Alemania pone en duda las emisiones de 17 fabricantes
El Ministerio de Transportes alemán obliga a revisar 630.000 coches de cinco marcas alemanas. EEUU exige a Daimler que realice una investigación interna sobre su proceso de certificación de las emisiones contaminantes
El ministro de Transporte alemán, Alexander Dobrindt, anunció hoy que tiene “dudas” sobre los dispositivos de control de emisiones contaminantes en quince fabricantes de vehículos, ante la posibilidad de que se desconecten irregularmente.
No obstante, aseguró que “ninguno” de los 53 vehículos de una veintena de casas que las autoridades alemanas han investigado a raíz del escándalo Volkswagen cuenta con un dispositivo que truque las emisiones como sucedió en el mayor fabricante europeo.
Las marcas sospechosas, indicó Dobrindt, son las alemanas Audi, Porsche, Volkswagen, Opel y Mercedes, así como las casas Alfa Romeo, Chevrolet, Fiat, Dacia, Hyundai, Jeep, Land Rover, Nissan, Jaguar, Suzuki, Ford y Renault.
El ministro explicó que las cinco marcas alemanas ya han acordado de forma “voluntaria” con el Ejecutivo alemán revisar un total de 630.000 vehículos. Este asunto ya había sido avanzado previamente por los medios alemanes.
El Gobierno alemán, añadió Dobrindt, no puede exigir a las otras diez empresas, que tienen su sede central en el extranjero, que revisen sus vehículos.
No obstante, Alemania va a pedir explicaciones a todos los fabricantes implicados, ante sus dudas de que haya un empleo discrecional o fraudulento de los dispositivos aprovechando la falta de precisión de la normativa europea.
En concreto, la investigación se centra en el sistema de limpieza de emisiones, un dispositivo más allá de los filtros físicos que los vehículos deben tener siempre activo y que sólo puede desconectarse a ciertas temperaturas para proteger el motor.
El Ministerio de Transportes argumenta que la horquilla de temperaturas en las que estos sistemas se desconectan en muchos de los vehículos investigados -provocando unos mayores niveles de emisiones- es demasiado amplia y no parece estar justificada técnicamente.
Tras destaparse el caso Volkswagen el año pasado, el Ministerio de Transportes encargó a la Oficina Federal de Vehículos a Motor (KBA) estudiar los niveles de emisiones de gases contaminantes de más de 50 modelos de una veintena de fabricantes tanto alemanes como extranjeros.
En noviembre pasado, tras analizar unos dos tercios de todos los modelos, la KBA ya avanzó que había detectado valores de emisiones de gases por encima de lo permitido en varios fabricantes.
Entonces abrió una fase de consultas con los constructores afectados e indicó que posteriormente podrían buscarse “consecuencias legales”.
En septiembre pasado Volkswagen ha reconocido -tras una denuncia de las autoridades medioambientales de EEUU- haber incluido un software ilegal en unos 9,5 millones de vehículos para que, cuando fuesen llevados a un banco de pruebas, emitiesen gases como el NOx cumpliendo con la legalidad, cuando en condiciones normales contaminaban más.
Investigación a Daimler en EE UU
Por otro lado, el consorcio automovilístico alemán Daimler ha puesto en marcha una investigación interna en relación con el proceso de certificación de las emisiones de sus vehículos en Estados Unidos, a petición del Departamento de Justicia del país.
Daimler informó en un comunicado de que está cooperando con las autoridades estadounidenses en relación con esta solicitud y resaltó que, por ello, investigará las indicaciones sobre posibles irregularidades y afirmó que tomará las acciones necesarias.
En este sentido, la multinacional afirmó que su experiencia en Estados Unidos demuestra que una política de comunicación “conservadora” fomenta un diálogo más constructivo con las autoridades de este país.
Este anuncio se produce después de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos solicitara a la compañía que revisara sus procesos de certificación y de admisión en relación con las emisiones de sus vehículos en este país.
A raíz de que se conociera esta investigación y tras la presentación de sus resultados trimestrales, la cotización en la Bolsa de Frankfurt de las acciones de la compañía experimentaban una caída del 5,69%.
De esta forma, los títulos de la corporación que preside Dieter Zetsche situaban su valor a las 10.43 horas en 62,87 euros, lo que supone una bajada de 3,79 euros en comparación con el cierre de la negociación del día anterior.
El grupo alemán registró un beneficio neto atribuido de 1.353 millones de euros entre enero y marzo de 2016, lo que representa una disminución del 31%, mientras que su facturación fue de 35.047 millones de euros, un 2% más.