Seis claves para invertir en un mercado turbulento
Aunque China es, con mucha diferencia, la mayor inquietud de los inversores, hay otros factores que los inversores deberán vigilar antes de tomar decisiones a la vuelta de las vacaciones del verano. una fecha marcada en el calendario es el 17 de septiembre, cuando el Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed se reúne, aunque casi nadie en el mercado prevé una subida de tipos en ese encuentro. El euro, el petróleo, Grecia o las elecciones en Cataluña y las generales son otras claves.
1. ¿Primera subida de tipos desde 2006?
En junio de 2006 Ben Bernanke seguía siendo presidente de la Reserva Federal, la economía mundial crecía a buen ritmo y nadie barruntaba la tormenta financiera global que estallaría solo dos años después. A esa fecha, casi una década atrás, hay que remontarse para encontrar la última subida de los tipos de interés en Estados Unidos. Ahora, el mercado espera que la Fed eleve el precio del dinero antes de final de año. La subida de tipos pondrá punto final al periodo más extenso de la historia de política monetaria expansiva en Estados Unidos, lo que inquieta a los mercados.
Es muy probable que la crisis china cambie los planes de la Fed y ya casi se descarta que haya una subida de tipos en septiembre. La decisión delBanco Popular de China de devaluar su divisa para relanzar sus exportaciones y las caídas del petróleo presionan aún más a la baja la inflación, lo que lleva al mercado a pensar que podría retrasar la subida de tipos en Estados Unidos. Diego Jiménez–Albarracín, responsable de renta variable del centro de inversiones de Deutsche Bank en España considera que “la medida en sí tampoco debería afectar la decisión de la Fed sobre la subida de tipos aunque la inestabilidad que ha creado en los mercados sí podría retrasar la medida al menos hasta octubre o incluso diciembre”.
En las actas de la última reunión del Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed, publicadas hace una semana, el organismo presidido por Janet Yellen dio pocas pistas sobre sus próximos pasos. Pero ya se mostró preocupado por China y la inestabilidad financiera, temor que desde su última reunión no ha hecho más que agravarse.
El banco central estadounidense tiene un doble mandato, el pleno empleo y mantener la inflación en el entorno del 2%, a diferencia del BCE, que solo debe vigilar la evolución de los precios. Esto complica los pronósticos sobre los siguientes pasos de la Fed.En las actas de su última reunión se destacó la positiva evolución del mercado laboral, pero también el temor de algunos de los miembros del Comité ante la presión a la baja de la inflación por la caída del precio del petróleo. El mes pasado, la inflación quedó en el 0,2%, muy lejos de ese 2% del mandato de la Fed.
La publicación de datos macroeconómicos mixtos, con algunas cifras de actividad subiendo con fuerza y otras mostrando cierta debilidad, complica aún más el pronóstico sobre qué hará el organismo presidido por Janet Yellen en los próximos meses. Algo está claro. La decisión que tome dependerá en buena medida de lo ocurra en China.
Ante la subida de tipos prevista para la parte final del año, el mercado teme una caída de la Bolsa estadounidense que afecte al resto de parqués, repuntes en la rentabilidad de la deuda soberana estadounidense (correlacionada con los tipos de interés) y fortaleza del dólar. ¿Es esto lo que ocurrirá?En un primer momento, se da por hecho que sí. Más a medio y largo plazo, el escenario podría ser diferente. Una subida de tipos motivada por la recuperación económica es una noticia positiva para la Bolsa, por lo que debería animar a la renta variable.
Aunque la política monetaria de la Fed en los últimos años, con tres sucesivos planes de estímulos y con los tipos de interés en su mínimo histórico, no tiene parangón, el comportamiento pasado del mercado tras las últimas subidas de tipos en Estados Unidos puede ayudar a descrifrar lo que sucederá en los próximos meses. La última vez que la Fed elevó el precio del dinero fue en 2006. Un mes después de esa decisión, el S&P caía un 0,45%, pero tras dos meses repuntaba ya un 2,2% y medio año después se anotaba un ascenso del 11,8%.
La reacción del mercado entonces fue similar a la subida de tipos en 2004, cuando el selectivo de WallStreet recibió mal la subida de tipos, pero solo por un corto periodo de tiempo. El S&P bajó un 4,2% transcurrido un mes, pero avanzó un 6,5% seis meses después. En 1999, ni siquiera en el primer mes anotó caídas, pues el índice recibió la noticia con una subida del 3,8% en ese periodo. También es llamativo que el dólar se apreció, pero ese efecto fue efímero y solo en una de las ocasiones estudiadas, la de 1999, subía (un 7%) seis meses después de la medida.
Sea cual sea el efecto que provoque la barruntada decisión del organismo presidido por Janet Yellen, la mayoría del mercado cree que la primera subida de tipos enEstados Unidos en cerca de una década llegará antes de final de año. En lo que resta de 2015, elComité Federal de Mercado Abierto celebrará tres reuniones: el 17 de septiembre, el 28 de octubre y el 16 de diciembre. De cuándo y cómo llegue esta decisión puede depender en buena medida la evolución de los mercados en los próximos meses.
2. La volatilidad ha vuelto para quedarse
El temor a que China pierda fuelle ha provocado un considerable incremento de la volatilidad en el mercado. El lunes, la peor jornada en varios años, los indicadores de volatilidad alcanzaron máximos desde 2011. Los expertos creen que el mercado debe acostumbrarse a este escenario. “La volatilidad seguirá siendo alta por ahora, pero pienso que ha sido demasiado baja en los pasados 12 meses”, resume Jun Tano, gestor de los fondos FF Japan smaller companies Fund y y FF Japan advantage Fund, quien indica que lo anómalo en realidad es el largo de periodo de escasos vaivenes en las Bolsas de los últimos años.
El índice Vix, que mide la volatilidad sobre el selectivo S&P de WallStreet, subió el lunes hasta los 40,7 puntos, su nivel más alto desde 2011. A lo largo de la semana ha frenado, hasta niveles de octubre de 2014. Mientras, el índice de volatilidad sobre el Euro Stoxx 50 también ha estado cerca de máximos de cinco años, si bien se ha moderado al nivel de finales de junio.
Otro focos. Además de China, la posible subida de tipos enEstados Unidos y las elecciones adelantadas enGrecia pueden elevar las tensiones en las Bolsas.
3. El petróleo, en su espiral bajista
Lo último que le faltaba al renqueante mercado de las materias primas es que se acrecentaran los miedos a un parón de la economía china. Si al palmario exceso de oferta se suma el temor a una menor demanda del gigante asiático, los precios de las commodities vuelven a entrar en una espiral bajista similar a la que las arrastró a finales del año pasado.
El petróleo está en el centro de las presiones bajistas.El exceso de producción en el mercado es de tres millones de barriles de crudo al día. El Brent, de referencia en Europa, cotiza en su nivel más bajo en seis años, aunque ha recuperado la cota de los 50 dólares.
Las perspectivas para los próximos meses no son halagüeñas. Carsten Menke, analista de materias primas de Julius Baer, explica que “dada la elevada incertidumbre derivada de la situación de la economía china y el limitado potencial alcista por la gran oferta en el mercado no creemos que los niveles actuales sean un punto de entrada interesante para comprar”.
Los expertos de Schroders creen que el petróleo debería repuntar progresivamente, aunque siguen incluyendo entre los escenarios de riesgo que se deben vigilar en los próximos meses un periodo de crudo barato durante mucho tiempo. En esta opción, que no es su escenario base pero sí ven posible, el oro negro caería hasta el entorno de los 40 dólares por barril hasta 2016.
Desde Nomura prevén que el petróleo rebotará hasta los 60 dólares este año, repuntará a los 70 el próximo año y a los 80 en 2017.
El desplome sin freno del crudo tiene varias causas que van más allá del miedo a que China crezca menos. Ningún actor con influencia real sobre el mercado está dispuesto a reducir la producción para proteger sus precios. En el seno de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) varios países comoArgelia,Venezuela e Irán han pedido dar este paso, pero hasta ahora chocan con la negativa frontal de Arabia Saudí.
Uno de los objetivos que buscaba el país árabe con su decisión de mantener la producción era dañar a productores a los que les resultara más costosa su actividad, en especial a los del shale oil en Estados Unidos.Pero, tras cerrar plataformas petrolíferas cuando empezó a desplomarse el crudo, la reducción de costes les ha permitido capear el temporal mejor de lo previsto. De hecho, según datos de Nomura, los productores de Estados Unidos llevan cinco semanas abriendo nuevos puntos de extracción de crudo. Además, el exceso de oferta se agravará con el fin de las sanciones a Irán.
4. Adelanto electoral en Grecia
Cuando a finales de junio se acordó el tercer rescate a Grecia en unEurogrupo maratoniano que batió todos los récords de duración y puso a prueba la capacidad de resistencia de ministros de Finanzas de la zona euro y de los corresponsales comunitarios, casi nadie pensaba que la tregua de la tragedia griega iba a durar tan poco. A ese acuerdo le sucedieron las votaciones en el Parlamento griego de los recortes exigidos por sus socios, lo que abrió una brecha enSyriza. El primer ministro,Alexis Tsipras, perdió la mayoría en la Cámara y necesitó de los votos de la oposición (Nueva Democracia,Pasok y To Potami) para sacar adelante las nuevas medidas. Ante esta fractura interna su partido, Tsipras dimitió hace un par de semanas y el país volverá a acudir a las urnas el 20 de septiembre.
Solo siete meses después del triunfo electoral de Syriza, unos nuevos comicios en Grecia pueden generar volatilidad en los mercados. De momento, la inestabilidad política en el país heleno apenas ha inquietado a unos inversores mucho más preocupados por el parón de China. En los mercados no preocupan las elecciones y, aparentemente, tampoco enBruselas. Las autoridades de la ComisiónEuropa se han mostrado confiados en que los comicios pueden incluso ser un apoyo ciudadano al tercer rescate, dado que Syriza mantiene la mayor parte del apoyo popular pese a su cambio de postura.
Aun así, el intenso calendario de reformas que tiene por delante el Gobierno griego, entre las que se encuentra la vital reestructuración de su sistema financiero queda ahora en el aire a la espera de la formación de un nuevo Gobierno resultante de unos comicios en los que Syriza vuelve a partir como favorita en las encuestas pero es una incógnita cuántos votos le arañará Unidad Popular, el partido formado por los críticos conTispras, partidarios de romper con la austeridad impuesta.
La activación de las reformas en el menor plazo posible es además clave para la implicación del FMI en el tercer rescate, una ayuda en la que confía la UE pero que la institución que preside Lagarde no decidirá hasta octubre.
5. Los vaivenes del euro
El incremento de volatilidad que ha traído consigo la incertidumbre sobre el crecimiento de Grecia no se ha limitado a las Bolsas.También en el mercado de divisas se viven días de agitación, otro factor de peso que los inversores deberán vigilar en su vuelta de vacaciones.Solo esta semana, el euro ha llegado a oscilar entre los 1,115 dólares y los 1,17. Una auténtica montaña rusa que pone en cuestión las perspectivas que hasta ahora manejaba mercado sobre la moneda única.
La tesis más extendida antes del seísmo chino, la más razonable, dice que las divergencias entre las políticas monetarias a ambos lados del Atlántico (con un plan de estímulos del BCE y la Fed de retirada de su política monetaria expansiva y pensando en subir tipos) auguran una mayor depreciación del euro frente al dólar. Sería lo lógico. Los expertos no descartan incluso la igualdad en el tipo de cambio de las dos monedas. Los analistas de Citi esperan que en los próximos doce meses se alcance la paridad entre el cruce de ambas divisas.
Desde Ebury recuerdan que la depreciación del euro es un impulso relevante para la economía europea, porque hace más competitivas las exportaciones de las compañías de la región. “Esperamos que la moneda común reanude su constante tendencia a la baja como única vía de estímulo para la economía europea en el próximo año”, aportan. Estos expertos creen que el euro bajará hasta los 1,02 dólares a finales de año.
Pero China, aquí también, puede cambiarlo todo.Los planes de subida de tipos de la Fed, de entrada, se pueden posponer hasta finales de año, lo que frenaría la apreciación del dólar derivada de ese incremento del precio del dinero. De hecho, esta semana los expertos de divisas de Barclays han cerrado su posición corta en el euro abierta en mayo. Además, las turbulencias han acelerado que inversores que se endeudaron en euros hayan deshecho posiciones, lo que ha contribuido a apreciar la divisa europea.
6. Elecciones en España, amenaza al status quo
Las elecciones nunca han fascinado a los inversores, reacios al cambio. En lo que queda de año habrá dos citas con las urnas enEspaña, lo que podría generar episodios de volatilidad en el mercado, aunque este factor inquieta mucho menos de lo que lo hacía hace unos meses, cuando las encuestas situaban a Podemos como la primera fuerza en intención de voto. Ahora los sondeos muestran una mayor resistencia del bipartidismo, es decir, del status quo actual, algo que calma a los inversores.
Los expertos consultados, con todo, creen que es posible que aumenten los nervios en el mercado a medida que se acerquen las elecciones, aunque siempre en función de lo que indiquen las encuestas.
Todavía no se conoce la fecha de las elecciones generales, que podrían celebrarse en noviembre o diciembre. La cita con las urnas más cercana serán las elecciones autonómicas en Cataluña, donde los partidarios de la independencia han formado una lista conjunta (Junts pel sí) que le da a estos comicios un corte plebiscitario. Tampoco esta amenaza secesionista perturba en exceso al mercado, al menos hasta ahora.
Esta semana, los expertos de JPMorgan publicaron un informe sobre la situación política enCataluña y sus perspectivas. En su opinión, “incluso en el escenario más dramático” Cataluña seguirá formando parte de España.Los expertos del banco de inversión estadounidense destacan que la clave es saber si “las reclamaciones de los partidos independentistas catalanes serán realmente seguidas por acciones de ruptura”.Ellos piensan que no y auguran un nuevo marco de relaciones entre Cataluña y el resto de España con más autonomía política y fiscal, pero sin independencia. También califica de “rígida” la postura del Gobierno central.