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Tribuna
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Un marco completo para la educación financiera

Es necesario educar las actitudes de los jóvenes según su relación con la economía en cada etapa

Taller de educación financiera de La Caixa.
Taller de educación financiera de La Caixa.

Son muchas las razones por las cuales tener una buena educación financiera es importante. La formación en esta materia nos ayuda de diferente forma a lo largo de las distintas etapas de la vida, ayudándonos a tomar decisiones sensatas y acertadas en función de nuestro momento vital. En las edades más tempranas nos permite comprender el valor del dinero, más adelante nos convierte en ciudadanos más responsables, y en la edad adulta nos ayuda, entre otras cosas, a planificar nuestras acciones futuras y economía personal.

La OCDE define la educación financiera como “el proceso por el cual los consumidores/inversores financieros mejoran su entendimiento de los productos, conceptos y riesgos financieros y, mediante información, instrucción y/o asesoramiento objetivos, desarrollan las habilidades y la confianza para llegar a ser más conscientes de los riesgos y oportunidades financieras, para realizar elecciones informadas, saber dónde dirigirse en caso de requerir ayuda y adoptar otras acciones efectivas para mejorar su bienestar financiero”.

No obstante, la educación financiera va más allá. Tener una formación adecuada no solo sirve para entender lo que puede ofrecernos una entidad bancaria y comprender los distintos productos financieros. Las finanzas están en nuestra vida cotidiana, nos ayudan a resolver asuntos de nuestro día a día, a manejar nuestro dinero, a saber lo que podemos gastar o no y a frenar nuestros impulsos. Pongamos un ejemplo, ¿de qué sirve conocer cómo se calcula el VAN si no sabemos gestionar adecuadamente nuestro presupuesto personal y no sabemos llegar a fin de mes? ¿De qué vale comprender la TIR si no somos capaces de comparar o saber esperar a la hora de comprar un coche? La verdadera formación financiera comienza por educar las actitudes, siendo más efectiva en edades tempranas, desarrollando en los jóvenes habilidades no cognitivas, como la planificación, la perseverancia, la postergación de recompensas, la atención o el esfuerzo. Competencias clave que deben de estar presentes en las aulas y a la hora de desarrollar un marco educativo sobre esta materia.

Ahora bien, ¿qué conocimientos son necesarios a cada edad? Definir este marco nos obliga a entender antes las necesidades reales de educación financiera: la percepción de los jóvenes y su relación directa con la economía y con las finanzas. Debemos, entonces, delimitar primero las herramientas, productos y servicios que utilizan a lo largo de las distintas etapas educativas, para poder después estructurar un marco educativo en función de cada edad.

Una formación que, a día de hoy, resulta fundamental. Gracias a la educación financiera, sentamos la base para tomar decisiones acertadas, además de evaluar las evidencias o distinguir los hechos de la ficción. La función de la educación es enseñar a pensar críticamente, por lo que la educación financiera nos hace más libres e independientes.

Conscientes de la necesidad de formar a nuestros jóvenes, surgen en España desde hace unos años iniciativas diferentes, entre las que cabe destacar el Plan Nacional de Educación Financiera, suscrito por diferentes agentes sociales. Además, aparecen numerosos proyectos impulsados por entidades bancarias, cuyo fin es promover la formación en esta materia. Estas iniciativas están inconexas entre sí. No obstante, para provocar un cambio más profundo, es necesario aunar esfuerzos. La educación financiera es cosa de todos y debemos remar en la misma dirección.

Nuestra fundación y Asociación Española de Banca llevan tres años desarrollando el programa Tus finanzas, tu futuro, con el que ya han alcanzado a más de 15.000 jóvenes de todo el país. Esta iniciativa ha visibilizado el deseo del sector de la banca de ayudar a la formación de los jóvenes en conocimientos financieros. Además, también ha promovido el debate del que nace la necesidad de entender dónde hay oportunidades de educación financiera no cubiertas, y qué necesitan conocer nuestros jóvenes antes de salir de la etapa de educación obligatoria.

Hace falta, en primer lugar, definir las necesidades; en segundo, establecer un marco educativo completo, y por último, aunar esfuerzos con el fin de que la educación financiera que reciban nuestros jóvenes sea lo más completa posible.

Blanca Narváez Vega de Seoane es directora general de la Fundación Junior Achievment España.

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