Lilly, la cuna de la insulina y el Prozac
El laboratorio estadounidense celebró su 140 aniversario el año pasado
Corría el año 1876 cuando el coronel Eli Lilly fundó en Indianápolis, EE UU, un pequeño laboratorio. Este químico sueco que luchó en la Guerra de Secesión se dio cuenta durante el conflicto bélico de que había muy pocos medicamentos de calidad accesibles para el gran público. Por eso decidió crear una empresa para poner a disposición de los pacientes fármacos de la más alta calidad. Han pasado 141 años y la pequeña firma se cuenta hoy entre los principales nombres de la industria farmacéutica. Mundialmente conocida por fármacos como el Prozac o por haber sido la primera empresa en comercializar insulina, Lilly está presente en más de 120 países. Uno de los seis centros de I+D+i que tiene repartidos por el mundo se encuentra en España, país en el que aterrizó en 1963.
Cronología
1876. El coronel Eli Lilly, un químico sueco, crea un pequeño laboratorio en Indianápolis para producir fármacos de calidad accesibles al público.
1923. La compañía desarrolla un método para producir industrialmente insulina. Este descubrimiento supone un hito en el tratamiento de la diabetes al convertir esta sustancia en un producto mucho más accesible.
1928. El equipo científico del laboratorio idea un extracto de hígado para tratar la anemia perniciosa, un trastorno sanguíneo mortal. La repercusión que tuvo este desarrollo en la disciplina derivó años después en la concesión del Premio Nobel de Medicina al equipo responsable del avance.
1955. Lilly desarrolla una vacuna contra la polio, una enfermedad altamente infecciosa.
1963. La compañía aterriza en España, primero a través de una joint venture y, desde 1997, como una filial con el capital 100% en propiedad de la matriz.
1974. Lilly formula un medicamento revolucionario en el área de las neurociencias: el Prozac, indicado para trastornos depresivos y obsesivos-compulsivos. La molécula tardaría todavía varios años en llegar a las farmacias.
1982. Se lanza al mercado la Humulina, una insulina idéntica a la producida por el cuerpo humano. Se trata del primer medicamento creado con tecnología de recombinación genética.
2004. Las autoridades americanas y europeas aprueban Cymbalta, un medicamento para el tratamiento del trastorno depresivo mayor. Posteriormente se indicaría también para la ansiedad generalizada.
La empresa que puso en marcha el coronel Lilly no tardó en cosechar un importante éxito. Una de sus obsesiones personales fue acabar con los métodos tradicionales de producción, cuyos procesos no certificaban la eficacia y seguridad de las medicinas, para desarrollar sus medicamentos de acuerdo con las normas de calidad más estrictas. Con ese objetivo, en 1886 contrata a Ernest Eberhard, un joven químico que se encargó de la implantación de las técnicas de evaluación de calidad más avanzadas de la época, con lo que se mejoró la seguridad de los tratamientos.
La apuesta de la compañía en investigación no tardó en dar sus frutos. En 1923 desarrolló el primer método de producción industrial de insulina, que hizo posible que este medicamento estuviera por primera vez disponible de forma masiva en el mundo para el tratamiento de la diabetes.
Pocos años más tarde, en 1928, introdujo un producto de extracto de hígado para tratar la anemia perniciosa, un trastorno sanguíneo mortal, que sirvió como terapia estándar durante décadas. Los colaboradores académicos de la compañía fueron galardonados posteriormente con el Premio Nobel por este descubrimiento. En 1955, la firma presentó la vacuna contra la polio, que se cuenta como uno de los principales hitos de la historia de la multinacional.
En 1982 Lilly volvería a hacer historia en el campo de la endocrinología con el desarrollo de insulina idéntica a la producida por el cuerpo humano (Humulin), que se convirtió en el primer producto para el cuidado de la salud humana creado con tecnología de recombinación genética. El tratamiento de la diabetes es una de las especialidades de estos laboratorios, con un amplio abanico de opciones terapéuticas en cartera que trata de cubrir todos los momentos de la enfermedad.
Otra de las joyas de la corona de Lilly se localiza en las neurociencias. El equipo de investigación de la compañía dio con la fluoxetina en 1974. Comercializada bajo el nombre comercial de Prozac, este fármaco está indicado tanto en adultos como en niños, los trastornos depresivos, el trastorno obsesivo-compulsivo, la bulimia nerviosa y el trastorno disfórico premenstrual. También dio con la formulación de la olanzapina (Zyprexa) para las personas con esquizofrenia. La oncología y la lucha contra el Alzhéimer son otros campos en los que también ha destacado la firma estadounidense.
Fármacos ‘made in Spain’
Lilly está presente en España desde 1963, primero a través de un acuerdo comercial de inversión conjunta y, desde 1997, como una filial 100% propiedad de la compañía.
En Lilly España trabajan más de 1.100 empleados. Esta abultada cifra se debe a que España es uno de los pocos países del mundo (al margen de EE UU) en los que la empresa lleva a cabo todo el proceso de desarrollo de un medicamento: desde la identificación de los principios activos hasta la comercialización como nueva opción terapéutica.
Lilly cuenta con un centro de I+D+i en Alcobendas (Madrid) dedicado a tareas de investigación básica, en el que se trabaja en colaboración con los centros de EE UU y Reino Unido. Asimismo, también dispone de una planta de producción que exporta a 129 países en el mundo. Tras 54 años de andadura en España, los laboratorios Lilly no conciben su futuro sin la labor que se desempeña en la Península.
Desde Alcobendas hasta el mundo entero
En 1966, tres años después de llegar a España, Lilly se da cuenta de que la planta de producción de la calle Nieremberg de Madrid se le quedaba pequeña. Los responsables de la compañía toman la decisión de trasladarse al Polígono Industrial de Alcobendas. Tras dos años de construcción, en 1968 se inaugura la actual planta de producción.
Desde entonces, las instalaciones han sufrido diversas remodelaciones y ampliaciones. Los productos que salen de esta factoría (orales secos) se exportan a todos los mercados del mundo, incluido el estadounidense. La planta abarca el desarrollo de fármacos incluidos en varias áreas terapéuticas: desde neurología y oncología hasta diabetes, inmunología, urología y osteoporosis.
En 2014 se inicia el empaquetado de parenterales y dispositivos médicos, lo que ofrece la oportunidad de diversificar la producción.
El volumen de negocio de Lilly en España fue de 2.063 millones de euros en 2015, último año del que se tienen cifras. Solo un 14,5% de esa cifra se coloca en el mercado nacional: el resto procede de las exportaciones.