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Perspectivas para el nuevo año

Qué obstáculos deberá sortear el 'rally' bursátil en 2017

El nuevo año trae grandes dudas, como el alcance de las políticas de Trump o quién ganará las elecciones en Francia.

Donald Trump, presidente electo de EE UU
Donald Trump, presidente electo de EE UUReuters
Nuria Salobral

El año que termina ha transcurrido en una suerte de esquizofrenia entre la certeza de una recuperación económica que comienza a consolidarse y la gran incertidumbre que han sembrado eventos como el brexit o la victoria de Donald Trump. 2016 ha sido el año en el que aquello que no se preveía en modo alguno llegara a suceder ha terminado pasando, y esta experiencia deja un aprendizaje casi traumático de cara a la intensa agenda política que se avecina en 2017 –con elecciones en Francia, Holanda y Alemania–, que promete ser el gran foco de inestabilidad para el próximo año.

Gran Bretaña ha decidido en referéndum abandonar la Unión Europea y en Estados Unidos llega a la presidencia un empresario sin experiencia política que ha logrado la victoria con un discurso contrario a la globalización y plagado de mensajes xenófobos. Una oleada de populismo ha sacudido los cimientos del actual statu quo y recorre las grandes economías del mundo, fruto del desencanto ciudadano tras años de crisis que han acentuado la desigualdad.

La política se ha colocado, por tanto, en la primera línea de la agenda económica y ha generado una onda expansiva que ya tiene efectos reales, incluso antes de que haya comenzado la presidencia de Trump o se haya materializado el divorcio británico de la UE, que se fía para largo. El brexit provocó la mayor sacudida a los mercados del año y, en el caso de la Bolsa española, marcó un hito con el mayor descenso en un día de su historia. El terremoto dejó en anécdota las turbulencias con que comenzó 2016 a cuenta de las dudas sobre la economía china y el derrumbe del precio del petróleo, y aunque las Bolsas se han recuperado con posterioridad, la libra ha quedado ya sumida sin remedio en mínimos de 30 años.

La victoria de Trump augura un cambio en la política fiscal de la mayor economía del planeta, con un aumento del gasto que provocaría más inflación y, por consiguiente, subidas de los tipos de interés. Y esa promesa, lanzada en la campaña electoral y que está por materializarse, ha provocado un vuelco en el mercado de renta fija, donde los precios llevan años de ascensos tras un rally impulsado por los bancos centrales que empieza a dar signos de agotamiento.

Trump, y la expectativa de más inflación en Estados Unidos y tipos de interés más altos, ha sido el detonante para una oleada de ventas en los bonos, que también han alentado, aunque en mucha menor medida, la decisión del Banco de Japón de comenzar tímidamente a elevar la curva de tipos, y la reducción anunciada por el BCE de cara a 2017 del importe de las compras mensuales de bonos.

El discurso es muy distinto en los bancos centrales de Estados Unidos, donde ya ha comenzado el regreso a la normalidad de la política monetaria, y en Japón o la zona euro, regiones aún necesitadas de los estímulos monetarios. Pero 2016 ha sido, además del año de los grandes sobresaltos políticos, el del principio del fin de un mundo de tipos de interés cero, que el mercado ya ha anticipado con un repunte de las rentabilidades en el último trimestre.

“La economía global se ha movido en la dirección correcta. El crecimiento se ha acelerado en el tercer trimestre y la inflación está repuntando impulsada por el precio del petróleo. Sin embargo, las perspectivas son inciertas”, explican en Barclays. Los analistas coinciden en señalar que el telón de fondo económico de 2017 será un lento desplazamiento desde la política monetaria a la fiscal –aunque a muy distinta velocidad y con EE UU en cabeza–, en paralelo a una intensa agenda electoral que mantendrá en vilo a los inversores. En definitiva, los dos ejes sobre los que se movió 2016 –recuperación económica e inestabilidad política– se van acentuar más en 2017.

“En términos globales se espera un crecimiento del 3,5%, que podría convertir 2017 en el octavo año consecutivo con un crecimiento por encima del 3%, algo visto por última vez en los años sesenta”, señalan en Deutsche Asset Management. Para Abante, “todo apunta a un mayor crecimiento mundial en 2017”. Pioneer matiza que “es probable que asistamos a un crecimiento de varias velocidades, con divergencias económicas más pronunciadas dentro de las regiones y un repunte moderado de la inflación, especialmente en los mercados desarrollados”. Y todas las firmas de análisis coinciden en que la política marcará el año próximo la marcha de los mercados, escarmentados ya de las sorpresas del año que termina.

EE UU: hasta dónde llegará el proteccionismo

 

La primera gran cita de 2017 llega el 20 de enero, con la toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Será a partir de entonces cuando poder comprobar hasta qué punto va a poner en práctica su programa electoral, que además de un impulso fiscal incluye una polémica política comercial, con fuertes aranceles a los productos de México y China, que ha puesto en guardia al conjunto de mercados emergentes. “Si Trump no ejecuta los aspectos más extremos de los mensajes proteccionistas lanza_dos en campaña, su compro_miso con un alza sustancial del gasto en infraestructu_ras y su reforma tributaria podrían brindar un impulso excepcional al crecimiento y la inflación de Estados Unidos”, apuntan desde Pioneer. Bank of America Merrill Lynch prevé que el PIB nominal pase del 3% al 4%, con un alza del PIB real del 2%.

Las buenas perspectivas para EE UU se reflejan en las previsiones lanzadas este mes por la Fed, que, además de subir tipos tal y como se esperaba, avanzó tres alzas más en 2017, desde las dos que pronosticaba en septiembre. Las políticas inflacionistas que se esperan de Trump y las subidas de tipos avanzadas por la Fed han disparado el dólar, que ya se mueve casi en la paridad con el euro. “En principio, la expansión fiscal esperada en EE UU debería favorecer el crecimiento y la inflación, pero las nuevas medidas proteccionistas podrían actuar en contra, amenazando el comercio internacional”, añaden desde Barclays. Una de las grandes incógnitas estará, por tanto, en el grado de agresividad de las políticas del nuevo presidente estadounidense.

Francia: el euro se la juega con Le Pen

Las elecciones presidenciales que celebra Francia en primavera van a ser la siguiente gran prueba de fuego para la zona euro. El momento decisivo llegará en la segunda vuelta, prevista para el 7 de mayo, cuando la posibilidad de una victoria de la candidata del Frente Nacional, Marine Le Pen, puede hacer temblar los cimientos del euro. Le Pen es abiertamente antieuropeísta y propone la celebración de un referéndum sobre la permanencia de Francia en el euro. Esta nueva cita electoral será una nueva ocasión para medir el alcance de la oleada populista tras el brexit y el triunfo de Trump, esta vez en el corazón de la zona euro.

Los expertos coinciden en que Francia concentrará el mayor riesgo político en Europa en 2017, si bien la amenaza que representa el Frente Nacional para el actual statu quo ha cedido tras el triunfo de François Fillon en las primarias del partido conservador y ante la expectativa de que este candidato pueda atraer a su favor a votantes de Le Pen en una segunda vuelta. “Francia es clave. Para que Europa avance y se complete la unión bancaria o un plan europeo de infraestructuras es necesario que Alemania y Francia vayan de la mano”, advierte Antonio García Pascual, economista jefe para Europa en Barclays. El gran riesgo que entrañan por tanto las elecciones galas es el de un resultado que ponga en peligro el proyecto mismo de construcción europea.

'Brexit': comienza la cuenta atrás

La decisión de Reino Unido de abandonar la Unión Europea, adoptada en referéndum el pasado 23 de junio, también supuso un duro golpe al proyecto europeo, aunque no tanto para la moneda única. Ha quedado patente que los mercados se han recuperado del revés inicial y que el impacto económico es mayor para Reino Unido que para la zona euro. “Estimamos que el brexit es principalmente una cuestión que _afecta a Reino Unido y no creemos que tenga un efecto negativo considerable en las empresas de Europa continental. La recuperación económica europea avanza con paso lento pero seguro y no prevemos que el brexit la obstaculice”, opinan en Schroders.

Aun así, las negociaciones para el divorcio británico de la UE serán otro foco muy destacado de atención. El Gobierno de Theresa May tiene previsto iniciar formalmente esa desconexión en marzo de 2017, aunque para ello aún deberá aclararse si debe contar antes con el respaldo del Parlamento, un trámite que sí ha avalado la justicia britá_nica y que el Ejecutivo ha recurrido.

Grecia: debate decisivo sobre su deuda

El brexit ha creado la situación sin precedentes de un país que decide abandonar la UE y en 2017 podría darse otro hecho insólito: la primera salida de un país de la zona euro. Grecia sigue siendo incapaz de afrontar el pago de su deuda y la situación podría estallar en los próximos meses, a la vista del desencuentro entre sus principales acreedores. El FMI reclama que la Comisión Europea rebaje el objetivo de superávit primario a Grecia del 3,5% al 1,5% del PIB y que se le conceda una quita sustancial de su deuda. Alemania, sin embargo, se opone de forma tajante a una quita y sostiene que, de aceptarse, debería acarrear la expulsión de Grecia de la zona euro.

El interminable problema griego ya no tiene el poder desestabilizador de tiempo atrás y un desenlace traumático, pero quizá liberador para ambas partes, podría darse incluso antes de que haya nuevo Gobierno en Francia y Alemania.

Alemania: ¿el fin de la austeridad?

 

La locomotora europea es otro de los países que celebra elecciones en 2017. Llegarán en otoño, tras los comicios en Holanda del 15 de marzo –en los que no se prevé que el ultraderechista Partido de la Libertad de Geert Wilders lidere el Gobierno, aunque sí tendría un peso determinante– y las presidenciales francesas de la primavera. Y podrían dejar un nuevo mandato, el cuarto, de la canciller Angela Merkel. Los meses precedentes podrían venir marcados por un discurso más populista de los partidos tradicionales, con tal de evitar la fuga de votos y frenar al partido xenófobo y euroescéptico Alternativa para Alemania, y también por un impulso a la política fiscal, tras años de austeridad, que podría servir de estímulo al conjunto de la zona euro, tal y como reclama el Banco Central Europeo. “Alemania, que, en términos relativos, tiene una amplia flexibilidad fiscal, podría ejecutar políticas más expansivas antes de las elecciones de 2017”, auguran en Pioneer.

Crecimiento: avances entre la volatilidad

“La incertidumbre generada por el brexit, los riesgos políticos y las preocupaciones intermitentes sobre la salud de la banca europea serán focos de inestabilidad y volatilidad en los activos europeos”, apuntan desde Credit Suisse. Las firmas de análisis asumen que 2017 será un año de altibajos, con la política en el centro de atención en mayor medida si cabe que en 2016. Aunque también un año de oportunidades para la inversión.

Desde Schroders señalan que “la incertidumbre y la volatilidad en los _mercados a menudo generan oportunidades para entrar en buenas empresas a precios interesantes. En calidad de inversores activos a largo plazo, los periodos en los que podemos obtener las mejores rentabilidades son, a menudo, aquellos que infunden te_mor en el resto de inversores”. La gestora añade además que “todo apunta a que los beneficios europeos crecerán al ritmo más elevado de los últimos cinco años”.

Así, frente a las turbulencias políticas que dominarán la actualidad y el ánimo de los inversores, las previsiones económicas y empresariales para 2017 son relativamente optimistas. “Los ingredientes clave que podrían provocar otra crisis financiera están prácticamente ausentes en la coyuntura actual”, concluyen en la gestora especializada en fondos Axa IM.

Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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