Los fondos españoles quintuplican su patrimonio en Luxemburgo desde 2012
La facilidad técnica y regulatoria del Gran Ducado atrae a la industria nacional Las gestoras patrias acumulan allí más de 16.000 millones de euros
España no es ningún paraíso para los fondos de inversión. El sector sumaba 253.000 millones de euros en agosto, a poca distancia ya de los más de 261.000 de mayo de 2007. El crecimiento, eso sí, desde el mínimo de 122.000 millones de euros de diciembre de 2012 se sitúa ya en el 140%.
Pero la industria ha crecido más, mucho más, en Luxemburgo que en España. En los mismos años, el patrimonio allí ha pasado de menos de 3.000 millones a cerca de los 16.000 a cierre de agosto, según los datos recopilados por Morningstar, junto con el registro de fondos en el país del Banco de España, y de las propias gestoras. El montante se ha más que multiplicado por cinco.
El Gran Ducado se ha convertido en el refugio de las tormentas políticas y regulatorias. “Siempre lo han hecho bien, fueron pioneros en absolutamente todo, y continúan consolidándose”, señalan fuentes del sector.
El patrimonio de los fondos de inversión en el país, una las capitales financieras de la Unión Europea con apenas 600.000 habitantes, suma unos cuatro billones de euros, según los datos de la CSSF, la CNMV luxemburguesa. El montante, que marca cotas históricas, se duplica respecto al de hace 10 años. Luxemburgo es, de lejos, la capital europea con más patrimonio en estos productos. Le siguen Irlanda (2,2 billones), Alemania (2 billones), Francia (1,9 billones) y Reino Unido (1,5 billones). “Para vender fondos fuera es casi una exigencia; los inversores exigen que el código ISIN (una suerte de matrícula de todos los productos financieros que se negocian en el planeta, incluidos los fondos) comience por “Lu”, la enseña del Gran Ducado.
Los más grandes y los recién llegados
Las grandes gestoras españolas están plenamente instaladas en Luxemburgo. Santander es la que cuenta con más patrimonio, con más de 3.200 millones, seguida de CaixaBank (casi 2.100), A&G (1.700), BBVA (1.500,) EDM (alrededor de 1.300), March (1.546) y Bankinter (860), según los datos recopilados por Morningstar conforme al listado de fondos de estas gestoras en el Gran Ducado del Banco de España. En total, las que están presentes en Luxemburgo suman más de 16.000 millones de euros (véase gráfico).
Renta 4 comenzó en 2016 a utilizar Luxemburgo como base para sus fondos y ya tiene más de 130 millones. Cobas AM, la gestora de Francisco García Paramés, ha arrancado este año y ya cuenta con un patrimonio de más de 140 millones. Gesconsult, pilotada por Alfonso de Gregorio, otro experto singular en la industria, también desembarcó allí el año pasado con dos de sus productos estrella: Gesconsult Renta Fija Flexible y Gesconsult Renta Variable. Merchbanc, con 99 millones, fue una de las firmas pioneras en desembarcar en el país.
Si esto sucede es en parte porque los inversores institucionales extranjeros (aseguradoras, fondos de pensiones y otros fondos de inversión) están acostumbrados a la legislación luxemburguesa y solo invierten en fondos lanzados bajo este paraguas.
Otro motivo por el que también se venden en España sobre todo en banca privada fondos gestionados en Luxemburgo es que funcionan bajo el formato de cuentas ómnibus –cuentas globales segregadas en función de las aportaciones de cada partícipe–, que preserva el anonimato del inversor particular.
Las cuentas ómnibus han sido uno de los caballos de batalla del sector. Ahora las gestoras españolas pueden utilizarlas para vender fondos en el extranjero, aunque no con los mismos, y requeridos, estándares luxemburgueses. En cambio, dentro de España su uso es extremamente complejo.
Economía lleva seis años dándole vueltas al asunto, y en el anteproyecto de ley para trasponer la directiva europea Mifid 2, que en teoría ha de entrar en vigor en enero de 2018, hay una solución que elimina las restricciones a su utilización en España.
Otra explicación de que esté creciendo tanto este negocio es el afloramiento de patrimonio debido a la amnistía fiscal de 2012 y el riesgo de que finalmente se opte por penalizar a las sociedades de inversión de capital variable (sicavs). La creación de este tipo de instrumentos, con un patrimonio de 32.200 millones en agosto, se ha frenado por completo en España. “No es que hayan dejado de crearse sicavs, sino que su nacimiento se ha desplazado a otros países, fundamentalmente a Luxemburgo”, explica un banquero privado. Con todo, el objetivo de Ciudadanos es que el Gobierno no toque ni la fiscalidad ni los requisitos para acceder a ella, sino que promueva su puesta a disposición del gran público, como publicó CincoDías el pasado 24 de marzo.
Fuentes del sector señalan que esta suerte de deslocalización se intensificará en el futuro inmediato si se mantienen las restricciones al sector que adelanta el borrador de la ley que adapta a la normativa comunitaria la Mifid 2. La hoja de ruta que siguen comúnmente las gestoras cuando se instalan en Luxemburgo es crear fondos clónicos de sus más exitosas carteras españolas.
El estándar del país está llevando a las entidades a lanzar productos allí en lugar de hacerlo en España