_
_
_
_
Inversión

Cómo seguir ganando dinero con la inversión en renta fija

Nuria Salobral

La renta fija se ha convertido en refugio para los inversores en tiempo de incertidumbres como el actual, con golpes como el brexit y la amenaza permanente del terrorismo yihadista, por no hablar de las dudas que no terminan de despejarse sobre la salud de la banca europea o del crecimiento económico global. El enorme universo de los bonos resulta ahora un refugio más seguro que la Bolsa no porque no esté igualmente sujeto a los vaivenes de los mercados sino porque hay una mano que lo dirige con pulso firme y de la que los inversores no dudan: los bancos centrales. Su activa política de compras ha creado un fenómeno sin precedentes, por el que más de 8 billones de euros de bonos soberanos cotizan con rendimiento negativo, y sin que esto sea impedimento para frenar la apuesta inversora por la deuda pública. Los bancos centrales van a seguir ahí, garantizado a quienes adquieran títulos de deuda, aun con rendimiento negativo, que habrá un comprador, lo que hace de la renta fija una opción de inversión muy válida.

El Banco de Inglaterra acaba de echar más madera a esta maquinaria, con el anuncio de elevar su programa de compras de deuda en 60.000 millones de libras y de incluir compras de bonos corporativos, lo que abre una nueva opción de inversión. Mientras, el BCE mantiene su programa de compras por 80.000 millones de euros al mes. Esta fiebre compradora asegura por tanto la rentabilidad en la deuda, aunque ya son muchas las voces que advierten de la necesidad de ser cada vez más selectivos.

Aún hay valor en la periferia

 

El mercado de deuda soberana muestra a estas alturas de la crisis, tras acumular durante varios años los estímulos de los bancos centrales, claros síntomas de burbuja. Esas compras sostienen de forma artificial el aumento de precios, al margen de que se adquieran títulos de países con tasas elevadas de deuda y déficit. Pero las ganancias siguen siendo muy reales, mientras no se logra la mejora económica y el repunte de la inflación que justifica la política de estímulos de los bancos centrales. La inversión en deuda soberana europea deja ganancias de hasta el 8% en el año. Es el caso del rendimiento del fondo BlueBay Investment Grade Euro Goverment, que renta el 8,11% en el año e invierte en deuda a medio y largo plazo en especial de Italia y Francia, según datos de Morningstar. Le sigue en rentabilidad el fondo Pictet Goverment Bonds, que gana el 6,17% en el año y hace también su apuesta por la deuda soberana francesa y de la periferia, italiana y española.

BlackRock, que acaba de lanzar un nuevo fondo de renta fija global, tiene a la deuda soberana de la periferia europea –España, Italia, Portugal e Irlanda– como una de sus principales apuestas en renta fija, a la que se suma la deuda soberana estadounidense no ya por las compras de la Reserva Federal, que ya finalizaron, sino por los indicadores de su economía.

Predilección por deuda privada de EE UU y Europa

“El bono soberano de EE UU te puede proteger de los riesgos de mercado, es la única zona con inflación saludable”, señala Manuel Gutiérrez-Mellado, miembro del equipo de ventas de gestión activa de BlackRock España. Pero si hay una preferencia entre los inversores dentro del amplio universo de la renta fija es la deuda corporativa con grado de inversión. El fondo de deuda soberana de zona euro de BlackRock Global Index Funds Euro Goverment renta el 6,12% en el año, si bien la opción favorita de la gestora estadounidense es la renta fija corporativa de Estados Unidos y Europa, con especial interés en el sector eléctrico, financiero y farmacéutico. La deuda corporativa de EE UU es también la principal apuesta del fondo Global Credit de Meridian, que renta el 6,3% en el año e invierte en bonos de Pepsico, Medtronic, Comcast y Goldman Sachs.

El BCE incluye desde junio la deuda corporativa en sus compras, lo que ha sido un claro revulsivo para estos activos, con fuertes descensos en su rentabilidad al tiempo que suben sus precios, como ya ha sucedido con la deuda soberana.

Sofía Antón, de Auriga, señala que para el inversor interesado en la deuda privada lo recomendable son bonos con un plazo cercano a 15 años, con rentabilidades más elevadas, líquidos para que no sea necesario mantenerlos al vencimiento, con un nominal unitario reducido –de alrededor de 1.000 euros– que permita diversificar la cartera y con un rating de entre BBB y BB, el que da un equilibrio razonable entre rentabilidad riesgo. Así, para lograr un rendimiento del 3% propone una cartera con bonos de France Telecom, Telefónica, RWE, Peugeot y Telecom Italia, además del bono soberano de España y Portugal con vencimiento en 2030. Las emisiones de Peugeot y France Telecom con vencimiento en 2033 pagan cupones anuales del 6% y 8,125%, respectivamente.

Riesgo pero cupón casi seguro en los 'high yield'

 

La renta fija sigue la clara lógica de mercado por la que si el emisor tiene más riesgo de impago, debe ofercer más rentabilidad los compradores de sus bonos. La deuda soberana y corporativa estadounidense y europea que copa las preferencias de los gestores es grado de inversión, es decir, está en el rango de calificación financiera que la hace fiable en el pago. Pero hay todo un abanico de opciones en los bonos de alto rendimiendo o high yield, con rating inferior, calificado de basura pero que ofrecen a cambio mayor rentabilidad.

“A doce meses vista, con los niveles de precios actuales, lo normal en high yield es aspirar a rentabilidades en el entorno del 6% o 7%, que sería el rendimiento obtenido solo con el cobro del cupón. Anticipamos que la volatilidad de este activo va a seguir siendo alta”, señala Manuel Gutiérrez-Mellado, que apunta que el riesgo actual de estos activos no ofrece señales inquietantes. “La tasa de quiebra del high yield, excluyendo el sector energía y materias primas, está alrededor del 2%, cerca de mínimos históricos. Las compañías se han beneficiado del entorno financiero favorable, que han implementado los bancos centrales, para poder refinanciar su deuda”, añade.

Estos bonos tuvieron un momento difícil en febrero, en plenas turbulencias por el temor hacia China y una crisis global. Pero desde aquellos mínimos, los fondos de high yield dejan rentabilidades que rondan el 15%, y ganan cerca del 10% en lo que va de año. El gran riesgo actual es la volatilidad, más acusada en agosto. Es por esto que los gestores recuerdan que, al margen de las oscilaciones del mercado, los fondos que invierten en bonos high yield pueden obtener una jugosa rentabilidad solo con el cobro anual del cupón.

Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

Archivado En

_
_