El mapa de la movilidad laboral
2.590 contribuyentes catalanes se fueron a vivir a Madrid en 2015 El camino inverso lo siguieron 2.430 personas
¿Cuántos asalariados catalanes han dejado su comunidad para ir a trabajar en Madrid? ¿Y viceversa? Estas y otras preguntas las contesta la Agencia Tributaria a través de su estadística sobre movilidad laboral publicada ayer y que, entre otros aspectos, permite conocer los cambios de residencia entre comunidades autónomas. Según los últimos datos tributarios, 109.314 españoles trasladaron su residencia a otra comunidad autónoma en 2015. Madrid es la comunidad más dinámica y que atrajo a un mayor número de trabajadores. La región vio como llegaba 33.412 empleados desde otras comunidades al tiempo que se fueron 18.324. Ello supone un saldo neto positivo de 15.088 asalariados. Cataluña, Baleares, Canarias y Murcia son las otras comunidades que registraron saldos positivos.
Hay 5,3 millones de asalariados que ganan por debajo del salario mínimo y la mayoría son mujeres
En el lado opuesto destaca Andalucía, la comunidad más poblada de España y que registró una pérdida neta de 7.010 empleados. Los datos de la Agencia Tributaria reflejan los cambios de residencia de los ocupados. Es decir, un parado que vive en Galicia y se traslada a trabajar a Cantabria no aparece en esta estadística. Los cambios de residencia pueden deberse a motivos laborales, familiares o, incluso, fiscales.
El tránsito entre Cataluña y Madrid es de los más llamativos. El año pasado, 2.590 contribuyentes que residían en Cataluña se desplazaron a Madrid. El camino contrario, de Madrid a Cataluña, fue emprendido por 2.430 personas. Ello refleja que el movimiento es relevante en ambos sentidos, aunque la balanza se inclina a favor de Madrid, que obtuvo con Cataluña un saldo neto favorable de 160 personas. Para los catalanes que se van a trabajar a otra autonomía, Madrid es la primera elección. En cambio, para los madrileños, el destino prioritario es Castilla-La Mancha. Así lo fue para 4.561 contribuyentes. Probablemente, buena parte de ellos son madrileños que siguen trabajando en la región, pero que han fijado su residencia en la comunidad vecina.
Por detrás de Andalucía, la región con peores cifras es Castilla y León, que presenta un saldo negativo de 4.878 ocupados. 10.192 castellanoleoneses salieron de la comunidad frente a los 5.595 que llegaron. De los que se fueron, casi la mitad acabó residiendo en Madrid. De hecho, esta comunidad fue el primer destino de todos los contribuyentes que cambiaron de residencia en 2015, con la única excepción de Aragón y las Islas Baleares. Los aragoneses y baleares que se mudaron de autonomía eligieron mayoritariamente Cataluña.
La estadística de la Agencia Tributaria también refleja la movilidad por sectores. En 2015, el número de asalariados aumento un 3,2%, sin embargo, el incremento fue muy dispar. Así, el sector de “servicios personales y ocio” registró un incremento del número de empleados del 8,3%, el nivel más elevado. Le siguieron las compañías que dan servicios a otras empresas, con un aumento del 8% y, a mucha distancia, el sector de la construcción y actividades inmobiliarias, con un avance del 3,2%. En cambio, el número de trabajadores en el sector de la información y la comunicación menguó en un 10,7%, registrando el mayor descenso.
¿Y por salarios? Los datos de la Agencia Tributaria reflejan que el grueso de contribuyentes, el 70%, se sitúa por debajo de un sueldo de 22.700 euros anuales, que supone 2,5 veces el salario mínimo interprofesional vigente en 2015. Aun así, llama la atención que, según los datos de la Agencia Tributaria, el año pasado aumentó significativamente el número de contribuyentes que se encuentran en la parte alta. Así, los asalariados que declararon ganar más de 90.000 euros anuales (10 veces el salario mínimo) se incrementaron un 6,9% hasta los 136.500 trabajadores. El aumento supera con creces el incremento medio del 3,2%del número de empleados. Los contribuyentes que están por debajo del salario mínimo suman 5,3 millones, un 2,4% más. En este grupo se encuentran personas que, por ejemplo, no han estado ocupados durante todo el año, lo que explica que sus rendimientos salariales no alcancen el SMI. Ello afecta especialmente a las mujeres. De los 16,7 millones de asalariados, el 54% son hombres y el resto mujeres. En cambio, de los 5,3 millones de trabajadores que no llegan al sueldo mínimo, el 52% son mujeres, el colectivo más afectado por la temporalidad y la precariedad.