Redes que atrapan en la Asturias profunda
El parque natural asturiano menos conocido tiene muy buenas razones para salir del armario
No estamos en una región novata en lo que a patrimonio natural se refiere. En Asturias, ese pulmón verde del norte, aún se guarda un tesoro que lleva ahí toda la vida pero que curiosamente está por descubrir.
El Parque Natural de Redes es, para muchos, incluso para los propios asturianos, el gran desconocido. No hay más que remontar el curso del más importante de los ríos astures, el Nalón, tras atravesar la cuenca minera y perdernos en la inmensidad de las montañas hasta llegar al puerto de Tarna. Este lugar hace de frontera natural astur-leonesa y es, nada menos, la puerta de entrada a este parque natural.
Desde 2001 fue catalogado como reserva de la biosfera, y bastante había tardado semejante reconocimiento, ya que esta zona, entre los concejos de Caso y Sobrescobio, en la parte suroriental, es un auténtico reducto de naturaleza virgen y salvaje. Con tan solo 377 km2 de extensión, se vuelve más que apetecible para descubrir en una escapada otoñal de fin de semana, sin agobios ni apuros. Pequeña, sí, pero con una riqueza paisajística, donde los bosques de hayas se dan un auténtico homenaje entre los valles silenciosos y escarpados de la cuenca del Nalón.
La Ruta del Alba o el Tabayón del Mongayu son los monumentos naturales
A diferencia de los Picos de Europa, su hermano mayor en el principado, la mano del hombre apenas se aprecia. Razón de más para aprovechar, ya que los hoteles, casas rurales y empresas de aventura aún no se han percatado de lo que aquí tienen.
El Nalón se recrea en esta tierra y esculpe profundos valles en un terreno abrupto manchado por inmensos bosques de hayas, robles, abedules o alisos que se alternan con formaciones calizas de más de 2.000 metros, formando hoces y desfiladeros.
Dentro de este espectáculo natural se esconden pequeños pueblos, como Campo de Caso, Caleao, Tarna o Bezanes, que difícilmente podrían comulgar mejor con el paisaje, construidos a base de madera, piedra y teja. Las tradiciones aquí, como la elaboración del queso Casín, de leche de vaca y con DO, o la artesanía de la madreña, calzado típico asturiano de madera para trabajar la tierra, se mantienen intactas, y eso nos encanta. En Redes, en la Asturias más profunda, el ritmo de vida continúa impasible, en profunda paz con el entorno.
La autopista, a medida que remontamos el Nalón, deriva en carretera rural que se difumina en la inmensidad del bosque. Es en ese momento cuando al viajero se le invita a explorar, a saborear esta naturaleza siempre húmeda y tantas veces envuelta por la niebla. Son muchas las rutas que ofrece este parque, pero cuatro de ellas sería un sacrilegio olvidar, ya sea aventurero o el rey del sofá.
En Redes los monumentos son naturales. De hecho, es así como se ha bautizado a la Ruta del Alba, al Tabayón del Mongayu o a la cueva Deboyu. El primero es una impresionante travesía que parte desde el pueblo de Soto de Agues, siguiendo el curso del río Alba hasta adentrarse en las espectaculares hoces de Llaímo.
La ruta que lleva hasta el Tabayón del Mongayu, desde la localidad de Tarna, atraviesa un interminable bosque de hayas, que en esta época se convierte en un deleite de colores, para llegar a la cascada del Tabayón, un salto de agua de 60 metros. En la cueva Deboyu, el río Nalón esculpe un colosal tajo diagonal en la roca en el pueblo de Les Yanes. Los más valientes lamentarán que la entrada en esta cavidad kárstica esté prohibida por seguridad.
Los Arrudos es la cuarta, y más dura, de estas maravillosas sendas, que comienza en Caleao hasta la Felguerina, explorando el río y desfiladero que llevan el mismo nombre que la ruta y el lago Ubales. ¡Cuidado!, porque son más de diez duras horas de caminata, por lo que quizá debería plantearse hacerla por tramos. De cualquier forma, aquí, en Redes, perderse en la naturaleza es lo fundamental, desconectar lo inevitable y disfrutar sin estrés la manera de conocer un lugar tan privilegiado como este.
Tierra del Agua, enlace con el entorno
La entrada en escena del hotel Tierra del Agua ha sido de las mejores noticias para Redes. Este complejo ecoturístico se ha presentado en el parque para revalorizarlo, no alterarlo. Se trata de una propuesta en la que el viajero conecta con el medio que lo rodea, para que lo conozca y lo disfrute con tranquilidad. El diseño, de antiguas casas rehabilitadas de madera y piedra de estilo elegante, se funde con la arquitectura local y el entorno.
Actividades en la naturaleza, bañera nórdica, mirador para contemplar las estrellas, terraza con hamacas, spa o sauna e incluso tratamientos ayurvédicos (medicina natural), clases de yoga en familia, masajes junto a cascadas o la estupenda cocina asturiana del restaurante Gotta harán más dura la partida.