El caso Apple rebota en la banca europea
Los bancos europeos a la espera de multas de EE UU, como Deutsche Bank y RBS, podrían quedar atrapados en el fuego cruzado entre las autoridades de ambos lados del Atlántico.
La factura retroactiva de impuestos de 13.000 millones de euros de Apple podría complicar la vida a los bancos europeos. La decisión de la Comisión Europea de que el acuerdo del gigante de la tecnología con Irlanda constituía una ayuda estatal da más munición a una reacción violenta de Estados Unidos contra la extralimitación europea. Las entidades a la espera de multas, como Royal Bank of Scotland y Deutsche Bank, pueden quedar atrapadas en el fuego cruzado.
La desagradable sorpresa de Apple tiene poco que ver con las multas impuestas por autoridades como el Departamento de Justicia de Estados Unidos por los crímenes de los bancos. BNP Paribas, multado con 9.000 millones de dólares (unos 8.000 millones de euros) por los reguladores de Estados Unidos en 2014, violó las sanciones destinadas a evitar la financiación del terrorismo en Sudán.
Pero ambos casos tienen similitudes. Una de ellas es la sospecha de que la capacidad de pago del malhechor fue relevante en la escala de la pena. Apple tiene alrededor de 232.000 millones de dólares de dinero en efectivo, mientras que la multa de BNP no impidió que su ratio de capital core Tier 1 después de la multa se mantuviera por encima del 10%. Otro es el momento de guardia permanente entre las clases políticas de Europa y Estados Unidos cuando uno intenta recuperar el dinero de otro.
Esto es importante para RBS y Deutsche. Una de las principales incertidumbres del banco británico es el montante de la multa de los reguladores de Estados Unidos por la venta indebida de valores respaldados por hipotecas antes de la crisis financiera de 2008. Su rival alemán está también preocupado por multas por el mismo motivo, aunque también podría enfrentarse a un gran golpe si se demuestra su implicación en las operaciones que ayudaron supuestamente a los rusos a evadir las sanciones.
Ambos bancos han apartado algo de dinero para hacer frente a futuras multas, y no todos los políticos estadounidenses han disparado contra Bruselas. Pero las sumas involucradas son grandes. El riesgo es que el deseo latente de venganza haga que las sanciones crezcan aún más.