Paganini», es una obra concertante compuesta por Sergéi Rachmáninov. Fue escrita para piano y orquesta, y se compone de 24 variaciones sobre el último de los «24 capricci» para violín solo de Niccolo Paganini. Volvemos a la formula musical "Tema con variaciones" como metáfora del disfraz.

Sin embargo Rachmaninov da una vuelta de tuerca más en torno al disfraz, convirtiéndose en una pura transformación continua. A pesar de llamarse una Rapsodia (una estructura libre con temas populares), como ya adelantamos antes, es un tema con variaciones. En concreto tiene 24 variaciones sobre el capricho Nº 24 de Paganini.

El primer intento de Rachmaninov de disfrazar la forma "tema con variaciones" como "Rapsodia" lo observamos nada más empezar: presenta inmediatamente una variación tras la cual viene el tema original. Generalmente la forma musical "tema con variaciones" comienza presentando el tema sobre el que se harán las sucesivas variaciones y posteriormente todas ellas, una tras otra, numeradas y separadas convenientemente.

Pero adicionalmente podría verse otro intento de disfraz en la forma: en realidad se puede ver como un concierto para piano con sus tres secciones habituales (rápido, lento, rápido) y que corresponderían a la distribución: el primer movimiento abarca hasta la variación 11; el segundo, entre las 12 y 18, y el final, las demás (19-24).

Por último, debido a que no hay interrupciones entre variaciones, la estructura del "tema con variaciones" se confunde. La partitura de la obra señala claramente las variaciones que componen la obra, su número, extensión y desarrollo. No obstante, algunas variaciones estan "disfrazadas" entre otras dos. El musicólogo Paul Serotsky, a pesar de estar muy familiarizado con la obra, indicaba que a veces contaba 28 e incluso 30 variaciones.[3]

El tema original de esta variación Nº 18, la más conocida de todas la que componen la obra, es una inversión melódica (como dar la vuelta a una calcetín) de una sección del tema original de Paganini que, con esta simple transformación, pasa a ser juguetón y algo diabólico (Paganini) a transformase en algo tremendamente poético y melancólico (Rachmaninov).

Capricho Nº 24 de la serie «24 Capricci» de Niccolo Paganini

Julia Fischer (violin)

El Capricho Nº 24 escrito en la menor es el último de los veinticuatro que escribió Niccolo Paganini, y su estructura es, una vez más, un tema con variaciones (!!!). En concreto la peiza esta formada por un tema más once variaciones y un final (coda). Se considera una de las piezas de mayor complejidad técnica escritas para violin. Su ejecución requiere el dominio completo de no solo de la afinación, la habilidad de trabajar en posiciones altas del bastidor (propios del brazo izquierdo del violinista) sino también de constantes y rápidos cambios de cuerda junto a complicados golpes de arco (propios del brazo izquierdo del violinista). A todo ello hay que unir la correcta ejecución de escalas, arpegios, dobles cuerdas, pizzicato de la mano izquierda, ...

Toda una colección de las técnicas más complejas que debe dominar un violinista, un verdadero virtuoso del instrumento. El máximo virtuosismo al servicio de la música. Aun así la obra ha adquirido fama universal y no solo Rachmaninov ha realizado una obra basada en este capricho sino que la lista la completan entre otros compositores como Liszt o Brahms (ambos en el siglo XIX) y Lutoslawsky (en el siglo XX)

Humildad, esfuerzo y audacia

Los pilares de la construcción de una "verdadera" imagen de la REALIDAD (con mayúsculas) esta compuesto de estos tres elementos.

La realidad tiene mucho de carnaval, la mayoría de lo que se nos presenta como realidad, es pura ficción, puro disfraz. Entre todo ello incluyo, de manera muy concreta, los datos estadísticos con que nos reglan todos los días en forma de noticias. Encontrar la verdad entre tanto disfraz es la gran labor del hombre (el científico, el artista, el intelectual, el ciudadano comprometido, ...) interesado en conocer la verdad.

La audacia (la fantasía como diría Goya) es clave para desentrañar la realidad. Pero cuidado, la humildad (la verdad no nos será revelada nunca) pero sobre todo el esfuerzo (lo que Goya llamaría Razón) es imprescindible para que la audacia a no se convierta en cursilería y sensiblería que nos conduzca a la superstición y al fanatismo (ambos los monstruos a los que se refería Goya).

Rapsodia sobre un tema de Paganini», en La menor, Op. 43 de Sergéi Rachmaninov

Sergei Rachmaninov (piano)Leopold Stokowski (director)

Philadelphia Orchestra / 24 de diciembre de 1934

Mis queridos lectores, sean audaces. La REALIDAD solo se mostrará a los verdaderamente audaces. A aquellos que quieran hacer el esfuerzo de comprender la REALIDAD y tengan la humildad de reconocer que, aún así, no nos será revelada nunca del todo.

Monologo de Segismundo del Acto III de «La vida es sueño» de Pedro Calderón de la Barca

Julio Nuñez (Segismundo)

NOTAs:

  1. Algunos autores hablan de que la lechuza representa a Minerva, diosa de la sabiduría, que le acompaña al durmiente para ayudarle.
  2. En un dibujo preparatorio al grabado, Goya escribió al pie de la imagen: «El autor soñando. Su intento solo es desterrar vulgaridades perjudiciales, y perpetuar con esta obra de caprichos, el testimonio solido de la verdad»
  3. «I don't know about you, but even after years of familiarity, I still find myself counting the variations and managing to end up with a total of 28, or even 30. Such is the genius of the man who so skilfully and bewitchingly blended this matchless “rhapsody”. Paul Serotsky.

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