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Nuevamente China

Las exportaciones e importaciones de China volvieron a contraerse en mayo poniendo de manifiesto la debilidad de la demanda tanto global como doméstica.

Los datos comercio exterior publicados ayer miércoles mostraron que las exportaciones (en dólares) bajaron un 4,1% con respecto al mismo periodo del año anterior, pero mejoraron frente a la reducción del 1,8% experimentada en abril. Del mismo modo, las importaciones (también en dólares) pusieron un contrapunto positivo ya que aunque se contrajeron en tasa interanual un 0,4% esta evolución fue menos mala que el descenso del 10,9% de abril y el -6,0% que esperaba el mercado.

Desde el 2005, año de la libre flotación del yuan chino con respecto al USD, como es lógico las magnitudes de comercio exterior en yuanes y dólares han cambiado sustancialmente. En mayo las exportaciones en yuanes aumentaron un 1,2% interanual mientras que las importaciones lo hicieron en un 5,1% interanual. La política de depreciación controlada del yuan desde el año 2014 ha ayudado a que los problemas de desaceleración global sean ligeramente menos dañinos para la economía china de lo que hubieran sido de mantenerse la apreciación controlada que se ha vivido desde el 2005 al 2014.

La debilidad del comercio exterior podría complicar los esfuerzos del gobierno chino que desde principios de año parece ir de fracaso en fracaso en su intento de lograr una recuperación económica sostenida (es decir, más allá de los meses posteriores a los que se decide un estimulo monetario) de la actividad económica del país. La falta de imaginación es contagiosa: el dato de debilidad de las exportaciones podría suponer más estímulos, lo que tendrá como efecto secundario que los esfuerzos para reducir la dependencia del comercio exterior y la inversión volverían a retrasarse.

Esta madrugada otra noticia contradictoria para los planes de Beijing: el IPC aumentó en mayo un 2 % en tasa interanual, tres décimas menos que en abril y por debajo de la prevista por los expertos, que estimaban una subida de precios del orden del 2,3%. Los alimentos fueron una vez más el principal factor para el alza de precios en la cesta básica, dado que aumentaron un 5,9 % interanual (7,4 % en abril). Del mismo modo, el índice de precios de producción, que mide la variación de los precios en el sector mayorista, bajó un 2,8 % en tasa interanual, reduciendo en seis décimas la caída del pasado abril, que fue la mayor en año y medio.

Todo ello apunta nuevamente a que, ante la baja presión inflacionaria, el gobierno siga llevando a cabo medidas de estímulo por lo que se prevé que Pekín anuncie a lo largo del año al menos un recorte de tipos de interés de 25 p.b. o continúe permitiendo una controlada depreciación del yuan que haga más complicada su relación con los EE.UU. Esta última opción es gasolina en manos de Donald Trump. El tema ha llegado para crecer, no para desaparecer.

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