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El ‘déjà vu’ de Popular: los 50.000 accionistas de CAM laminados que sí fueron resarcidos

Las ayudas públicas que ha recibido la extinta CAM suman más de 11.000 millones Los dueños de las cuotas de la entidad perdieron todo su dinero

Antigua sede de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) en Alicante.
Antigua sede de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) en Alicante.

La resolución de Popular supuso la laminación de sus 300.000 accionistas el miércoles 7 de la semana pasada y una capitalización de unos 1.300 millones a cierre del 6 de junio. Los socios se despertaron al día siguiente con una tasación extremadamente negativa de su entidad: valía entre –2000 y –8.200 millones, según el mecanismo único de resolución, un organismo europeo. Pues todo este proceso tiene un precedente, lejano en el tiempo pero muy similar: Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM).

La caja debutó en Bolsa en julio de 2008 a 5,6 euros por acción con un valor total de cerca de 3.900 millones de euros. Desde entonces, las cuotas experimentaron un comportamiento desvinculado del resto de la renta variable y del sector financiero, recabando fuertes alzas en tiempos de debilidad bursátil.

Necesidad de capital

Pero el Banco de España determinó en marzo de 2011 que la CAM necesitaba 2.800 millones de euros para cumplir con los nuevos requisitos de capital. Esto rompió el acuerdo para la fusión fría (a través de un sistema institucional de protección), bajo el nombre de Banco Base, negociado con Cajastur, Caja Cantabria y Caja de Extremadura.

Los acontecimientos se desencadenaron desde entonces muy rápido. La CAM solicitó ayuda al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) en forma de 1.031 millones en acciones preferentes convertibles y otros 1.769 millones en acciones puras y duras. Pero los problemas eran gigantes y el Estado tuvo que intervenir.

El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) destituyó a los administradores de la caja alicantina el 22 de julio y el 7 de diciembre de 2011el Banco de España aprobó el plan de reestructuración de la entidad formulado por el FROB, que incluía su integración en Banco Sabadell. Este no pagó nada por ella. Al contrario: el Estado se la entregó con un blindaje ante potenciales pérdidas ocultas en su balance.

El Fondo de Garantía de Depósitos aprobó así ayudas en forma de capital por 5.249 millones de euros y concedió al banco que preside Josep Oliu un esquema de protección de activos (EPA) con un valor que a cierre de 2015 se situaba en cerca de 6.000 millones. Las inyecciones públicas para la CAM suman por tanto más de 11.000 millones de euros.

La resolución de Popular

Pero el caso guarda grandes similitudes con Banco Popular. Los dueños de las cuotas participativas, que habían salido a Bolsa de la mano de Lehman Brothers, banco de inversión quebrado en septiembre de2008 y entonces pilotado en España por el actual ministro de economía Luis de Guindos, lo perdieron todo. Eran unas 50.000 personas, en su mayoría clientes de la antigua caja que acudieron a la salida a Bolsa de su entidad.

La cotización fue suspendida para siempre el 9 de diciembre de 2011. Su valor económico, al igual que las de Popular según el mecanismo europeo de resolución, era 0 euros, explicó ese día Banco Sabadell en un hecho relevante en la CNMV. Sabadell había comprado el negocio bancario de CAM, mientras que las cuotas habían quedado en la fundación y fueron amortizadas.

Compensación

No hubo un resarcimiento directo a los dueños de esta suerte de acciones, pero el banco catalán sí desplegó una campaña de vinculación para los afectados; ofreció a los clientes pillados en las cuotas unos depósitos con tipos de interés a años luz de lo que se pagaba entonces mercado y les entregó acciones de autocartera. Se hicieron trajes a medida y en un plazo de dos a tres años los clientes minoristas recuperaron la mayor parte de su dinero, explican fuentes financieras.

Santander estudia ahora una fórmula para compensar a los accionistas que acudieron a la ampliación de Popular de junio del año pasado.

Los dueños de participaciones preferentes y de deuda subordinada de CAM, con algo más de 1.600 millones de euros en estos productos, recibieron acciones de Sabadell. Este los compensó además con un interés del 6% a lo largo de cuatro años si mantenían los títulos. El resultado fue muy favorable para los pequeños inversores de estos instrumentos, que a inicios ya ganaban dinero con el canje.

En Popular, los propietarios de los 450 millones de euros que la entidad colocó en bonos subordinados en julio y octubre de 2011 lo han perdido todo. Eso sí, estos títulos han ofrecido una rentabilidad anual entre el 8% y el 8,25%, de manera que sus propietarios se han embolsado un interés aproximadamente un 40% de su inversión inicial.

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