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Depuración

Secuelas del escaso tratamiento del agua

El Gobierno defiende que, tras el PlanCrece, ha mejorado un panorama “preocupante” y se ha movilizado la inversión.

Denisse Cepeda Minaya

El lago de Sanabria, la mayor superficie ibérica de origen glaciar, en Zamora, acusa un deterioro de biodiversidad, de su masa acuática, debido al vertido de aguas residuales urbanas sin tratar, revela un informe de 2015 de la Estación Biológica Internacional Douro-Duero, una organización privada que estudia desde 2013 la evolución de este espacio ubicado en un parque de la Red Natura 2000.

En conclusión: su transparencia se ha reducido un 32%, de ahí su turbidez y color verdoso, fruto de la presencia de compuestos orgánicos (fósforo y amonio) que reposan en su fondo y que han ocasionado la aparición de algas invasoras, que están desplazando a las autóctonas, y hongos que dañan el ecosistema, apunta el estudio.

Los ecologistas señalan que el vertido de aguas residuales en ríos ocurre en toda España

El ejemplo anterior, que no es el único, evidencia el grave problema de la depuración en España. La crisis, con la consecuente disminución de las inversiones, ha dejado un sistema casi obsoleto, que limpia, en muchos casos, inadecuadamente por la pérdida de capacidad de las plantas y la falta mantenimiento.

Incluso, el país acumula tres multas por incumplimiento de la directiva europea en esta materia. De ahí el cambio de rumbo de la Administración en 2014, al aprobar 1.000 millones de euros hasta 2020 para las actuaciones más urgentes. Unos recursos que las empresas consideran aún insuficientes.

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La Junta de Castilla y León lo niega. “Es un lago oligotrófico, de aguas transparentes y de gran calidad. Hoy su estado es correcto, excelente, excepcional”, asegura Jesús Palacios, director del Parque Natural del Lago de Sanabria, que desconoce dicho estudio.

De hecho, hace tres años, otros informes, entre ellos uno del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona), advertía sobre el déficit en saneamiento en esta región. Es que el castellanoleonés es un caso particular.

Fondo del lago de Sanabria, en 2016.
Fondo del lago de Sanabria, en 2016.

Las cifras

1.000 millones en inversiones hasta 2020, con fondos europeos, destina el Gobierno, a través del Ministerio de Agricultura, al sector de la depuración.

55 actuaciones de mejoras puso en marcha en 2015 Agricultura, por un valor de 419 millones de los 806 millones presupuestados.

76,8 millones en 38 contratos se han adjudicado en lo que va de año para renovar las infraestructuras de los casos más urgentes, según la Administración.

3.700 millones al año es el importe que consideran necesario en la asociación del agua AEAS en depuración, saneamiento y distribución.

En los noventa se destinaron unos seis millones de euros, con fondos europeos, para la construcción de cinco plantas depuradoras. Sin embargo, “el sistema es una ruina por los defectos en el diseño y ejecución de las obras; están mal edificadas”, indican fuentes conservacionistas. “Y una de ellas no llegó a levantarse, la que corresponde a la localidad zamorana de San Martín de Castañeda, cuyos vertidos van íntegramente al lago”, afirman.

Desde Ecologistas en Acción denuncian otra situación: el riego de cultivos con aguas mal tratadas en Murcia, Alicante, Almería y hasta en Madrid (en el valle del Jarama o Aranjuez), donde más se ha invertido. “Es que te la comes en la ensalada”, advierte Santiago Martín Barajas, del área de agua de la ONG.

Para esta entidad, la causa está en el mantenimiento: “Los ayuntamientos, responsables de su gestión, han recortado sus presupuestos; aunque tampoco está entre sus prioridades”, arguye. En consecuencia, hay plantas que se han quedado pequeñas, que no tienen capacidad para hacer frente a la época de lluvias, por ejemplo, y usan como remedio los “aliviaderos”, enviando vertidos a los ríos sin tratar, añade. “Una estafa al ciudadano, porque la gestión se cobra en la factura”, concluye.

Las competencias en depuración y saneamiento son complejas. Pese a que corresponde a la Administración local, con el amparo autonómico, el Gobierno, a través del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, es responsable de poner en marcha las infraestructuras de interés general y el cumplimiento de las directrices europeas.

Ante este panorama, en 2014 se aprobó, mediante el PlanCrece (Medidas para el Crecimiento, Competitividad yEficiencia), una financiación de 1.000 millones hasta 2020 para los fines urgentes y así cumplir con el mandato de la Unión Europea. De ese monto, 700 millones provienen de Europa. Unos aportes que se han reducido después de las reiteradas sanciones e irregularidades en el tratamiento de aguas residuales urbanas.

Así, en 2015 se efectuaron 55 actuaciones por un valor de 419 millones de euros para completar el presupuesto total de más de 806 millones que debió ejecutarse entre 2007 y 2013, y cumplir de esta manera con las ayudas europeas finalizadas el año pasado, según datos del Ministerio de Agricultura. Además de la licitación de 73 contratos por un importe de 132 millones. En tanto que este año ya son 38 los subastados por un valor de 76,8 millones.

Entre ellos figuran la remodelación de la depuradora del municipio leonés de La Bañeza (5,2 millones); la adjudicación a la compañía de ingeniería y arquitectura SERS del saneamiento del municipio burgalés de Miranda de Ebro (168.520 euros), o a la empresa Prointec para mejorar las instalaciones de la localidad de Montijo-Puebla de laCalzada, en Badajoz (142.400 euros), además de otros que incluyen a Galicia,Asturias, Valencia o Murcia.

Para Fernando Morcillo, presidente de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS), es un esfuerzo aún insuficiente. “Debería duplicarse. Tras la crisis hay dos necesidades: la primera, renovación de la infraestructura existente, y la segunda, obra nueva para los municipios más pequeños”. En general, calcula unos 3.700 millones al año para todo el sector y propone que parte de esa inversión se traslade a la tarifa, al consumidor, como sucede en otros países europeos. En cuanto al lago de Sanabria, solo queda esperar que Bruselas se pronuncie.

Inquietud en el sector empresarial

Las empresas españolas son conscientes de la parálisis que afecta a la industria de la depuración en España. Tanto así que su negocio está hoy prácticamente en el exterior. Y peor aún, si continúa el estancamiento político, se vislumbra otra temporada de escasez.

Las compañías se quejan de que las tarifas del agua solo cubren parte de los costes de operación y mantenimiento del servicio, y que tampoco recogen la renovación de las infraestructuras, según fuentes empresariales.En definitiva, existen pocas fuentes de financiación, estas no se renuevan y envejecen con el consiguiente aumento de las gastos de mantenimiento, explican. Una situación que empeora la calidad del servicio y produce un impacto negativo sobre el medio ambiente, agregan.

“Es un sistema insostenible, porque en algunos casos las plantas están algo obsoletas”, reconocen. A a esto se suma que en los procesos de licitación los ayuntamientos eligen las ofertas más baratas. De ahí que además de los efectos de una crisis todavía visible, padece también la insuficiencia de recursos de la Administración y la ausencia de estímulos para la innovación tecnológica.En un periodo en el que es imperativo incorporar la economía circular al sector, que implica reducir, reutilizar y reciclar para bajar los altos costes de energía, según fuentes de la francesa Suez.

Por esto, empresas como Acciona Agua, por ejemplo, invierten fuera, como en México (Atotonilco), uno de sus proyectos importantes en fase de culminación, que atenderá a 700.000 personas. El reto: avanzar en la colaboración público-privada y cuidar más el entorno.

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Sobre la firma

Denisse Cepeda Minaya
Periodista especializada en energía, medio ambiente, cambio climático y salud. Máster en Economía verde y circular por el Inesem y Máster en Periodismo por la UAM/El País. Con más de 20 años de experiencia en periodismo económico. Anteriormente trabajó en República Dominicana como reportera de economía en los periódicos El Caribe y Listín Diario.

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