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Deporte

Los gimnasios apuestan por los ejercicios naturales

Triunfan los movimientos sin máquinas en las salas de entrenamiento

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Manuel G. Pascual

Se acabaron las vacaciones para la gran mayoría de quienes han podido disfrutarlas. La vuelta a la rutina incluye volver a visitar el gimnasio, un lugar que forma parte de la vida de al menos 4,9 millones de españoles, según reveló en 2015 un informe de Deloitte encargado por Europe Active, la patronal europea de empresas de fitness. El documento eleva a 2.134 millones de euros la facturación de este negocio en el país en 2014, una cifra que empieza a recuperarse tras los años de crisis y que no avanza todo lo que podría gracias al éxito de los gimnasios low cost. España es el quinto mercado más importante y el segundo de más rápido crecimiento, concluye el trabajo de la consultora.

¿Qué tendencias esperan a quienes se reenganchen ahora? Los establecimientos suelen adaptar su oferta de clases y actividades a la demanda. El American College of Sports Medicine (ACSM), la mayor organización del mundo dedicada al estudio y promoción del deporte y sus efectos en la salud, realiza todos los años una encuesta entre miles de profesionales del fitness para determinar, entre otras cosas qué, se lleva en las salas de musculación. Estas son algunas de las constantes que veremos durante esta temporada en los gimnasios.

Los entrenamientos aeróbicos, o de resistencia, han centrado tradicionalmente buena parte de las actividades realizadas en los gimnasios. Y lo seguirán siendo, aunque los ejercicios de fuerza cobrarán cada vez más peso en las rutinas semanales. Eso implica usar las pesas, aunque sean pequeñas.

En cuanto a la metodología de entrenamiento, se imponen los de alta intensidad a intervalos. Hacer grandes esfuerzos, hasta el límite de cada uno, y parar unos segundos entre cada ejercicio se ha impuesto como la manera más óptima de muscular. Varias técnicas, como el crossfit, a su vez una de las revelaciones de los últimos años, inciden en esta manera de concebir el despliegue físico.

No hace falta que el gimnasio esté equipado con máquinas y pesas de todos los tipos y tamaños. Se está imponiendo en las actividades guiadas y rutinas el entrenamiento con peso libre, body weight training en inglés. Los ejercicios que se valen el propio peso del usuario contribuyen a trabajar varias partes del cuerpo a la vez. Son también indicados para realizarlos en cualquier lado. El TRX, las cintas con asas que se pueden fijar a cualquier superficie, siguen incluyéndose en los entrenamientos de gimnasios y centros deportivos.

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Los dispositivos vestibles, o wearables, ya forman parte de la vida cotidiana, al menos en lo tocante al deporte. Las pulseras inteligentes se usan cada vez más para medir el rendimiento de los entrenamientos, que también se pueden programar y controlar gracias a un amplio abanico de aplicaciones. El ACSM prevé que su uso vaya a más, con lo que los entrenadores podrán obtener más datos de sus pupilos. Y saber si realmente hacen sus deberes o no cuando salen del gimnasio.

Andar rápido no basta: llega el ‘nordic walking’

En los parques, bosques, caminos o incluso calles de España se ve cada vez más gente andando ayudándose de dos bastones parecidos a los que usan los esquiadores. Aunque no haya nieve, piedras ni otros obstáculos que dificulten la travesía. No caminan de esa forma para corregir posibles problemas de estabilidad, ni lo hacen de cualquier manera: detrás de esa estampa hay un deporte, la caminata nórdica o nordic walking, con una filosofía y una técnica particulares.

“Es una forma de marcha que incluye no solo la acción de las piernas como en la marcha normal, sino también la parte superior del cuerpo. Se trata de caminar con dos bastones especiales, diseñados solo para esta modalidad”. Así define este deporte la Federación Española de Nordic Walking.

Sus defensores esgrimen como principal argumento a favor que, mejora la fuerza muscular, el sistema cardiovascular, la coordinación y la movilidad. Y que, si se ejecutan los movimientos de forma correcta, se consigue activar hasta un 90% de los músculos. Desde la federación aseguran que la técnica se puede aprender en cuatro o cinco sesiones.

Esta práctica, un método de entrenamiento para verano de los esquiadores de fondo, se popularizó en Finlandia a finales de los años noventa. En los últimos años se ha extendido por el resto de Europa, también en España, al verse como una versión más completa de andar rápido.

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Sobre la firma

Manuel G. Pascual
Es redactor de la sección de Tecnología. Sigue la actualidad de las grandes tecnológicas y las repercusiones de la era digital en la privacidad de los ciudadanos. Antes de incorporarse a EL PAÍS trabajó en Cinco Días y Retina.

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