Los genéricos cumplen 20 años en España con un retroceso en las ventas
Pierden cuota de mercado frente a los originales Desde hace dos décadas han ahorrado a la sanidad cerca de 20.000 millones
El medicamento genérico cumple 20 años en España en 2017. Pero no lo hace en su mejor momento. Por primera vez, comienza a perder cuota de mercado, separándose aún más de la media europea. En agosto de 2017, el último dato disponible ofrecido por la consultora QuintilesIMS, la cuota de mercado de estos fármacos descendió al 20,1% del mercado farmacéutico total en euros, frente a un máximo del 20,6% alcanzado en 2015.
En unidades vendidas, también se ha frenado la cuota, quedándose en 39,7%, dos décimas por debajo de 2016, y muy lejos del 60% de media en el mercado europeo. El genérico entra en el mercado cuando el fármaco original pierde el derecho de patente, que ocurre a los 10 años de ponerse a la venta. En ese tiempo, el laboratorio que lanzó el medicamento recoge los frutos de su innovación. Cuando termina ese periodo, si el original quiere seguir financiado en la sanidad pública debe ponerse al precio menor, al de los genéricos que quieran entrar a competir. Precisamente, ese es uno de los problemas que el sector ve, ya que no se ofrece ninguna ventaja de precio frente al de marca, que dispone del 100% del mercado.
Hasta 2016, los genéricos tenían preferencia en la venta en farmacia a igualdad de precio con el original. Pero eso ya no ocurre, lo que ha provocado que los nuevos genéricos se queden con poca tarta al salir a competir. “Si miramos atrás, sorprende que, entre 2005 y 2010, la cuota de penetración del genérico alcanzara el 70% durante el primer año tras el lanzamiento de nuevas moléculas, frente a un escaso 9% entre 2015 y 2016”, explica Enrique Ordieres, presidente de Cinfa, el principal laboratorio español de genéricos. “Esto es una ruina. A largo plazo desmotiva al inversor de nuestra industria. Debe haber alguna diferenciación de precio con el medicamento de marca para que se siga potenciando esta industria”, señala Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda, director general de Aeseg, la patronal de laboratorios de genéricos.
Concha Almarza, directora general de QuintilesIMS, destaca también que el genérico ha dejado de ganar presencia en valores en el mercado debido a que en los últimos años las moléculas que pierden patente son menos importantes. “Ya desde 2012 se aprecia cómo van rebajando su cuota de penetración en el primer año. Las moléculas son más complejas, tampoco hay superventas que pierdan la patente, y la falta de diferenciación de precio también les perjudica”, apunta Almarza. “En los últimos años hemos visto cómo los laboratorios españoles de genéricos han tenido que buscar otros nichos alternativos en las farmacias buscando más márgenes”, añade.
Aeseg señala la importancia de tener una potente industria de genéricos en España, que actualmente emplea a 9.000 personas y a otras 25.000 en puestos indirectos. Siete de cada diez genéricos que se consumen en España están producidos en nuestro país. “Es muy importante que se mantenga un potente sector industrial nacional. En estos 20 años, el genérico ha provocado un ahorro medio a la sanidad pública de 1.000 millones de euros, es decir, 20.000 millones en total”, asegura Rodríguez de la Cuerda. Por eso, solicita “una diferenciación de precio entre el genérico y la marca”, además de una “unidad de mercado entre las comunidades autónomas” donde la penetración de estos productos es muy diversa.
Por ejemplo, Andalucía creó la subasta de genéricos donde se cede, tras una puja, a un solo laboratorio el derecho de venta de un fármaco. “Ciertas compañías extranjeras se han visto favorecidas en nuestro país, pero que no tienen la misma vocación de servicio al ciudadano. Así se ha observado con los problemas de desabastecimiento de las subastas de Andalucía”, lamenta, por su parte, Ordieres.
Las compañías del sector
El laboratorio navarro Cinfa es líder del mercado tanto en volumen en euros como en unidades vendidas. A precio de venta de laboratorio (sin incluir descuentos comerciales), Cinfa alcanzó los 348 millones de euros interanual, según datos de QuintilesIMS. Otros españoles, como Kern, Normon y Alter, entran en ese ranking.
Entre los fármacos más vendidos en unidades se encuentra Adiro (de Bayer) en su versión genérica, paracetamol de Kern, omeprazol de Cinfa, ibuprofeno de Kern y Espidifen (Zambon).
Enrique Ordieres (Cinfa): "Los cambios legislativos han dañado la industria"
¿Qué retos tienen los laboratorios españoles de genéricos?
El principal reto al que tenemos que responder los laboratorios de genéricos es la consolidación de este sector a largo plazo. La implantación de los medicamentos genéricos ha sido progresiva en nuestro país, pero lenta. Muy por debajo de las cifras de los países de nuestro entorno. De hecho, actualmente no superamos la cuota de mercado del 40% en unidades y el 20% en valores. Junto a esto, los cambios legislativos que han tenido lugar en estos años han dañado esta industria, convirtiéndola en un sector inestable y con pocos incentivos que animen a seguir invirtiendo. El futuro de los medicamentos genéricos pasa por conseguir el apoyo firme y decidido de la Administración Pública para que, al igual que en otros países, se impulse la industria de genéricos española. Sería necesario un marco legislativo estable a nivel nacional para poder invertir en nuevos desarrollos y planificar a medio y largo plazo. Desde Cinfa, seguiremos insistiendo en el hecho de que estos fármacos son el principal regulador de precios del mercado farmacéutico, lo que ha permitido al Sistema Nacional de Salud un ahorro de 20.000 millones de euros desde su aparición, y una garantía para que los ciudadanos tengan acceso equitativo a sus tratamientos, con la misma calidad, seguridad y eficacia.
¿Cómo ser rentables en un mercado que no crece y con márgenes muy pequeños?
En primer lugar, la fabricación de medicamentos es una actividad tremendamente regulada. Por ese motivo, la rentabilidad pasa por trabajar decididamente en mejorar continuamente la eficiencia de los procesos productivos y sus estrictos estándares de calidad, por contar con la implicación de los proveedores y la formación de nuestros profesionales. Y, en segundo lugar, apostar por la innovación y las inversiones, un ámbito que consideramos clave para seguir avanzando. En nuestro caso más de 28 millones de euros en I+D y 27 en activos fijos para este año 2017. Apostar por la innovación dentro de la fabricación de medicamentos genéricos significa ser ágiles y flexibles, implementar una logística óptima hasta la farmacia colaborando con la distribución farmacéutica y, sobre todo, continuar escuchando al paciente para diferenciarnos y ofrecer mejoras en la dispensación de los tratamientos, como es el caso, por ejemplo, de la innovación en blíster unidosis.
¿Cómo se podría aumentar en España la cuota de genéricos?
En primer lugar, aunque el mundo del medicamento genérico ya tiene 20 años de historia en nuestro país, debemos insistir en la formación a los ciudadanos y profesionales. Un aspecto clave es la diferenciación de precio entre los medicamentos genéricos y sus equivalentes de marca al menos durante los primeros meses después del vencimiento de las patentes, con objeto de que los genéricos recuperen sus índices de penetración y sean un estímulo para la sostenibilidad del sistema. Todos debemos ser conscientes de la riqueza que aporta la industria de medicamentos genéricos, ya que casi siete de cada diez genéricos utilizados son fabricados en España. Generamos muchos puestos de trabajo de calidad, además de la colaboración con industrias de nuestro entorno, centros de I+D y logísticos. Nuestro grupo Cinfa en estos momentos emplea a más de 1.800 personas.
¿Cinfa está o estará en el segmento de los biosimilares?
Nuestro grupo entró en el campo de la biotecnología ya en el año 2013, con la puesta en marcha de la biotecnológica Cinfa Biotech y la posterior participación mayoritaria en la empresa 3P. Desde entonces, hemos trabajado en el desarrollo de nuestro primer medicamento biosimilar, B12019, una versión de Neulasta (pegfilgrastim), indicado para reducir la incidencia de infecciones en pacientes con tratamientos de quimioterapia. Este biosimilar ya ha superado con éxito la fase clínica y, estos momentos, estamos a la espera de autorización por parte de la Agencia Europea del Medicamento. La decisión de entrar en el mundo de la biotecnología, a pesar de la complejidad en el desarrollo de estos fármacos y su elevado coste, responde a la necesidad de aportar al paciente la accesibilidad a estos medicamentos de futuro, así como de contribuir a garantizar la sostenibilidad de los sistemas sanitarios.