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El Foco
Tribuna
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Renovables y autoconsumo

Mientras el Gobierno actual, como lo hizo el anterior, parece rendirse en materia de renovables y autoconsumo a los intereses cortoplacistas y especuladores del sector eléctrico frente al interés público, una serie de acontecimientos en nuestro ámbito interno y, sobre todo, en el escenario comunitario confirman que esa política va totalmente a contracorriente.

El documento de la Comisión Europea de 15 de Julio Mejores prácticas para el autoconsumo de energías renovables afirma que “la estrategia de la Unión Energética sitúa a los consumidores en el centro de las políticas energéticas, animándoles a asumir como suya la transición energética para que se beneficien de las nuevas tecnologías y así reduzcan sus facturas y participen activamente en el mercado, a la vez que aseguran la protección de los más vulnerables”. Es decir, todo lo contrario de lo que se está haciendo en nuestro país con el borrador de Real Decreto de Autoconsumo, que descaradamente trata de impedir a los ciudadanos el ejercicio de ese derecho de “democratización energética” o “empoderamiento energético” que permite el ahora más que viable autoconsumo o generación de electricidad con renovables, para consumo propio, de parte o del total, de los consumidores que pasan a ser “prosumidores”.

Frente a este documento comunitario, el borrador de autoconsumo se convierte en un ejemplo de malas prácticas difícil de superar como muestran las tablas comparativas de la Fundacion Renovables. La Comisión Europea había publicado en junio durante la Semana Europea de la Energía Sostenible su Comunicación sobre el avance de las Renovables, confirmando la necesidad, oportunidad y “bondad” de las renovables. Lo hacía casi al mismo tiempo que se publicaba la encíclica papal Laudato Si, dedicada en gran parte al cambio climático y a las renovables como respuesta. Todo confirma que las renovables van por lo “derecho” (are right) y que son la mejor alternativa:

l tecnológica (segura, accesible y apropiada),

No todo el PIB es del bueno, como el colesterol, y estamos recuperando malos hábitos del pasado

l ambiental (sin CO2 y contaminantes ambientales ),

l social (empleo sostenible y de calidad, instrumento de democratización energética),

l económica, superan la paridad de red (coste inferior a la electricidad servida en la red) y la paridad en generación si se internalizan todos los costes, reducen las importaciones y desarrollan un sector de futuro.

l en seguridad en términos estratégicos, al ser autóctona, poder ser gestionada en firme con un mix de renovables adecuado y permitir una generación distribuida menos vulnerable.

Es decir, renovables “sí o sí” y el sistema financiero ya se ha dado cuenta y ha comenzado a descontar los activos fósiles que corren el riesgo de pasar a activos tóxicos. Las renovables y el autoconsumo también “son un derecho” (are a right) ciudadano a una energía de calidad –sostenible y accesible– en cantidad suficiente y con costes adecuados; derecho conforme a la legalidad constitucional y comunitaria. Y ahora “son de justicia”, como desde la moral natural y católica acaba de pontificar el Papa Francisco al afirmar que el cambio climático es una cuestión de justicia, y con ello, las renovables como necesario corolario.

El progreso de las renovables ha sido significativo en la Unión Europea (15,3% sobre la energía final en 2014 y 26% en la generación eléctrica) aunque hay que intensificar los esfuerzos para asegurar el objetivo vinculante de la UE del 20% en 2020 y los nacionales, que en el caso de España, con 16,4% en 2014, estaría en peligro. Sus beneficios son considerables: sociales, 1,3 millones de empleos; económicos y estratégicos, 30.000 millones€ anuales ahorrados en importaciones de combustibles fósiles, menor dependencia y vulnerabilidad energética y mayor innovación y competitividad de una industria líder globalmente.

Un futuro que para España tiene todas las ventajas. La situación es mala, pero el margen de mejora es enorme

Según la Comisión, el gran desafío actual es mantener un marco estable y predecible en renovables para el post 2020; lo que no está asegurado a nivel de la UE, ya que los objetivos de 2030 no son vinculantes y aun menos en el caso español, que ni siquiera en el periodo actual cuenta con una planificación y un marco normativo estable y predecible que no sea otro que el derivado del marco comunitario.

Solo quienes anteponen los intereses particulares de un puñado de empresas al interés del conjunto de la sociedad, pueden intentar apartarnos de un futuro que es inexorablemente más eficiente energéticamente y basado en las renovables y el autoconsumo; no podemos permitírnoslo ni permitírselo; hasta la CNMC (Propuesta de Planificación de la red de transporte de energía eléctrica 2015-2020) considera ineludible el autoconsumo para alcanzar el 20% en renovables en 2020.

Un futuro que para España tiene todas las ventajas. La situación es mala, pero el margen de mejora es enorme, ya que esta transición energética, que por ahora nos están negando, es además de una oportunidad en sí misma. Las perspectivas españolas son las de volver al modelo de España toda un solar, muy alejado del de la Fundación Renovables de España toda Solar. No todo el PIB es del bueno, como el colesterol, y estamos por ahora recuperándonos, recuperando malos hábitos del pasado en lugar de subirnos al tren del futuro energético y económico.

Dado el empecinamiento español, sería ventajosa la demandada mayor de comunitarización de la Política Energética de la UE (una PEC tendría más sentido incluso que la PAC), que permitiese revisar los objetivos de 2030 al alza, pues parece posible e incluso ventajoso, en términos competitivos, llegar hasta el 45% en renovables en 2030 (actualmente, 27%). Esto daría un mayor impulso a la industria de renovables y obligaría a países como España a un cambio drástico en política energética y a plantearse una Transición Energética como ya han hecho Alemania y Francia.

Una comunitarización que permitiese ya regular y al menos tutelar/guiar comunitariamente el autoconsumo para atajar los desvaríos que España propone. El debate, tanto en el Parlamento Europeo como en el Consejo de la reciente Comunicación de la Comisión sobre el Mercado Minorista, es una ocasión para proponer que se aborde el autoconsumo a nivel comunitario. Sería una magnífica noticia y una oportunidad para evitar que triunfen los que anteponen intereses particulares a generales. Lo que necesitamos son renovables y autoconsumo. ¡Sin más!

Domingo Jiménez Beltrán es Presidente de la Fundación Renovables.

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