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Columna
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Normas bancarias que deberían recular

Los radicales del capital bancario están a punto de chocar contra la realidad de la política. Los encargados de dictar las normas en Basilea deben finalizar las reformas llamadas Basilea IV en los próximos 12 meses. El problema es que estos ajustes en el marco de Basilea III chocan con los planes de crecimiento de los políticos europeos.

Basilea IV es necesario para armonizar las evaluaciones de crédito, comercio y riesgos legales. Las mediciones que hacen los bancos europeos de sus activos ponderados por riesgo son sospechosas, hasta producir a veces resultados bajos y variar según la jurisdicción. Los rivales estadounidenses, suelen llevar unas ponderaciones de riesgo más generosas en sus balances.

Bruselas quiere que el leve aumento en los préstamos continúe, así que Basilea IV estará en su punto de mira

La plena aplicación de Basilea IV puede tardar años. Pero la pregunta clave es si cuando entre en juego las entidades europeas necesitarán mantener sus ratios de capital común Tier 1 en el nivel actual del 12% de los activos ponderados por riesgo.

La respuesta del Gobernador del Banco de Inglaterra Mark Carney a esa pregunta, para Reino Unido, al menos, es no. Aunque apoya una mayor armonización en la medición del nivel de riesgo de los activos, Carney argumenta que el regulador británico ya obliga a los bancos a mantener capital en previsión de reformas en los activos ponderados por riesgo.

Políticos y reguladores de la zona euro podrían seguir su ejemplo. El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, está dispuesto a impulsar el mercado de titulización europeo, pero Basilea IV podría elevar los requisitos de capital pertinentes en 2,2 veces. Los políticos europeos se preocupan más por la mejora de la anémica tasa de crecimiento de la zona euro, que el Fondo Monetario Internacional pone en el 1,7% en 2016.

Bruselas quiere que el leve aumento en los préstamos continúe, así que Basilea IV estará en su punto de mira. El comisario europeo de servicios financieros Jonathan Hill ya ha encargado una revisión del efecto sobre el crecimiento económico de los diversos cambios normativos tras una crisis. Su conclusión podría ser que Basilea IV debería resultar bien menores requerimientos de capital, o bien una moderación sustancial.

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